40.- El ataque de la amenaza... rosa

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Los ánimos generales y especialmente la escuela estaban un poco... decaídos. Las trágicas consecuencias del malhadado torneo aun ensombrecían claramente la memoria de alumnos y profesores. Para terminar de arreglar las cosas, y apaciguar los ánimos de más de un elector, el nuevo Ministro Rufus Scrimgeour había retocado y refrendado a toda prisa una iniciativa puesta en marcha originalmente por el recientemente cesado Fudge.

El Decreto Educacional Numero Veintidós de 30 de Agosto (que aseguraba que en caso el actual Director fuera incapaz de ofrecer un candidato para un puesto vacante entre el profesorado, el Ministro seleccionaría la persona adecuada) fue enmendado y ampliado, haciendo obligatorio para todos los ciudadanos británicos en edad escolar asistir a unas nuevas clases en Educación Ciudadana: Ministerio y Wizengamot. Leyes Fundamentales. Y complementado con el Decreto Educacional Numero Veintitrés que creaba la nueva posición de Alto Inquisidor de Hogwarts. El Ministro alegaba que era tan necesario asegurar que todos los ciudadanos conocían el funcionamiento de sus órganos de justicia y gobierno, tanto como que la escuela, sus educadores, y la gestión y dirección de la misma cumplían los máximos niveles de calidad.

La prensa se había lanzado con ansia sobre la nueva carnaza después del desastre del torneo. Las suaves palabras de Lucius Malfoy se habían publicado hasta la saciedad:

– Muchos de nosotros, en la búsqueda de los mejores intereses para nuestros niños, nos hemos preocupado por algunas excéntricas decisiones que Dumbledore ha tomado en los últimos años y nos alegra saber que el Ministerio está vigilando la situación.

Entre esas decisiones está, indudablemente, la polémica selección de personal que incluyen al misteriosamente desaparecido Quirinus Quirrel, el autor de novelas de aventuras Guilderoy Lockhart, o el paranoico y peligroso ex-Auror Ojo-Loco Moody. Hay rumores, por supuesto; que insinúan que Albus Dumbledore, quien una vez fue el Mago Mugwump Mago Supremo de la Confederación Internacional de Magos y Jefe Hechicero del Wizengamot, quizás empieza a acusar su avanzada edad, y no puede afrontar la exigente tarea de dirigir la prestigiosa escuela de Hogwarts.

Mi hijo Draco ya resultó gravemente lesionado a causa de una falta de adecuada supervisión y acciones disciplinarias preventivas. Y todos recordamos el terrorífico ataque de los dementores al tren. El Torneo nunca debió ser reinstaurado, no sin suficientes garantías. La seguridad de los alumnos debe ser lo primero. Queda por ver el fruto de las labores de Supervisión de Madam Umbridge –

Así fue como la flamante profesora de Educación Ciudadana y Alta Inquisidora de Hogwarts Dolores Jane Umbridge (ex subsecretaria del Ministro bajo el mandato de Fudge) se unió al creciente grupo de profesores de Hogwarts. Evans gruñó entre dientes después de la primera y horrenda reunión preliminar, que Scrimgeour simplemente había optado por la salida de los cobardes... y recolocado a Su Altísima Rosinez lo más lejos posible de su persona.

Aunque pareciera imposible, y pese a su mono cromatismo obsesivo; su vestimenta rivalizaba con la de Dumbledore. Tanto rosa sin duda era perjudicial para la vista... y la envidia maliciosa que exudaba era suficiente para cortarle el apetito a un trol.

Dolores Umbridge era una mujer de corta estatura y... poco favorecida física y mágicamente. Pero lo compensaba con un inmenso ego y ambición personal, y muy pocos escrúpulos a la hora de satisfacerla. Tan repleta de sí misma como para demandar que su recién impuesta asignatura tuviera una clase diaria con todos los cursos. Contener la incredulidad había requerido hacer uso de todas su dotes para Severus cuando Albus la alabó por su celo y entusiasmo, sin dejar de comer sus eternamente insufribles caramelos de limón.

Con visible pesar, Albus asintió pesaroso cuando Minerva informó secamente que semejante despropósito era inviable... entre otras cosas, porque a menos que alterasen y ampliasen la jornada lectiva de todos los estudiantes y profesores, el horario habitual de clases solo planificaba un máximo de cuatro o cinco clases por día. Dos por la mañana y dos o tres por la tarde, si alguna clase se dividía. Inclusive a veces una única clase por la mañana o la tarde si era necesario algún periodo doble, especialmente en pociones. Y la ocasional clase nocturna de astronomía, por supuesto. Cualquier mención de las actividades extracurriculares o no incluidas en el sistema ministerial oficial de TIMOS y EXTASIS (vuelo, música, arte, idiomas, matemáticas, biología, física, química, lengua y literatura, hípica, esgrima y deportes, quidditch y los diversos clubs estudiantiles) fue sucintamente ignorada con un gesto de prepotente suficiencia por la nueva profesora. Además, los alumnos tenían que disponer de tiempo suficiente para hacer los deberes e ir a la biblioteca. Sin hablar de comer y dormir.

Una Pareja ImposibleWhere stories live. Discover now