Día 16

684 63 7
                                    

Este es un nuevo día me dije entusiasmada como si nada malo hubiera ocurrido. Como siempre Martinus y yo fuimos juntos al colegio, alcanzé a ver una de esas chicas mirándonos molestas, no se si lo hacían antes, nunca prestaba atención. Solté la mano de Martinus sin darme cuenta hasta que mi miro con dudas.

—¿Estas bien? —volvió a juntar su mano con la mia.

—No fue nada —sonreí restandole importancia. Estaré bien si me mantengo alejada de esas chicas.

Estaba tan feliz, las clases finalizaron y no volví a ver a esas chicas. Otro día superado, sonreí.

—¿Sabes algo? —preguntó de repente.

—Depente... debes ser mas específico —reí. Martinus podía estar refiriéndose a unicornios o a la maestra.

—Se trata de Marcus —suspiro. No qieria verlo triste, siempre lo hacía cuando hablaba de su hermano— recordé que él y yo teníamos un lenguaje secreto para comunicarnos—sonrió.

—¿Cómo es eso?

—Era cuando teníamos ocho años. Marcus y yo creamos un "lenguaje super secreto" que sólo nosotros podríamos entender. Éramos sólo niños pero me parece divertido recordarlo —sonrió amargamente.

—Yo nunca tuve hermanos, supongo que es divertido.

—Lo es y para que no te sientas mal te voy a enseñar a ti también, no lo recuerdo muy bien pero trataré.

—Debo sentirme halagada ¿verdad? —asintió sonriendo.

Después de varios minutos logre entender a medias. Era muy confuso para mi pequeña cabeza aunque fue divertido ver las caras de Martinus cuando yo trataba de hablar.

—Creo que es suficiente por hoy —estaba exhausta y por no hacer casi nada.

—Si, no quiero que tu cabeza explote con algo tan simple —llevo sus manos a su estómago y empezó a reír. Me gusta verlo así, sonriendo. No le reproche por eso.

También estaba feliz, Martinus me enseñó algo que se podría considerar especial y muy secreto. Me sentía especial, más que una reina.

—¿Quieres que te cuente como empezó nuestra carrera?

Muchas veces me lo pregunte pero no se lo dije. No quería ser imprudente.

—Si —no podía mentir.

—Participamos en un concurso para niños y no se ni como pero ganamos, desde ahí espeso todo esto. Lanzamos una canción después de un tiempo y las visitas empezaron a llegar muy rápido, todo fue una locura —pude verlo, tenía ese brillo en sus ojos. Seguro que extraña eso. Tenía miedo, se que Martinus no puede quedarse aquí por siempre, estoy segura de que va a volver con su hermano y se olvidaría de mi, no quería que pase, no lo soportaría.

—¿Lo extrañas? —pregunte sin pensarlo.

—¿A Marcus? —asentí— mucho, es mi hermano. A veces me molestaba que tomaba mi ropa y tengo que decirte que cuando digo toda es toda, hasta mis boxers —no necesitaba saber eso pero reí— pero aún así lo quiero y si me gustaría estar con él ahora pero no es posible. Recuerdo que nunca nos habíamos separado por tanto tiempo como ahora. Cuando tenía seis o siete años tuve que ir al hospital porque me caí jugando con Marcus y me rompí el brazo, como eramos niños Marcus no puedo venir pero me contaron que se puso muy triste y solo queria que regrese, me dijieron que ni comía. Estuvimos separados por un día porque estaba en el hospital, eso fue lo más largo hasta ahora que ya voy más de un mes.

—Seguro lo vas a volver a ver —sabía a lo que me enfrentaba pero estaba siendo egoísta. Me iba a doler, estaba claro pero Martinis merece ver a su hermano. Me atrevo a decir que lo ama y merecen estar juntos.

30 días junto a Martinus (Marcus Y Martinus)(Marcus And Martinus)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora