20. Princesa

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POV: Merina Campos

Han pasado como 3 días desde que _____ despertó, y lleva casi todos esos 3 días encerrada en una sala junto con el cap, el iron lisiado, el Dios cabello de Rapunzel y el Robin Hood para armar una estrategia contra los vatos que nos atacaron en el centro comercial. Nadie ha tocado ese tema, por cierto, decidimos dejarlo intacto hasta que volvamos a entrenar. Exacto, una puta misión súper secreta es más importante que 6 idiotas súper peligrosos y mal portados (ok, tal vez eso último se aplica a mí).

En fin, estaba más aburrida que... mierda, me quedé sin comparaciones. El punto es que estaba bien pinches aburrida, así que decidí empezar a practicar intangibilidad entrando al azar a varias habitaciones por las paredes, y casualmente entré a una sala de reuniones donde por purísima casualidad estaban los weyes de la reunión.

—¿Así que el tus chicos atraparon al último? —comentó el lisiado.

—Vi sus recuerdos, lo hicieron bastante bien para ser su primera vez peleando por su vida —respondió la miss.

—Van progresando —dijo el capitán.

—No están listos para salir como héroes, pero si siguen así, ese día llegará más pronto de lo que creí. Me enorgullece cómo lo enfrentaron, especialmente Iris, supo enfrentar sus miedos. Bueno, si ya quedó pues me tengo que ir, hay un par de asuntos pendientes que debo resolver antes del entrenamiento.

Como iba justo frente a mí, me hice intangible para caer otros pisos abajo. No me di cuenta de cuántos pisos había caído hasta que llegué a los cuartos/celdas.

Iba a irme, hasta que escuché una hermosa voz ahí. Era de una chica, estaba cantando. Su voz era tan dulce y hermosa que podría confundirse con la de una sirena, ya saben, porque atraen gente con la voz para llevarlas al fondo del océano. Lentamente me fui acercando, sin intenciones de dejar de escucharla.

—Vengan a cantar, al compás tan feliz que tiene mi canción, vocecitas llenas de ilusión... —cantaba ella.

Conforme me fui acercando, noté que alguien sacudía una de las sabanas de los colchones, luego volteé a ver y, con esa cabellera roja y rizada, supe quién era la dueña de tan melodiosa voz, y cuando me di cuenta de lo cursi que soñaba en mi cabeza.

—Ob, hola Mer.

—Iris, ¿qué tal? —saludé tras volver a la realidad.

—Bien, limpiando el cuarto porque ya estaba desordenado.

—¿Y por qué otra razón sería, princesa?

—¿Princesa? —preguntó confundida.

—Ya sabes, porque eres tierna, inocente y cantas como princesa Disney —respondí.

—No soy mi tierna mi inocente —dijo haciendo un puchero, que sólo demostraba mi punto—. ¿Y en serio crees que canto bien?

—Si no cantaras como sirena, me hubiera ido a quién sabe dónde. ¿Te ayudo a limpiar?

—Me sería de gran ayuda, Mer. Gracias.

Pues me tocó trapear el piso, así que esperé a que la princesa terminara de barrer. Mientras barría, cantaba más canciones de Disney (y así dice que no es adorable). Y seguía cantando mientras yo barría, así que no pude concentrarme por esa voz tan mágica.

Y sin darme cuenta, me había ido por donde no era.

—¡Hey! Me está cayendo agua de trapear en la cabeza —se quejó—. Emmm... Mer, estás en el techo.

—Claro que no —reproché sin quitar la vista del suelo, hasta que vi algo inquietante—... ¿qué hace este foco aquí?

—Voltea.

Conociendo a mis héroes 2: Evolution ProjectWhere stories live. Discover now