18. Una boda, un partido y una _____

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POV: Normal

Eran las 10 de la mañana en Nueva York, y ya todos en la mansión de los X-Men estaban yendo de un lado para otro, concentrados en lo que estaban haciendo y emocionados por la causa. Resulta que ya eran las 10 de la mañana del 15 de enero, el día en que Wanda y Natasha por fin se unirían en matrimonio tras unas cuantas veces en que el gran día fue pospuesto.

Las únicas que no estaban ocupadas debido a la insistencia de los demás, eran las protagonistas del día. Tanto Wanda como Natasha se encontraban en habitaciones separadas (aún tenían que terminar de llevar unas cosas para que la unión de cuartos fuera oficial), y pensando en lo que harían más tarde.

Natasha estaba en su habitación de la torre, murmurando unas palabras mientras caminaba de aquí para allá, tan nerviosa como cualquiera se podía imaginar. Y justo allá había ido Clint, su padrino de velación.

—¿Nerviosa? —preguntó al entrar.

—Repasando los votos —respondió—. No puedo cometer un error en esto, tiene que ser perfecto.

—Eso no se repasa —le dijo entre risas—. Cuando se dicen los votos, se habla desde el corazón. Es mejor decir lo que piensas en el momento, te lo digo por experiencia.

—Jamás pensaste verme así, ¿verdad? —preguntó Natasha sentándose en la cama, tratando de tranquilizarse.

—Siempre supe que llegaría un día en el que te enamorases de verdad, pero nunca creí que te llegaría ver así de nerviosa —replicó mientras se sentaba a su lado—. Mientras no te estés echando para atrás...

—Eso nunca —aseguró ella—. Amo a Wanda y he esperado mucho tiempo este momento. Es que... tengo miedo de arruinar las cosas, no quiero hacer nada mal para alejarla de mí o ponerla en peligro. Mucho menos ahora que soy un fenómeno...

—Eres muchas cosas, menos eso. Personas como nosotras no somos normales, ¿y qué? Al menos ustedes pueden tener hijos en un futuro. Lo que sea que te haya pasado no implica que seas distinta. Antes de que digas algo, hay cosas que ni tú puedes echar a perder, y el Scarlettwidow es una de ellas.

—Gracias, hermano del alma —ambos se dieron un abrazo—. Y gracias a ti, estoy pensando en cómo se verá Wanda con ese vestido.

—Oh, créeme cuando te digo que nada de lo que tengas en mente superará a esa imagen. Así me pasó con Laura y luego Pietro en ese esmoquin.

Entonces entró Yelena con un vestido rojo escarlata en mano, un poco molesta. Gracias al sonido de la puerta contra la pared, ambos amigos se separaron.

—¿Por qué no me dijiste que tenía que ponerme esto? —preguntó seria.

—Para asegurar que fueras una de las damas.

—Idiota, no tenías que ocultarme esto para que aceptase. Lo que sea por mi querida hermanita de la que no sospeché que se fuera a casar por cómo nos burlábamos de mamá y papá —aseguró sentándose al lado de Nat y pasando su brazo por sus hombros.

—Aquí la menor eres tú, y ya te quiero ver enamorada.

—¿No tienen la misma edad?

— A callar, Barton —lo callaron ambas.

—Ya sé que me quieren.

Por otro lado, Pietro y Peter decidieron ir a ver a su hermana, que empezaría a alistarse dentro de una o dos horas. Se llevaron una pequeña sorpresa cuando entraron y la vieron vomitando en el baño. Ninguno tardó ni una décima de segundo, Peter fue por un vaso de agua y Pietro se quedó a su lado, apartando el cabello de su rostro y tallando su espalda.

Conociendo a mis héroes 2: Evolution ProjectWhere stories live. Discover now