Cap.34

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No hubo momento en el que los dos dejaran de hablarse, durante todo el recorrido a territorio ruso platicaron de manera normal, simplemente hablan de cualquier cosa que se les viniera, sin darse cuenta sus temas llevaban a otros y a otros y a más, que les era imposible dejar su charla amena. 

Rusia nunca le aparto los ojos de encima, no es como si México tuviera algo llamativo ese día, solo se quedo hipnotizado por aquel país latino. Ahora que tenia en claro que gustaba de él podía disfrutar de verlo solo por gusto, esperaba en algún futuro poder apreciarlo todo lo que quisiera con consentimiento.

- Y el wey se quedo atascado en el árbol.- relataba una de sus desaventuras mientras hacia mímica con sus manos.- Y ahí voy yo como pendejo a querer ayudarlo y ¡Zaz! ¡que me quedo atorado también!

- Ay taco.- le dijo soltando leves risas y negando con la cabeza.

- Nommmbre tuvieron que hablarle a mi jefe porque si no ahí nos quedábamos los dos.- dijo en burla recreando la escena en su mente de Chile y él atorados en un inmenso árbol solo por sus tontos retos.- Ay no...- México por fin le dio la mirada al ruso, este de forma inmediata disimulo volteando sus ojos a otra parte.- Y....¿qué haremos estos tres días?.- al principio no pensó en ello, solo acepto la propuesta del ruso en cuanto se la dijo, no lo medito ni un poco, si se trata convivir con su enamorado platónico, aceptaba cualquier cosa.

- ¡Oh! pues tengo planeado varias cosas.- le sonrió emocionado, él si que tenia planeado el que harán esos tres días juntos, no iba a lanzarse sin paracaídas.- Pero quisiera que fuera una sorpresa...- le miro aun sonriendo. Su único propósito con sus "obsequios" seria nada más intentar enamorarlo, luego de la aceptación viene la acción, no iba a quedarse de brazos cruzados esperando a que México solamente viniera a él y le dijera "Te amo", se casaran, tuvieran tres hijos, un perro y un gato, así no son las cosas, todo tendrá su proceso, lo único que tiene que hacer es ser precavido y no llegar a hostigarlo o molestarlo.

- Me parece bien.- respondió con una sonrisa de medio lado. Las emociones le carcomían por dentro, que más quisiera gritar a los mil vientos cuando le gustaba, quería desahogarse de todo ese amor, pero, aun desconfiaba, tal vez solo Rusia quería pasar tiempo de amigos, reforzar la amistad ¿verdad?.

- Oiga Señor Rusia...¿es verdad que usted monta osos?.- escucho el ruso por encima de su asiento una voz juvenil.

- Ay hijos de la chingada...- susurro México.- ¡Escuincles! ¡¿Qué les dije?!.- el tricolor volteo con molestia a los asientos traseros.

- ¿No traer cosas ilegales?.- se escucho a otro, específicamente a Sonora, quien se asomaba por encima del asiento.

- ¡No!...bueno también, ¡pero lo otro!.- estaba comenzando a sentir vergüenza por como Rusia solo parecía verlo a él.

- ¡No hacer preguntas pendejas!.- atino a decir Oaxaca mostrándose por un costado.

- ¡Eso! No quiero que incomoden a Rusia...- México volteo su rostro al euroasiático, este le miraba con una sonrisa de medio lado, y antes de que pudiera volver a regañarlos, el ruso le interrumpió.

- Tranquilo México, solo están siendo curiosos.- le mostro su sonrisa más grande.

- ¡Apá! ¿Me prestas tu traductor para poder entender al Señor Rusia?.- Hablo Sonora, el responsable de la pregunta, México aun con duda, se quito su traductor y se lo entrego a la mano alzada del norteño, mirando con inquietud al ruso.

- No te preocupes México, no me incomoda para nada.- se separo levemente de su asiento, se dio vuelta y que quedo sentado sobre sus rodillas mirando a la parte trasera, donde resguardaban los estados mexicanos; había seis de ellos, Sonora, Chihuahua, Veracruz, Oaxaca, Edo. de México y la capital;  las razones a lo que llevaron a ambos países a traer con ellos esos seis jóvenes inicio por una simple broma; mientras Rusia y México hablaban en esa tarde en aquel parque recreativo, algunos de los estados se acercaron para convivir con el nuevo amigo de su padre, México aprovecho para decirles que se iría con él, pero la capital tuvo la fantástica idea de auto-invitarse junto a otros de sus hermanos, recibió una negación absoluta de su padre, pero Rusia quiso aceptar, no le pareció mala idea que los estados fueran de "Excursión" a su territorio, total, si quieres la vaca tienes que ganarte a los becerros.- Si...he montado osos, incluso tengo a una como mascota...- hablo con una pisca de orgullo al chico que le hizo la pregunta, Sonora, este le miro con una sonrisa divertida, luego, sintió como le arrebataban el artefacto de su oído.

¡Cambio De Planes!Where stories live. Discover now