Día 102

566 61 16
                                    

En camino a nuestra nueva casa. Sólo quería llegar y verla ya. Martinus se la paso consintiendome todo esa semana, no teníamos ninguna preocupación. Tanto tiempo libre nos permitía disfrutar del otro cada día, me encontraba un poco adolorida por no tener un día de descanso pero lo valia.

-Ponte esto- dijo Martinus en el auto que nos llevaba a nuestra nueva casa.
Ya con los ojos vendados el auto se detuvo minutos después. -Baja con cuidado, no quiero que te tropieces- escuche la puerta abrirse y su mano sobre la mía para poder bajar.

-Estoy muy nerviosa, me imaginaba esto cuando nos casemos pero no me molesta tampoco- dije sonriendo caminado junto a él.

-Es un poco apresurado pero quiero un nuevo inicio junto a ti sin esos malos recuerdos.

Y en verdad que teníamos muchos. El más reciente que fue con Federica, el otro que fue con Jacob, el que tuve con mis padres cuando me abandonaron y como olvidar el día en que Martinus se separó de mi, no dejaba de llorar y todo eso en verdad me lastimaba.

-Se que te va a encantar- susurro detrás de mi quitandome las vendas.
Mis ojos vieron una pequeña pero hermosa casa color azul, no me molestaba para nada. Era hermosa a mi parecer.

-Es muy linda y ya se porque es azul- dije riendo tocando su codo. El color favorito de Martinus era el azul.

-Y también sabes porque te elegí a ti ¿verdad?- dijo dandome un beso. Claro que lo sabía y me sentía enormemente feliz por eso.

Entramos a nuestro nuevo hogar, era increíble y a la vez extraño, teníamos sólo diesises años y ya vivíamos juntos em nuestra propia casa. Nunca lo hubiera creído además edtaba con Martinus, él chico que se merece algo mejor pero me eligió a mi.
Al entrar vi que ya tenía algunos muebles, lo arreglaría todo después. Mire la cocina y era perfecta para los dos, fui al baño que también era muy sofisticado. Todo estaba de maravilla pero no encontraba nuestra habitación, fui al primer piso y vi dos puertas. Entre a la primera encontrando una gran cama y una ventana enorme desde el piso hasta el techo, nuestros vecinos podían vernos perfectamente pero unas cortinas lo solucionaba. Era muy espacioso para ser honesta.

-Espero que te guste nuestro nievo hogar- dijo abrazandome por atrás.

-Es muy linda en verdad sólo que pienso que no me lo merezco, tú me das tantas cosas y yo no puedo darte nada, eso me hace sentir mal.

-¿Qué dices? Tú me das lo más importante, tu amor, alegras mis días no sabes cuanto, te amo-dijo mordiendo el mi oreja. Martinus no por favor, eso me estremecia.

Las próximas horas estábamos cada cosa de las cajas buscando el mejor lugar para ponerlas  y si que era cansado pero lo disfrutaba. Martinus también se veía feliz, era un nuevo inicio. Estaba ansiosa por conocer el vecindario porque no lo pude ver.

-Fue suficiente por hoy, vamos a comer- dijo Martinus dejando las cajas a un lado.

-Claro, sólo voy a tomar mi abrigo.

Salimos tomados de la mano y después de unos minutos de caminata pude ver un gran centro comercial, dios. Nos dirigimos a el y entramos para buscar algo de comer. Todos los lugares estaban repletos pero gracias a Martinus entramos mucho más rápido y tuvimos un gran servicio. La comida fui deliciosa pero sentí que lo menos que podía hacer era cocinar para Martinus y yo.

-La comida me encantó, debemos volver aquí- dijo Martinus tacando mi mano.

-Si pero te quería proponer algo- empecé a tocar las yemas de mis dedos sin intención.

-Dime lo que tu quieras- sonrió. Este chico era más hermoso cada segundo.

