Capítulo 1

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Me recargue en el marco de la puerta, de la que parecía ser mi nueva habitación. La examinaba completamente, en mi mente imaginaba cómo estaría todo situado. Desde mi cama, hasta cualquier tipo de decoración que se me ocurriera, ya que mamá me había dado un poco de dinero para comprar lo que necesitara. Sentí un par de manos colocarse en mis hombros bruscamente, haciéndome sobresaltarme y dar un pequeño grito. Oí una fuerte carcajada resonar detrás de mí. Me giré y observe a Grayson retorcerse de risa, tomaba con su brazo derecho su abdomen, mientras que con si mano libre se tomaba de la pared para no caer al suelo. Lo miré mal y rodee los ojos.

-Eres un idiota. -me quejé, le dí un leve empujón y me cruce de brazos. Grayson seguía riendo como loco, hasta que su risa comenzó a entre cortarse y tomaba aire con desesperación.

-Lo siento. Debía hacerlo. Estabas ahí, tan dentro de tus pensamientos, y no pude resistirme. -dijo ya controlando su respiración. Se acercó a mi y me rodeó con su brazo derecho, colocándose junto a mi y observando la habitación.- Eres tan malditamente suertuda. Mamá te dejó tomar esta habitación, la más grande. -se quejó. Reí entre dientes y golpee suavemente su abdomen con mi mano.

-Soy su favorita. -presumí guiñándole un ojo. Él rodó los ojos y revolvió mi cabello con su mano izquierda.

-No por mucho. Haré que me amé más que a ti. -bromeó. En un acto bastante inmaduro le saqué la lengua, pero esto era sólo un juego. Aunque de vez en cuando los tres solíamos ser así.- 15 años y sigues haciendo eso, que adulta, _____. -dijo burlón.- ¿Dónde está Ethan?

-Supongo que haciendo lo que nosotros deberíamos estar haciendo. Ayudando a bajar todo del camión de mudanzas. -reí ampliamente al igual que Grayson.

Escuchamos la voz de mamá llamarnos desde la primera planta, no se escuchaba feliz. Por lo que decidimos correr hasta abajo. Ahí estaba Ethan, tal y como dije, con cajas entre sus brazos y caminando a como fuera. Fui hasta él y le quité una para ayudarlo, parecía que pronto caería al suelo. Las metimos y seguimos con las demás.

Me dejé caer sobre mi cama, por fin ya estaba en mi habitación. Hace unos minutos Grayson y Ethan la habían subido por mi, pues les prometí diez dólares a ambos por hacerlo, pero no se los dí, así que estuvieron a punto de bajarla de nuevo, pero se los impedi lanzándome en ella y pidiendo auxilio a mamá.

Ya tenía lo esencial aquí, sólo faltaba lo que yo quisiera agregar, lo compraría al siguiente día, los chicos y yo iríamos de compras.

-¡____!,¡vamos, mujer, levántate! -dijo Ethan moviendome con ambas manos para que me despertara. Apreté los ojos y sin querer lo golpee con mi mano en la cara.- Sin violencia, enana. -se quejó sobandose donde acababa de golpearlo, ¡aclaro! por accidente.

Me levanté, me dí una ducha rápida y me dirigí a mi armario para tomar lo que usaría. Un lindo vestido con fondo blanco y estampado de flores, junto a unos vans igualmente blancos. Me vestí, tomé mi cabello en una media coleta alta y le amarré listón. Hice una par de suaves rizos en las puntas, me maquillé un poco, lo necesario para ocultar mis grandes bolsas oscuras bajo mis ojos, las que delataban mi falta de descanso. También me puse un poco de brillo en los labios y rize mis pestañas. Tomé mi mochila y móvil, y bajé. Ethan y Grayson esperaban desesperados, deseaban salir a recorrer el lugar lo antes posible, además estaban tan entusiasmados porque mamá les prestó las llaves del auto. Me despedí de ella y sali casi arrastrada por los chicos.

Debo admitir, California es bastante linda. Llegamos a donde, al parecer, era el centro comercial. Era enorme, en toda la extensión de la palabra. Decenas de locales, puestos de comida, de todo. Caminaba en medio Grayson y Ethan, ya que prometieron a mamá cuidarme muy bien, esa fue la razón por la que les cedió las llaves, además creía buena idea que fuéramos conociendo la ciudad.

Mis pies dolían a horrores, habíamos recorrido la mayor parte de los locales, era una locura. Aunque estuviéramos cansados, debíamos seguir, no habíamos terminado las compras. Acordamos en que cada uno iría ésta vez a donde quisiéramos, y en 20 minutos nos veríamos en la heladería para ver qué faltaba. Yo opté por ir directo a un local dedicado a solamente la decoración del hogar, pero me detuve al ver el lugar junto a ese. Parecía ser algo así como una tienda de ropa, o algo por el estilo. Entre y observé el lugar. Habían bufandas, gorras, lentes de sol, collares, brazaletes, de todo.

Me adentre aún más en el lugar, encontrándome con una sección solamente de gorros (beanies). Todos eran realmente lindos, de diferentes estilos, colores, ¡dios, eran hermosos!. Tomé uno entre mis manos, era color negro con un par de detalles blancos enfrente. Después vendría aquí a comprar algunas cosas, sólo que por el momento no podía. Lo coloqué donde estaba y me giré para seguir observando, pero al momento de hacerlo me choque con alguien, haciendo que perdiera el control en mis pies y tropezara. Pero por suerte, no caí a el suelo. Subí la mirada y me topé con un chico de alta estatura, tés blanca, cabello entre rubio y castaño claro, nariz respingada, labios pequeños pero muy bien delineados, ojos cafés claros, o parecían color miel, no sé, creo que comenzaba a entrar en cuenta de que el chico me miraba extraño, pues llevaba un par de segundos en silencio y decir nada, sólo observándolo.

-¿No piensas disculparte? -cuestionó con un tono muy molesto a mis oídos. Abrí suavemente mis labios y entre cerré mis ojos.

-¿Disculpa? -pregunté mientras levantaba mi ceja izquierda.- No creo que tenga por qué disculparme. -respondí molesta. El chico rió entre dientes y se cruzó de brazos.

-Linda, tú fuiste la tonta que no se dio cuenta que estaba detrás tuyo. -soltó y sonrió cínicamente. Rodee los ojos y bufe por lo bajo.

-Idiota. -dije y seguí mi camino, justo a su lado, rozando nuestros hombros por el pequeño tamaño del pasillo.

-¿Qué dijiste? -preguntó riéndose. Me giré y sonreí como si todo estuviese bien.

-Dije que eras un idiota. -soltó una carcajada y negó seguidas veces.

-Gracias por el cumplido. -dijo, lo cual me molestó aún más.

Me límite a seguir caminando y dejarlo atrás mío. Dí un pequeño grito, sobresaltandome al sentir una mano tocar mi hombro. Me giré y ahí estaba..

Waiting for this love » Matt EspinosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora