Tu mano

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Capítulo 10

"Tu mano"

—Creo que me estoy volviendo loca —dijo Brenda que tenía apoyada la cabeza en la mesa del asiento de Laini.

—¿Te acabas de dar cuenta? —se burló y llevó una mano a su collar. No se daba cuenta que lo hacía, simplemente se convirtió en un reflejo tener la letra "L" entre su mano y con el dedo pulgar delinear todo el borde.

—¿De dónde has sacado eso? —le señaló Brenda con expresión curiosa.

—Uno de los regalos de Martín —se encogió de hombros, de nada servía ocultarlo, Brenda consiguió enterarse acerca de la "apuesta" "reto"... lo que sea que hizo con Martín. Lo cual le recordaba que debía ser más precavida pues por mucho que le agradara Brenda no estaba dispuesta a dejar que supiera todo de ella, la dejaría llegar hasta donde se sintiera conforme. Entrometerse en su vida privada... bueno, por algo era privada ¿no?

Brenda sonrió lanzándole una mirada cómplice.

—¿Le aceptaste un regalo? —habló con sorpresa fingida, para lo poco que se conocían podía percatarse cuando ella era sincera y cuando no, como en ese momento. Empezaba a sospechar que Brenda pudo haberlos espiado durante la salida/cita del fin de semana.

—No veo nada de malo en ello —se excusó empezando a golpear sus dedos en la mesa de su asiento con impaciencia.

—Así se empieza, primero citas, regalos, mañana probablemente habrá un beso y al día después admitirás que estás enamorada —lanzó un suspiro fingido—. Lo digo por experiencia.

—Ah, sí con ese chico Gerardo —rodó los ojos—. Ni siquiera lo conoces.

Brenda se acercó para poder apoyarle una mano sobre su hombro.

—De eso se trata salir con alguien, conocerlo, ver que tan compatibles pueden llegar a ser antes de seguir avanzando —habló con un tono de mujer sabia.

—Pero entonces no es amor, solo es un momento de lujuria que en cuanto pasa el efecto ven sus defectos y es un doloroso adiós.

—Solo digo que no deberías cerrarte ante la posibilidad de poder amar a alguien genial.

—Es que no estoy cerrándome —insistió. Al parecer nadie podía comprenderla y preferían verla como una persona cerrada en lugar de objetiva—. Tampoco me considero alguien que no crea en el amor, lo creo y me gustaría enamorarme de alguien en algún momento de mi vida, pero no de la forma en que actualmente las personas se "enamoran". Se ven, hablan un par de veces, se hacen novios y ya están jurándose amor eterno. Así no debe ser, algo tan superficial... jamás quiero sentirlo. Estoy en busca de algo real y duradero no de eso que puede terminar tan pronto como empezó.

La expresión de Brenda cambió de diversión a la sorpresa, seguro no esperaba que pensara de esa forma, nadie en realidad. Ella misma se había encargado de crear esa fama de sí misma, una persona dura a quien los demás se viesen obligados a respetar. Tristemente las personas asociaban una personalidad dura con una sin sentimientos y sobre todo sin la capacidad de amar.

—En parte te entiendo —Brenda sacudió su cabeza antes de seguir hablando—. Pero desde mi punto de vista cuando se empieza una relación con el punto de conocerse en el transcurso ayuda a no tener un final doloroso en caso de no ser compatibles al final.

—Es que no entiendo ¿por qué apresurarse a iniciar una relación en lugar de esperar a conocerse? Se puede ser amigos en ese transcurso ¿no te parece? —preguntó empezando a cansarse de esa plática. Brenda estaba convencida de sus palabras porque estaba "enamorada" y ella tampoco dejaría de defender su punto de vista porque era objetiva.

30 días para enamorarmeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora