camino a la isla.

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CARLOS'S POV:
cuando jay y yo entramos a su habitación, no estaban ni mal ni evie.

—qué extraño...—jay frunció el ceño, mientras yo extendía mi cabeza a ver el cuarto de baño, a la vez revisando si la puerta del vestidor estaba abierta—mal nunca sale tan temprano, y evie... ¡está enferma!—mi amigo cayó en la cuenta de lo verdaderamente importante.

donde sea que estuviera, mal iba a estar bien; es decir, la chica podía convertirse en un jodido dragón. pero la última vez que vimos a evie, estaba frágil y adolorida.
ahora, simplemente no estaba.

—¿qué crees que haya pasado?¿y si les pasó algo malo?—comencé a entrar en pánico. mi amigo puso sus manos en mis hombros, mirándome fijamente.

—respira profundo.—me ordenó, y así lo hice—no hay tiempo para esto. tenemos que buscarlas YA, porque tengo un mal presentimiento.

—¡tal vez lizzie sepa dónde está evie!—por fin una buena idea se me ocurrió.

—hoy no tenemos clase, bro, pero los de tercer año sí.—me recordó jay, y yo torcí la boca en frustración—vamos a tener que esperarla, porque no tendría sent...

no pudo terminar de hablar. su labio cayó ligeramente abierto y abrió los ojos tanto que parecía que se iban a salir de sus órbitas. parecía que mi amigo había visto un fantasma; aunque, aunque lo hubiera visto, no se habría puesto así, porque jay no teme a nada.
excepto a no encontrar a sus amigas, y, en su lugar, una manzana negra con un mordisco notorio.

la gran mierda.

esto era malo. muy malo.

NARRATOR'S POV:
hasta para ser malo, había que ser inteligente, y lizzie no lo era.

empecemos por el hecho de que había dejado su arma en la escena del crimen; ¿acaso no sabía que las manzanas envenenadas se ponen negras al ser mordidas?
eso, sin mencionar que el videito que había dejado a los amigos de evie para tan sólo burlarse de ellos delataba exactamente dónde estaba; la pregunta era,

¿cómo carajos había regresado a la isla de los perdidos?

saben, cuando los cuatro eran más pequeños, la madre gothel les contó una historia.

'—en auradon,—les dijo—no sólo existe la varita del hada horrible esa... no es la única manera de entrar a la isla de los perdidos. ellos tienen un auto... un auto especial. es muy extraño, pero ese carro, y sólo ese carro, puede entrar y salir de la isla como si nada, y-

—deja de contarles a los niños estupideces, gothel.—maléfica se no creía nada de lo que decía—es obvio que eso no es cierto.'

pero sí lo era.

ben le había mostrado a mal ese auto hacía ya más de un año, confiando en que la parte auradon de su novia no permitiría que su parte isla hiciera alguna estupidez.

pero efectivamente, mientras se subía al auto, que era más fácil de encontrar de lo que se pensaba que podría ser, la parte auradon de mal le decía que era una locura, que se bajara y que avisara a ben para que las autoridades le ayuden con algún protocolo y esas mierdas.

pero no.

no había tiempo para eso. por muy extraño que suene, mal hacía las cosas más rápido y mejor sin ayuda, y tiempo y eficiencia era exactamente lo que necesitaba en el momento.

pero había un problema.

bueno, en realidad habían muchos problemas, pero uno de ellos estaba demorando la partida de mal hacia la isla en búsqueda de... su mejor amiga.

no sabía conducir.

—¡mierda!—maldijo, tomando el timón con agresividad, cerrando fuertemente los ojos en desesperación, cuando escuchó una voz.

"mierda, me atraparon."

—¿a dónde nos dirigimos?—el auto literalmente habló, y mal se quedó congelada. quedándose en la isla, jamás habría visto un auto, mucho menos uno que hablara.

—eh... a la isla de los perdidos.—dijo mal, insegura de lo que fuera a pasar, rezando por que la fiesta de cumpleaños del ex-rey bestia en el jardín trasero del castillo estuviera muy buena, que las clases de los años menores estuvieran muy interesantes o ruidosas, y así nadie se diera cuenta de la barbaridad que estaba por hacer.

el auto arrancó. la chica de cabello púrpura no tuvo que hacer literalmente nada, para de pronto encontrarse a ella misma pasando por el puente camino a su antiguo hogar.

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