45. Chantaje.

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                                                         45. Chantaje.

Observé como la mirada de Luke se volvía cada vez más dura y sus manos se habían cerrado en puños.

—Luke...—Comencé a decir dando un paso hacia él pero este ya había empujado a Brook, haciendo que su cuerpo chocase contra la pared y gruñó de dolor.—¿Qué haces?—Reclamé gritándole y me puse entre ambos.—¿Quieres terminar de matarle ya? ¡No hace ni dos semanas que lo dejaste en el hospital!

—Podría ahorrarme el paso de mandarle de nuevo al hospital y enterrarle bajo tierra.—Masculló haciendo un amago de volver a arremeter junto a él pero mis manos en su pecho se lo impidieron.

—Tienes que parar con esto, tranquilízate.—Le susurré mientras cogía su cara entre mis manos haciendo que apartase su mirada de Brook para que se centrase en mí pero se soltó abruptamente de mi agarre.

—¡¿Ese hijo de la gran p...?!

—¡Luke!—Reclamé y le eché una mirada rápida a Brook que estaba recostado en la pared con sus manos en el estómago.

—¡¿Casi te besa y le defiendes?! ¡¿Qué mierda está mal contigo, Mickie?!—Gritó, casi haciendo que el techo se agrietase por su tono de voz elevado.

—Por favor, no lo ha hecho, no iba a hacerlo.—Intenté calmarle mientras volvía a poner las manos contra su pecho, aquello había hecho que el efecto tranquilizante que tenía el alcohol sobre mí, se evaporase.

—Iba a hacerlo.—Escuché la voz ronca de Brook desde atrás y cerré los ojos con fuerza, deseando que en verdad no hubiese dicho eso. Luke me apartó y fue hacia él, lo agarró del cuello de la camisa y lo estampó contra la pared, agarrándolo del cuello de la prenda.—Pégame una vez más y haré que te echen del equipo, sabes que puedo hacerlo.—Amenazó Brook con una sonrisa en su rostro y noté como Luke perdía un poco la compostura.

—No serás capaz.—Masculló Luke, sabía cuanto le importaba el baloncesto y jugar con eso, no era jugar limpio.

—Rétame, soy el hijo del entrenador, ¿recuerdas, Hemmings? Y me da igual quedar como un jodido hijo de papá o un maldito chivato si con eso consigo hundirte.—Mis ojos se abrieron mientras observaba la escena, jamás le había escuchado hablar así, sonaba como si sintiese odio, como si de verdad odiase a Luke.

—Tienes que estar bromeando.—Pronunció Luke entre dientes empujándole más contra la pared y a pesar de el gruñido de dolor que Brook soltó entre sus labios, en su rostro continuaba aquella sonrisa que sabía que tanto estaba enfadando a Luke.

—No quieras que pruebe el punto, Hemmings.

—Chicos, tenéis que parar...—Me acerqué a ellos con precaución mientras ambos continuaban mirándose como si fuesen a arrancarse mutuamente la cabeza.

—No vas a probarlo porque voy a matarte, gilipollas.—Dijo Luke furioso y soltó una mano del cuello de la camisa de Brook para levantarla en puño e intentar chocarlo contra la cara de mi mejor amigo, pero mi mano le frenó agarrándole de la muñeca.

—Se acabó, vámonos.—Tiré de Luke hacia atrás y consiguiendo que se apartase de él.

—Vaya, te tiene dominado, eh.—Habló mordazmente Brook, repitiendo la frase que Luke le había dicho una vez.

—¡Brook!—Protesté, mi mejor amigo parecía querer morir esa noche, pues no estaba en condiciones para pelear de nuevo con Luke, y aún así, continuaba provocándole.

—Maldito gilip...—Comenzó a insultarle Luke y me le llevé de allí, casi arrastrándole a una de las habitaciones que resultó ser el baño.

Genial, ahí estaba.

Rebeldía (Luke Hemmings)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora