De confidencias

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Al final de la semana llaga la llamada que tanto esperaba. La llamada del doctor en la que me permitía volver a llevar una vida normal. Era el momento perfecto para usar el regalo de Pol y Aleix. Las entradas para dos días en un spa.

- ¡Soy feliz! -le digo a Marc tras colgar.

- ¿Ya puedes hacer vida normal?

- Sí -asiento como una niña pequeña.

- Me alegro princesa -dice Marc antes de besarme.

- Aún así voy a descansar dos días más.

- Espera. ¿No has querido descansar en toda la semana y hemos tenido que sudar para que te mantuvieses quieta y ahora dices que quieres descansar dos días más por voluntad propia?

- No quiero descansar. Quiero que descansemos. En el spa -digo mostrando las entradas.

- Vale. Ahora lo entiendo. Pues prepara las maletas que, cuando quieras, nos vamos.

- No hace falta. El spa está cerca de Cervera y he hablado con Alex anoche y ya tengo ropa allí.

- Entonces, ¿nos vamos?

- Todavía no. Nos vamos esta noche. Compré entradas para el spa y billetes de avión para mis padres y amigos también. Ahora, con todo lo que ha pasado y sabiendo como empezó todo, les quiero cerca.

- ¿Cómo empezó?

- Con el desmayo en el avión mientras íbamos a Argentina.

- Creo que tienes miedo a volver a subirte a un avión sola princesa.

- Sí. Aquel día no iba sola y mira como acabé.

- Nunca te voy a dejar sola. Pero me gusta la idea de que vayamos todos a Cervera.

La mañana pasa bastante rápido mientras paseamos por el parque.

- ¿Sabes? Dicen que si le enseñas a una persona tu rincón secreto en el mundo es porque amas a esa persona.

- Entonces, espero poder ver pronto tu rincón. Mañana te enseñaré yo el mío.

- No te lo puedo enseñar -digo poniendo cara triste.

- ¿No me amas?

- Claro que te amo.

- Pues no lo entiendo.

- Ya estamos en mi rincón especial. Este parque forma parte de mi vida desde que mis padres, debido a sus viajes, me dejaban sola durante largos periodos de tiempo.

- ¿Venías aquí a olvidarte de todo?

- No a olvidarme de todo. Solo a dejar de pensar por un momento que, por trabajo, estaba sola.

- Por mi culpa.

- Sí y no -Marc no contesta-. Al principio te eché la culpa a ti. Era lo más fácil. Pero, cuando fui creciendo, me di cuenta de que no eras el culpable de que mi padre no estuviera a mi lado tantas veces como quisiera, sino la pasión por las motos que ahora comparto con él.

- Lo que acabas de decir es precioso.

- No es para tanto. Es solo lo que siento. Eso y que, al estar aquí, mis emociones se intensifican.

- Lo digo en serio. Como amante de las motos, lo que has dicho es precioso. Has sufrido en tu pasado por culpa de la pasión hacia las motos de tu padre y ahora lo que más te une a él son las mismas motos que en el pasado lo alejaron de ti.

- Y las que me acercaron a ti -sentencio la conversación besándolo debajo del árbol que guarda mis confidencias y secretos.

Llegamos a casa y nos la encontramos vacía con una nota encima de la mesa del comedor que decía:

"Hemos ido a hacer unas compras y comemos fuera de casa. Nos vemos cuando nos vayamos a Cervera. Os queremos"

- Parece que vamos a estar solos para comer.

- Pues hagamos una comida romántica.

- ¿En serio Marc? ¿Comida romántica sin comida? Porque te recuerdo que hay que hacerla.

- Yo me ocupo. No hay problema. Deja que te sorprenda.

Y verdaderamente lo hizo. La comida estaba deliciosa. Él fue un caballero y el ambiente era inmejorable. Bajó todas las persianas del comedor y encendió unas velas para dar un toque más romántico a nuestra comida. No pude evitar hacernos una foto y colgarla en Instagram. Los comentarios no tardaron en llegar.

Comentario de Pablo

¡Qué bien te cuidan enana! Te quiero

Comentario de Valeria

Yo quiero un Marc Márquez

Comentario de Alex Márquez

Cuidado con mi hermano. Si ha hecho eso es porque algo quiere

Comentario de Pablo

¡No quiero ser tío todavía! Quedáis avisados

Comentario de Laura

¡Esooo! Nada de babies todavía

Marc y yo nos reímos ante cada comentario. Aunque el de Alex me hizo pensar.

- Marc, ¿has hecho esto por algún motivo?

- Bueno. Sí.

En ese momento, Marc se arrodilla dejándome con la boca abierta.

El jefe de papá (EJDP1)Where stories live. Discover now