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_____ durmió durante la primera función pero, para sorpresa de Tae, se presentó cuando comenzaba la segunda función. La siesta de dos horas había hecho maravillas en ella y parecía más relajada que en los días anteriores. Mientras recorría la pista de arena sobre Misha, Tae la vio saludar con las manos y lanzar besos a los niños sin ser consciente del efecto que aquel llameante maillot rojo tenía en los padres de las criaturas. Tae tuvo que contenerse para no arrancar la gorra de alguno de esos imbeciles con el látigo.

Cuando la función finalizó, él se fue a la caravana para cambiarse de ropa. _____ solía estar ya allí, pero no la vio por ninguna parte.

Intranquilo, se vistió rápidamente y regresó al circo. Un destello de lentejuelas rojas cerca de la puerta principal atrajo su atención. Vio a su esposa rodeada por tres espectadores. Todos se comportaban con cortesía y, desde luego, ella no corría peligro, pero aun así quería estrellar el puño contra aquellas caras presumidas.

Uno de ellos dijo algo y la joven se rio, un sonido angelical que flotó en el aire de la noche. Tae maldijo por lo bajo.

—¿Qué es lo que te pone de tan mala leche?

Al ver a Brady detrás de él, Tae se obligó a relajarse.

—¿Qué te hace pensar que estoy de mala leche?

Brady se puso un palillo en la comisura de la boca.

—La manera en que miras a esos tipos.

—No sé de qué estás hablando.

—No lo entiendo, Tae. Pensaba que ella no te importaba.

—No quiero hablar de eso.

—No te preocupes, no tengo intención de hablarte de ella. —Se pasó el palillo de un lado a otro de los labios. —Pero de todas maneras creo que, a pesar de que sea una ladrona y la odies, no deberías hacer trabajar tan duro a una mujer embarazada.

—¿Quién te ha dicho que está embarazada?

—Es lo que piensa todo el mundo. La noche de la fiesta sorpresa no parecías exactamente un novio feliz.

Tae apretó los dientes.

—No está embarazada.

A Brady se le cayó el palillo.

—¿Entonces por qué mierda te casaste con ella?

—Eso no es asunto tuyo. —Tae se alejó.

Tae trabajó hasta medianoche. Cuando entró en la caravana, _____ estaba dormida, pero en lugar de estar acurrucada sobre un montón de sábanas arrugadas como siempre, yacía en el sofá con el maillot de la función todavía puesto, como si se hubiera sentado unos minutos y se hubiera quedado dormida sin querer. Él sabía que una cosa era ser duro con ella y otra llevarla hasta el límite de sus fuerzas. En ese momento supo que no podía dejar que siguiera trabajando así. En lo que a él concernía, _____ había pagado su deuda y había llegado el momento de bajar el ritmo.

_____ tenía los labios ligeramente entreabiertos y los mechones del pelo oscuro se extendían sobre el almohadón del sofá como cintas sedosas. Estaba tumbada boca abajo y a Tae se le secó la boca al ver ese dulce culito respingón cubierto sólo por la trama en forma de diamantes de las medias negras de red. La fina tira de lentejuelas que cubría la unión de las nalgas hacía que la visión fuera todavía más atrayente. Se obligó a apartar la mirada, se desnudó y entró en el cuarto de baño, donde se metió rápidamente bajo el agua fría.

El ruido de la ducha debió de despertar a la chica, porque cuando Tae apareció envuelto en una toalla, la joven estaba delante del fregadero con su la bata azul cubriendo el maillot. Las pequeñas manos femeninas asomaban por las mangas mientras cortaba un trozo de pan.

Ángel | KTHNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