-Quiero cocinar desde ahora, ya no salir a comer encontró lugar y estar en casa para cada comida.

-Me encanta la idea, sabes que puedes hacer locaue tu quieras, es mas ahora podemos ir a comprar todo lo que necesites.

-Me parece bien, te amo.

Entramos al supermercado de ese centro comercial, era muy grande, no podía lograr ver el final de los pasillos  esto era mucho más grande que el de nuestro anterior vecindario. Martinus tomo el coche para empezar a caminar desde el principio para que no se nos pase nada.

-Antes de olvidarlo, buscaré lo más importante y luego lo demas- dijo Martinus cómo un niño buscando algo en específico. Lo encontró y corría con el coche dejándome atrás.

-Calmate o te puedes caer ¿Qué es tan importante que debes correr? Ni que se fuera a terminar- me detuve y lo vi. Chocolate, era chocolate. Antes de poder decir algo más él ya había puesto muchas barras y frascos de este. Seguía siendo un niño, mi niño. -No se pero no me sorprende- empecé a reír.

-Me gusta mucho y falta lo demas, luego quiero que me hagas un favor.

Seguí a Martinus por más de diez minutos y lo único que el carro tenía eran dulces o snacks. Cuando yo decía comprar comida, me refería a la de verdad.

-Ahora si vamos a comprar algo saludable- dije apartandolo del carrito porque sino Martinus no pararía de comprar dulces.

-Una cosa más.

-Esta bien pero la última- respondí. Estaba tan distraída viendo todo lo que Martinus había tomado que lo perdí de vista hasta que me abrazo.

-Gracias por soportar mis idioteces, te amo mucho, demasiado y no quiero que te alejes de mi nunca por favor- me había quedado congelada, no me esperaba eso. Trate de voltear para verlo pero vi como unas lágrimas caían sobre sus mejillas.

-No llores Martinus, nunca te voy a dejar y amo todo lo que haces, nunca me hartó de verte haciendo "estupideces" como tú dices, es más eso me encanta- seque las lágrimas que tenía para luego abrazarlo. Nunca había pasado esto.

-Tengo miedo de perderte- susurró aferrandose más a mi.

Él no lo sabía pero verlo así me ponía muy mal, odiaba verlo llorar. No se merecía eso.

-No lo harás ¿Esta bien? No lo harás- trate de calmarlo. Tenía miedo, no entendí porque me decía eso.

-Te amo, no sabes cuanto.

Al separarnos vi como muchas personas nos estaban mirando pero apartaron la vista al hacer contacto visual con los dos. Trate de tomar lo esencial para volver a casa. Pago Martinus y fuimos a casa en un taxi porque teníamos muchas cosas. Llegamos y baje todo hasta la puerta para que el señor se fuera, metimos todo a la cocina pero podía ver a Martinus triste.

-Podemos ver una película, ve y pon la que tu quieras mientras yo llevo algunos dulces- dije tratando de animarlo.
Él subió a la habitación y yo corrí para tomar todo lo que él había escondido. Entre a la habitación y vi a Martinus sobre la cama con su laptop, me senté junto a él para poder ver la película que había elegido.

-The space between us- dijo tomando una barra de chocolate.

-¿Qué?- pregunte confundida, ¿el espacio entre nosotros?¿qué significa?.

-Así se llama la película, pensé que la habías visto- dijo un poco feliz.

-No había escuchado de ella pero debe ser muy buena- respondí.

-Lo es- los dos nos acomodamos para poder verla. Mire a Martinus, se veía aún preocupado. Lo abracé y el hizo lo mismo, de alguna manera eso me hacía sentir más relajada y al parecer a él tambien, lo acariciaba suavemente mientras pasaba el tiempo, lo cuidaba mucho más que a mi. Él era lo más preciado que tenía.

30 días junto a Martinus (Marcus Y Martinus)(Marcus And Martinus)Where stories live. Discover now