Charla padre e hija

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- Papá no pares. Sigue hablando -dice Leticia impaciente.

- Quiero que seas mecánica con nosotros este fin de semana -contestó Santi lo más rápido que pudo y liberando el aire que había estado conteniendo.

- No estoy preparada. Y lo sabes.

- Lo que sé es que tienes una estantería en tu habitación repleta de libros y apuntes sobre mecánica que te he ido dando todos estos años. Sé que los has leído y los dos sabemos que, con eso, tienes todo lo necesario para preparar las motos de Marc y Alex.

- Eso no tiene nada que ver. Sabes que me gusta mucho leer y las motos, pero me puedo poner nerviosa y meter la pata. No quiero que ninguno de los dos se haga daño por mi culpa.

- Cariño, si no lo haces por mí, hazlo por Marc. Te necesita.

A Leticia no le hacía falta escuchar más. Su amigo necesitaba su ayuda y ella no se la iba a negar. Tenía dudas sobre si lo haría bien, pero no iba a dejar tirados a sus amigos.

- Está bien. Lo haré por Marc y por Alex -contesta finalmente resignada.

Santi agradece a su hija el gesto y le indica que sea ella la que le cuente a los hermanos la noticia. Aunque ella sabe perfectamente que Alex está al corriente de todo. Por eso, decidió que hablaría primero con Marc porque, lo tiene más cerca y porque no tiene ni idea de donde está Alex.

- Chicos, ¿me dejáis hablar con Marc un momento? -pregunta coqueteando con el equipo. Sabía que era la forma más rápida de tener lo que quería.

- Claro. Pero a ver si tienes suerte. Parece que tiene la cabeza en otro lado -contesta uno de los mecánicos.

- No la necesito Javi. Mira. Marc, ¿podemos hablar?

- Sí. Espero que no sea nada malo.

- Es sobre lo que he hablado ahora con mi padre.

- No me digas que te vas. No quiero correr si no estás aquí -dice Marc interrumpiendo a Leticia.

- No exageres -contesta Leticia sin saber que lo que acababa de decir Marc iba completamente en serio-. Además, solo me he acercado para decirte que este fin de semana vas a tener una nueva mecánica y tu equipo y que es muy sexy.

- ¿Quién es? -pregunta haciéndose el tonto.

- Sabes perfectamente que soy yo. Y tengo que decirte que no lo hago solo por ti. Alex también me necesita. Por cierto, tengo que ir a darle la noticia y no sé donde está.

- Alex... Supongo que ya estará en el motorhome.

- ¿Me puedes acompañar?

- Claro. Vamos a darle la noticia a mi hermanito.

Cuando llegaron al motorhome, se encontraron la puerta abierta. Entraron y se encontraron con Alex tumbado bocabajo. Como no los había visto entrar, decidieron que le darían un susto.

- ¡ALEX! ¡Marc ha tenido un accidente! -gritó Leticia después de que Marc le susurrase algo al oído.

El pequeño de los Márquez se levantó de golpe y vio a sus dos "visitas" morirse de la risa tirados por el suelo. No se podía creer que esos dos ya se llevasen tan bien como para hacerle una broma tan pesada.

- Sois las dos peores personas del mundo. ¿Os parece forma de despertarme?

- Fue idea de Marc -Leticia se hacía la inocente intentado escapar de la bronca.

- Pero aún así has gritado -contesta Alex quedándose de pie ante ella.

- Soy más pequeña e inocente -seguía en su papel de víctima.

- Ahora no te hagas la víctima. Los dos sabemos que si no hubieses querido hacerlo, no me habría despertado con semejante susto.

- Bueno, ya está bien. Ya hemos gastado la broma y no te queremos de mal humor -dice Marc intentando poner paz.

- No estoy enfadado de verdad. Bueno, ¿a qué habéis venido?

- Solo venía a decirte que voy a ser tú mecánica durante todo el fin de semana.

- Pero eso yo ya lo sabía. Te lo he dicho antes cuando estábamos paseando por el circuito.

- Pero podía haber rechazado la oferta.

- Los dos sabemos que esa opción en ti no existe -se ríe Alex.

Leticia no pudo rebatir a Alex porque tenía razón. No podía rechazar la oferta de su vida.

- Lo ha hecho por mí -dice Marc orgulloso.

- Solo lo hago para que ganéis vuestras carreras.

- Hermanito, vas a tener que aceptarlo. Soy su hermano favorito.

- Eso ya lo veremos.

- Siempre seré su favorito. A no ser que se enamore de ti -esas palabras de Alex dejaron a Marc con la boca abierta y sin poder decir nada.

Cuando los dos hermanos dejaron de pelear por las últimas palabras de Alex, Leticia los sacó del circuito para llevarlos al restaurante donde sus dos equipos los estaban esperando. Ninguno de los dos hermanos sabía nada de la cena. Era una sorpresa que les habían preparado para que se relajasen antes de los entrenamiento libres del viernes.

El jefe de papá (EJDP1)Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz