aceptación.

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MAL'S POV:
eran las 2 de la mañana, me moría del cansancio... ¿debería salir a buscarla en el momento, o esperar hasta mañana?

"bueno, si la busco cansada, definitivamente no la voy a encontrar. mis sentidos van estar agotados..." , pensé, cubriendo con un manto la culpa que sentía de no salir corriendo a buscarla desde ya.

ni siquiera me digné a acercarme a mi cama; mucho menos me puse pijama. ahí, con mi vestido aún húmedo y mis despeinadas ondas moradas, me recosté en la cama de evie.

la almohada todavía olía a ella. olía a su shampoo de dalias que tanto le gustaba ponerse y a su perfume de manzana, que seguramente sólo había echado al ambiente, tan sólo para olerlo y con esa satisfacción, tratar de sentirse mejor.
pero también olía a lágrimas. porque sí, yo tampoco lo creí cuando lo descubrí en clase, pero las lágrimas tienen olor, y sentía un toque de su aroma en la almohada de mi mejor amiga.
mi madre toda la vida me había ensañado que llorar es de débiles, pero si evie había llorado, entonces eso no podía ser verdad.
porque evie era la persona más fuerte del mundo, al menos para mí. porque nadie la conocía como yo la conocía. todos en auradon, e incluso hasta los chicos, veían su belleza externa, y, en la isla, chicos y chicas caían enamorados en un abrir y cerrar de ojos, por obvias razones. jay y carlos la conocían muy bien, es verdad, pero nadie, absolutamente nadie, la conocía tanto como yo... o eso creía.
evie era la chica más fuerte que conocía, porque yo sabía su historia.
su madre le había enseñado a maquillar antes de enseñarle a hablar, y su primera palabra fue 'espejo'. la primera vez que alguien le atrajo, sufrió como nunca; a pesar de que nunca quiso decirme quién, sé que su madre le prohibió verle porque 'no era un príncipe'. a evie sólo le habían enseñado una cosa: la belleza interior no te llevaría a casarte con un príncipe, así que vete perfecta o lárgate.
al igual que a mí, la reina malvada jamás la dejó llorar, y cada vez que lo hacía, lo hacía en los rincones de los callejones, a escondidas, siempre con un pañuelo y un espejo para asegurarse de que nadie se diera cuenta que, por unos minutos, su rostro no se había visto perfecto, como debía ser.

hasta que vi a evie llorar por primera vez, yo creía que era tan mala que no tenía corazón; pero sí lo tenía, y lo descubrí porque, al escuchar sus sollozos ahogados, se me rompió.

jamás entendí cómo era que la isla no había logrado borrar su bondad y su desinterés; yo la volví traviesa, rebelde de vez en cuando, pero antes de mí, la primera vez que nos vimos, supe que a pesar de que yo era pura crueldad (o serlo era mi mayor deseo) me había chocado con alguien sin una pizca de maldad en su corazón.

MAL DE 10 AÑOS' POV:
—¡fíjate por dónde vas, tont-!—no puedo terminar de insultarla. en sus ojos hay algo raro, algo que no he visto nunca antes en la isla.
mierda, ¿acaso es bondad?
normalmente, la bondad me da auténtica repulsión. ¿para qué voy a ser buena, si nadie es bueno conmigo?
pero la bondad en sus ojos, oscuros como el corazón que mi madre tiene y que yo tanto anhelo, no me da asco.
es más, me atrae.

—lo-lo siento, venía mirándome al espejo y...—quiere disculparse conmigo, para mi sorpresa; nunca antes nadie se había disculpado conmigo, ni yo nunca me había disculpado con alguien. la pobre niña va terminar de excusarse, cuando veo con mis propios ojos a un chiquillo de cabello largo arrebatándole el espejo, saltando desde un techo y corriendo más veloz que una gacela hasta, para ella, quién sabe dónde.

pero yo sé quién es el ladrón, y por primera vez en la vida, me nace ayudar a una extraña.
esta chica es rara.
no sé si me agrada.

llego al puesto de mi amigo jay. es el mejor ratero de la isla, y la única persona que no le tiene miedo a mi mamá; su padre, jafar, y mi madre son amigos, así que imagino que es por eso, pero en fin.

con chantajes y mentiras, diciendo que pagaré después, consigo el maldito espejo por el que tanto lloraba la chica a mi lado.

—entonces, ¿tú eres mal?—me sonríe, y esa sonrisa suya, por alguna extraña razón, me hace sonreír a mí también.
mi expresión ya no es ruda y malévola; por primera vez en tres días, sonrío de verdad, sin tener que empujar a un niño por las escaleras del balcón de su casa.

me dice que su madre quería que ella fuera igual de malvada que yo, y la detengo justo ahí; fuera de mi madre, nadie en este lugar es peor que yo. pero al decírselo, su expresión sonriente cambia a una de terror, así que me reivindico, ofreciéndome a enseñarle lo que se siente ser una verdadera villana.

se ve tan feliz que me hace sentir algo extraño en el estómago, y prefiero ignorarlo; las cosas que desconozco me incomodan. NO ME DAN MIEDO, me incomodan. me gusta la rutina de mi madre; comer, ser una hija de puta con todos, dormir.

—por cierto, soy evie.—la veo a los ojos, y los suyos me regresan la mirada.
evie.
es nombre de niña buena.
¿por qué no me molesta?

cuando le devuelvo su espejo, veo una pequeña corona tallada en lo que supongo es oro falso, y entonces entiendo su desesperación por recuperarlo; es hija de la reina malvada, y había escuchado que para esa loca, o te ves perfecta, o eres una fea de mierda.
y eso que esa mujer tiene una cara que fea le queda corto.
bueno, cada quien; por algún motivo, no quiero burlarme de ella, ni de su madre.

esta chica está quitándome la frialdad, la maldad del corazón, y eso no puede ser.
tengo que odiarla.
es necesario.

pero al despedirse, me ve a los ojos de nuevo, y regresa a mi vista el destello de bondad en sus ojos. maldita sea.
no puedo odiarla.

MAL'S POV:
—evie...—susurré en un sollozo ahogado, pensando que todo era mi culpa—sin ella, yo... yo me voy a morir...

"no necesito nada de nadie." siempre me dije, "mucho menos amor. el amor es de débiles... de gente buena. y qué asco."

pero ahí, echada en su cama, acariciando su almohada imaginando que era ella, todo dejó de importarme. era hora de aceptarlo.

antes, durante, y después de ben, yo estaba enamorada de evie.

evie era mi alma gemela.

siempre había sido evie.

hundí mi cabeza en su almohada, teniendo en mis sentidos su aroma aún más intensamente. ¿a quién le importaba si estaba enamorada de ben, o de evie, o si estaba sólo confundida?

es decir, desde muy pequeña mi madre me enseñó a ser drástica, y parte de ser drástico es estar seguro de lo que uno quiere; creo que eso es lo único bueno que mi madre alguna vez me enseñó. de cualquier manera, yo sabía que, a pesar de que me dolía que ben y yo hubiéramos terminado, porque tuvimos momentos juntos que me hicieron de lo más feliz, si me pedía que volviera, yo no iba a volver.
yo quería estar con evie.
pero seguramente ella no querría estar conmigo.

dejemos de lado el hecho de que somos sólo amigas, pues es gran parte del problema; pero estaba segura de que, si es que algún día tuve algún tipo de oportunidad con ella, esa oportunidad ya debía de haber pasado. después de todo, había estado tratando mal a mis amigos, o eso parecía, y tal vez evie no me había dicho nada, pero la conozco, y sé que el hecho de que hubiera cambiado mi actitud con ella seguro le habría estado poco a poco matando. evie me quería, y yo la quería, pero por un tiempo, parecía que se me había olvidado cómo demostrarlo.

¿qué importaba si yo la quería? ella jamás querría estar conmigo.

ella era una chica auradon, y aunque yo era mitad auradon, la parte de la isla que jamás saldría de mí no podría amarla como ella lo merecía.

esa parte de mí tenía las manos sucias, llenas de cicatrices, que jamás podrían tomar las suyas como es debido, siendo ella una princesa. era demasiado buena para mí, y a pesar de lo fuerte que es, jamás podría compartir conmigo el peso de todos mis demonios y pecados.

sería egoísta de mi parte confesar y arruinar algo tan bueno como ella; porque ella es buena, y a pesar de que escogí la bondad, maléfica siempre va a ser mi madre... en mí siempre habrá una pizca de crueldad. y no podía destrozar la bondad de evie por yo estar enamorada.

así que sólo me quedé ahí, recostada en su cama, reemplazando sus lágrimas en su almohada por las mías.

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