IV

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--¿Te acuerdas de aquella vez que te quedaste dormido y casi perdemos el bus para ir a las Nacionales?

Yamaguchi hace un sonido para darle a entender que se acuerda.

¿Cómo iba a olvidarlo? Estaban en segundo año. Él no había podido dormir el día anterior al viaje porque estaba tan nervioso que apenas pudo cerrar los ojos en toda la noche. Para colmo, ni siquiera se había dado cuenta de que no había puesto la alarma para el día siguiente y lo primero que vieron sus ojos irritados por la mañana fue a kei con la expresión más terrorífica que ha visto nunca. Por aquel entonces, como siempre, Tsukishima pasaba por su casa a recogerle para ir juntos, pero al ver que Yamaguchi no bajaba de su dormitorio y ya iban justos de tiempo, subió para encontrárselo completamente frito en la cama. Aquel día Yamaguchi se vistió en tiempo récord, sí, pero tardó diez minutos encontrar su uniforme (que resultó estar ya guardado en su mochila).

En conclusión, los dos salieron de su casa corriendo como unos locos que saben, saben que no van a llegar a tiempo ni de coña. O al menos Yamaguchi pensó que él no llegaría. Tsukishima tenía las piernas más largas que él y corría más rápido, no se acababa literalmente de despertar ni tampoco se encontraba mareado por estar haciendo esfuerzo cuando ni si quiera había desayunado. Cuando Tadashi se fue quedando atrás a medida que avanzaban y el rubio se dio cuenta de que seguramente a ese ritmo el bus se iría sin ellos, en un rápido movimiento alcanzó su mano y tiró de él el resto del camino. Al final ambos llegaron a tiempo y entraron al autobús todavía cogidos de la mano. Todos estaban tan metidos en sus propios asuntos que nadie se fijó que siguieron así hasta sentarse en sus respectivos asientos.

Yamaguchi tenía mil recuerdos junto a Tsukishima, pero ese era uno de los que atesoraba porque, inexplicablemente, cuando solía echarle de menos volvía a notar su mano junto a la suya. Porque en todo el camino ni siquiera se fijó por dónde iban, sino en sus manos y el contraste entre la piel pálida del mayor y su piel aceitunada adornada con tímidas pecas. Era una tontería, lo sabía. Era un recuerdo sin mucha importancia más allá de la que él mismo le había querido dar, lo sabía. Pero que Tsukishima también lo recordara le había llenado de una estúpida calidez inexplicable (justo la calidez que necesita un corazón cansado del frío).

En el otro lado del teléfono Tsukishima vuelve a tomar aire antes de seguir hablando.

--Escúchame, se me han olvidado unos documentos importantes en el piso.

Tadashi abre los ojos. "Sí que estaba hoy raro", se dice. Pocas veces se le olvida algo a Tsukishima Kei, y ese día ya llevaba unas cuantas cosas. Ahora que sabe por dónde se dirigen los tiros presta más atención.

--No puedo volver porque tengo que preparar una reunión. Ahora mismo son justamente las doce y diez, creo que se tarda más o menos cuarenta minutos en llegar a pie hasta mi empresa. El cliente va a estar aquí sobre la una del medio dia. A esta hora es imposible coger un taxi y el metro va a estar atestado, se tardaría el doble de tiempo en llegar.

El menor no entiende muy bien por qué le cuenta todo eso, hasta que conecta los puntos a medida que sigue hablando.

--¿Quieres que te los lleve? --pregunta. No lo dice con molestia. De hecho, se siente orgulloso de que confíe en él para algo tan importante.

Al otro lado de la línea kei responde lo que parece ser una pregunta de otra persona antes de volver a dirigirse hacia él.

--Quiero que corras incluso más que ese día, porque realmente los necesito aquí lo antes posible. Por favor --el tono de su voz delata la urgencia del asunto.

Yamaguchi le pide indicaciones sobre dónde se encuentran esos papeles y le da su número de teléfono para que Tsukishima le envíe la ubicación de su empresa. En otra ocasión Tadashi probablemente celebraría por todo lo alto haber conseguido al final su número, pero en ese momento se centra en salir por la puerta tal y como encuentra los documentos y guarda las llaves en su bolsillo.

I Belong Where You Belong | TsukiyamaWhere stories live. Discover now