34. Sorpresa de un viernes por la noche.

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                                               34. Sorpresa de un viernes por la noche.

El baile de otoño se acercaba, a penas quedaban tres días y yo seguía sin hablar con Luke y sin pareja para el baile. No iría. No iría y no me afectaría en absoluto. Claro.

—Hola, Irwins.—Saludó Brook cuando salí de casa seguida de Ashton que iba pendiente de su móvil. No había vuelto a pillarle en ninguna de sus escapadas a escondidas aunque sabía que seguía haciéndolas. No había recibido llamadas de Travis. No había recibido otra nota de "Anónimo". Todo parecía ir bien, dentro de lo bien que podía llegar a estar mi vida, pero echaba de menos a Luke, quería que se arrodillase pidiéndome perdón, diciéndome que lo sentía, que reconocía sus celos ante Brook como también reconocía haberse pasado de la raya invitando a Samantha al baile. Pero eso no ocurrió, después de la "pelea" que habían tenido él y Brook en el gimnasio días atrás, Luke había querido hablar conmigo el día siguiente en la cafetería, estaba dispuesta a darle la palabra, escuchar lo que tuviese que decirme pero entonces Samantha apareció, agarrándose a él cual garrapata y su cara en ese momento era todo menos molesta. Sabía que fingía por quedar bien delante de todos, por no parecer afectado por que estuviésemos peleados, o a lo mejor no fingía y era solo mi mente queriendo buscar una explicación para hacer menos idiota a Luke Hemmings de lo que ya era.

Montamos en el coche y Brook pulsó play para dar paso a su grupo favorito, Rolling Stones, mientras que yo me dediqué a mirar por la ventana, evadiéndome de cualquier tipo de conversación que estuviesen teniendo mi hermano y Brook en ese momento.

Salí del coche mientras apenas escuchaba las réplicas de Brook debido a mi carácter ausente hoy, pero no quería hablar con nadie, no me apetecía y no tenía ánimos para nada. Entré en clase de filosofía encontrándome con Jodie en su habitual sitio, me sonrió y fui con ella, me había acostumbrado a sentarme con ella, tener una amiga en aquel lugar nunca era malo, ¿no?

—Buenos días, Mickie.

—Hola, Jo.—Me dejé caer en la silla, casi quedándome dormida al instante.

—¿Una mala noche?—Quiso saber viendo como dejaba caer mi cabeza encima de la mesa.

—Una mala vida.—Bromeé y Jodie rió, entonces escuché su voz ronca acercarse más y más, levanté mi cabeza de ahí y me encontré con una gélida mirada proveniente de aquel chico rubio de ojos azules que, ahora, iba acompañado de una morena que parecía muy gustosa de estar a su lado.

Mujeriego.

Quería meter su engreída cabeza en la papelera y dejarla allí por días.

Años.

Quizá siglos.

Pero no lo hice y tuve que conformarme con relajarme interiormente mientras veía como se sentaba junto a aquella chica y pasaba el brazo por detrás de su asiento.

No me gustaba.

Y a Samantha tampoco le gustaría.

Esto iba a ser bueno.

La clase pasó rápida y salí del aula tan rápida como quería, encontré a Samantha sacando los libros de su taquilla y, por una vez en mi vida, me alegré al verla.

—Creo que deberías controlar a tu novio, le gusta posar sus sucias manos en otras chicas cuando no estás.—Susurré a Samantha y le indiqué con mi cabeza el aula de filosofía de donde, justamente, salían Luke y esa morena que estaba rodeada por los brazos del primero. La mirada de Luke se endureció cuando le sonreí cínicamente a la vez que le saludaba y, seguidamente, miró a Samantha que comenzaba a respirar más fuertemente de lo debido.

Rebeldía (Luke Hemmings)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora