Hablando de citas

523 26 7
                                    

Marc no acababa los libres y yo me aburría de estar esperando en el box sin nada que hacer. Así que decidí irme al motorhome y, tumbada en la cama, me puse a escuchar música.

- Música a todo volumen con cascos. Adiós mundo -dije en voz alta.

Las canciones se sucedían y, sin darme cuenta, me puse a bailar. Paré de bailar cuando unas manos me agarraron la cadera desde atrás. Eran las manos de Marc.

- ¡Qué vergüenza! -dije queriendo que me tragase la tierra.

- No bailas mal. Quizás algún día podemos bailar juntos.

- Cuando aprenda a bailar te llamo.

- Para eso necesitas mi número de teléfono.

- Dame tu móvil -contesto tendiendo mi mano para que me lo dé.

- Toma.

Marc me da su móvil y guardo mi número. Pero, antes de devolvérselo, me llamo para poder guardar yo también el suyo en mi agenda.

- Ahora ya podré llamarte cuando haya aprendido a bailar.

- Y yo podré llamarte cuando me apetezca secuestrarte para llevarte a Cervera.

- Secuéstrame las veces que quieras cielo -le digo de broma.

- Te tomo la palabra princesa.

¡Me ha llamado princesa! ¿Ahora tenemos motes cariñosos? ¿Cuándo nos hemos hecho tan amigos?

- ¿Princesa? -pregunto sin poder creer que me haya llamado así.

- Eres mi princesa, pero puedo dejar de llamarte así si quieres.

- No. Me gusta. Es solo que se me hace raro.

- Pues acostúmbrate princesa -me sonríe.

Marc se sienta en el sofá a descansar hasta que me dio cuenta de que tenemos cosas pendientes de las que hablar.

- ¡Espera! -digo sobresaltando a Marc-. Tenemos que hablar.

- ¿De qué? -vaya memoria de pez tiene.

- Antea de nada, tú a la cama. Y segundo, ¿qué hay de nuestra "cita"?

- No voy a dejar que duermas en el sofá. ¡Es que ni loco!

- Pues yo quiero que duermas en la cama porque es tuya. Tenemos que encontrar una solución.

- Pues durmamos juntos en la cama.

- Pero como amigos -digo rápidamente.

- Claro. Como amigos. Y, sobre nuestra cita, tengo que prepararlo todo.

- No tienes que preparar nada. Solo quiero que me enseñes Cervera.

- ¿Y dónde duermes?

- En el sofá de tu casa.

- Y dale. ¿Qué te pasa a ti con los sofás?

- No me pasa nada. Pero no voy a quitarte la cama.

- Pues dormimos juntos como vamos a hacer ahora.

- También podría dormir con Alex.

- No. Mejor duermes conmigo.

- ¿Por qué insistes en que duerma contigo?

- Es que... Alex me dijo que hiciera todo poco a poco, pero no puedo -Marc no deja de mirar el suelo.

- Dime que es lo que pasa Marc -le pido casi rogando.

- Te quiero -dice de golpe dejándome en shock.

- Yo...

- No hace falta que digas nada. Sé que no me quieres.

- Iba a decir que en estos días he sentido cosas por ti. Te quiero, aunque creo que no tanto como tú a mí.

- Eso me da igual. Me quieres y es lo único que me importa princesa -dice antes de cogerme en brazos y darme darme vueltas.

- Para que me voy a marear Marc -digo antes de que me deje en la cama.

- ¿Ahora somos novios? -me pregunta mirándome a los ojos.

- No me lo has pedido.

- Leticia, ¿quieres ser mi novia? -No le dije nada. Solo me limité a besarlo-. Me tomaré esto como un sí.

- Es que si te lo tomas como un no, es para mirarlo -me río.

Después de los besos, nos quedamos abrazados en la cama sin hacer nada. Momento en el que entraron los padres de Marc, Alex y mi padre.

- ¿Y esto? ¿Qué me he perdido? -pregunta Alex fingiendo sorpresa.

- Nada en especial. Marc es mi nuevo novio.

- ¿Qué has dicho? -pregunta mi padre algo sorprendido, pero con una sonrisa.

- Papá, has escuchado perfectamente lo que he dicho.

- Lo sé. Pero tenía que asegurarme de que había oído bien. Llevo mucho tiempo esperando esto.

- Seguro que no tanto como yo -contesta Marc.

- ¡Cuando es la boda hermanito? -ya empezaba Alex con sus bromas.

- Frena Alex. De momento, solo somos novios.

- Yo frenaré. Pero hasta hace dos días ni os hablabais y ahora estáis en la cama pegados.

- En eso tenemos que darle la razón -me susurra Marc.

- Marc. Ahora ya podemos dormir en la misma cama sin problemas.

- ¿Y antes que problema había? Éramos amigos -de verdad que Marc no había visto el problema antes.

- Bueno. No es lo mismo.

Tras todas las felicitaciones de nuestras familias, nos volvieron a dejar solos en nuestro motorhome.

- ¿Estrenamos la cama?

- Cuando ganes la carrera mañana.

- Pero... -puso cara para triste.

- Marc, tenemos que descansar. Mañana tengo dos motos que preparar y tú tienes que ganar la carrera.

- Vale -dice derrotado.

- Mañana la estrenamos si ganas. Solo si ganas.

- Ganaré. Te lo prometo.

Después de un día lleno de emociones, nos fuimos a dormir. Marc fue el primero en tumbarse en la cama y yo me apoyé en su pecho mientras él me abrazaba.

- Buenas noches princesa.

- Buenas noches cielo.

El jefe de papá (EJDP1)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt