5. La carrera.

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                                                                  5.    La carrera.

¿Dónde me has traído, Hemmings? —dije mientras bajaba de la moto. Luke había aparcado en el centro de un cúmulo de gente que fumaba y bebía mientras observaba con precaución a su alrededor. Mis ojos recorrieron todo el lugar. Estábamos en las afueras de Holmes Chapel y el ambiente de aquel sitio estaba segura de que no sería aceptable ni para mi padre como tampoco lo sería para mi hermano. Aquello parecía la feria del mercado negro.

—Tengo una carrera —contestó sonriente pero su gesto no se reprodujo en mi rostro, me paralicé, ¿me había traído allí para ver como competía y, posiblemente, se mataba? ¿Este chico no tenía alguien que le dijese "No, Luke, esto es peligroso"? Al parecer no. El entorno por el cual este chico se relacionaba no me gustaba. No me hacía gracia. Y lo peor de todo, no encajaba conmigo.

—Creo que debería irme a casa... —comencé a decir pero Luke me paró poniendo su mano en mi barbilla haciendo que le mirase.

—Escúchame, es solo una carrera, ¿está bien? Quiero que me veas competir, en verdad soy bueno —alardeó mientras sentía algunas miradas punzantes de las chicas sobre mí.

—No creo que sea buena idea... —respondí mientras bajaba mi mirada. Aquello me hacía sentir insegura. Desprotegida.

—Eh, no va a pasar nada —finalizó—. ¡Chris!—gritó entonces y mi mirada fue en la dirección de la suya viendo como se acercaba a nosotros un chico alto marcado de tatuajes que venía lentamente mientras le daba la última calada a un cigarro antes de arrojarlo al suelo.

—¿Qué hay, tío? —saludó Chris al llegar a nuestro lado y se dieron un abrazo cariñoso seguido de dos palmadas en la espaldas. ¡Oh, sí! ¡Machos alfa al poder!

—Esta es Mickie —me presentó Luke y la mirada de Chris me examinó tan amplia y lentamente que quise vomitar.

—Hola, guapa —dijo dirigiéndose a mí por primera vez.

—Hola. —Sentí como el brazo de Luke cubría mis hombros y, por primera vez desde que nos conocíamos, a penas días, no iba a rechazar su tacto, es más, me arriesgaría a decir que aquello me hizo sentir protegida de toda aquella gente extraña.

—Quiero que la vigiles, ¿está bien? Creo que todo esto la asusta un poco. —Impuso sorprendiéndome, ¿acaso yo era tan trasparente? No lo sabía pero tampoco quería tener una especie de niñera tatuada cuidándome.

—Hola, puedo escucharte —me dirigí a él, sus ojos se pusieron en mí y pestañeo varias veces.

—Hola —respondió para volver a girarse a Luke—. ¿Me ocupo de ella o no?

—No necesito que nadie de ocupe de mí —mascullé molesta.

—Si hace falta, nena —confirmó Luke y reprimí las ganas de ahorcarle mientras le gritaba "¡Que no me llames nena!"

—No te preocupes, yo me quedaré con ella —contestó Chris y Luke quitó su brazo de mis hombros para echarse el flequillo hacia atrás mientras suspiraba.

—Voy a darles una paliza —aseguró Luke tan confiado de sí mismo como al parecer era siempre.

—De eso estoy seguro —apoyó Chris y un molesto bocinazo casi hace que mi corazón se paralice.

—Mi turno —dijo Luke, no era su primera vez allí, ni la segunda, y tampoco la tercera, parecía profesional.

—Suerte, hermano —le deseó Chris y después de que Luke le sonriese, me miró a mí, esperando algún "Ánimo" "Lo harás bien" O tan si quiera que levantase mi mano mostrándole mis dedos cruzados en señal de suerte, pero nada de eso ocurrió, solo le aguanté la mirada, de nuevo, azul contra gris. Se dio por vencido y se dirigió hasta su moto, la arrancó y se acercó a Chris y a mí.

Rebeldía (Luke Hemmings)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora