83. Repetir.

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                                                                      83. Repetir.

¿Piensas comprarlo en rosa?—Le pregunté a Travis mientras me apoyaba en el carro de la compra y él sostenía un chupete rosa entre sus dedos.

—¿Por qué no?

—Ni siquiera sabes si es niña.—Travis bufó ante mis quejas y lo metió en el carro.

—Va a ser niña, M.

—¿Y por qué?

—Porque va a serlo.

—¿Y si es un niño? Hay cincuenta por ciento de posibilidades.

—Y ya han ganado las cincuenta que están a favor de que sea una niña.

—¿Y por qué estás tan seguro?

—Maldita sea, Mickie, porque quiero que sea una niña, mañana se hará la ecografía que lo dirá, y cuando salga que es niña, te compraré a ti un chupete rosa y haré que te lo tragues.—Le remedé en bajo y moví el carro mientras seguíamos por la sección de bebés y Travis se paraba en cada accesorio que veía.

—¿Ya habéis pensado en el nombre?—Quise saber cuando Travis sostuvo un biberón en las manos y sonrió dulcemente.

—Jodie quiere algo como Aubrey, pero a mí me gusta más Summer.

—Summer Cold.—Me burlé y Travis me miró cínico y se rió sin gracia.

—Buen chiste, Mickie Mouse.

—¡Eh!—Reclamé y ahora él sí reía con gracia.—¿Y Chris no opina?—Quise saber y Travis se encogió de hombros.

—¿Por qué debería?

                                                            (...)


Subí a la azotea diez minutos antes de que sonase el timbre de fin del descanso y encontré a mi mejor amigo fumando como de costumbre, me acerqué por detrás, me puse de puntillas y le tapé los ojos.

—¿Quién soy?—Fingí un tono de voz más grave y rió suavemente.

—¿Samantha?—Bromeó y quité mis manos de sus ojos para golpearle el hombro. Se giró aún con una sonrisa divertida mientras yo me cruzaba de brazos enfadada.—¿Piensas hacer un berrinche?

—Pienso hacer dos.

—Adelante.—Se burló nuevamente y le saqué la lengua mientras me daba la vuelta y caminaba a la vez que le enseñaba mi dedo índice.—Oh, vamos, M, ¡ven aquí! ¡Solo bromeaba!—Gritó un poco mientras me continuaba alejando.

—Bromea con Samantha.—Respondí graciosa y escuché su ronca risa tras de mí a la vez que una mano agarró mi muñeca haciéndome girar.

—¿Pasas semanas sin subir aquí arriba y cuando finalmente lo haces, te enfadas conmigo?—Reclamó Brook mientras le miraba.

—¿Qué de especial tiene este sitio?

—Sé que te gusta, M, te he visto sola varias veces aquí arriba.

—Es tranquilo.

—Y no has vuelto a venir aquí desde tu fiesta de cumpleaños. O al menos yo no he vuelto a verte.—Y me daba miedo admitir que no lo había hecho por miedo a que al estar allí, podía encontrarme más frente a frente con Brook y me notase distinta, cambiada, porque desde la noche de mi cumpleaños, algo había cambiado.

Rebeldía (Luke Hemmings)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora