Capítulo 27: Sangre de Nephilim (4ª Parte)

8.2K 414 166
                                    

Capítulo 27

Sangre de Nephilim (Parte 4)

Odelia sonrió al ver confirmadas sus sospechas. Entonces se le ocurrió...

—Y una pregunta… ¿Es necesario que seáis así de guapos, para qué os den esos medicamentos? Porque tanto tú como Jack podríais ser modelos de ropa masculina o actores de cine.

Hans la miró con cierta perplejidad. ¿De qué demonios hablaba esa loca?

—No creo que tenga nada que ver. —Le contestó el asesino sin sentirse mínimamente halagado, sino más bien lo contrario.

Odelia apretó los labios como si fuese a dar un beso a un besugo y alzó la mirada como si quisiera buscar con sus ojos una respuesta en su cerebro.

—Entonces saco como conclusión lógica que esos medicamentos tienen mucho futuro como tratamiento de belleza. Le voy a tener que pedir a mi padre que me consiga un poco, pues todo el mundo me ignora.

Quizás Odelia exagerase un poco con esa última afirmación, pero desde luego, Hans no contribuyó en nada para cambiar su punto de vista, pues no había prestado la más mínima atención a sus raciocinios.

El sicario de Night Carnival, en realidad estaba en otros menesteres. Acababa de recordar que justo antes de perder el conocimiento había vomitado algo sanguinolento por la boca y que nada más hacerlo, sus convulsiones habían cesado. Consciente de que aquello podía ser importante para saber más sobre sí mismo, sintió el impulso de levantarse de la cama de un salto y observar con sus propios ojos aquello que había expulsado. Sin embargo el mazazo de la realidad, en conjunción con la fuerza de la gravedad, lo dejó postrado en la cama. Había olvidado por un momento que no podía mover sus piernas; y sus muy debilitados brazos apenas lo movieron lo suficiente como para que irguiese su torso levemente y arrastrase un poco las extremidades inferiores.

—¡Mierda! —Espetó en un arranque de ira al tiempo que con ambos puños golpeaba la cama con escasa fuerza.

Odelia alcanzó a asustarse y se sobresaltó. Aunque no tardó en comprender lo que le pasaba a Ansdifeng.

—¡Eh! ¡Tranquilo, tranquilo! —Le pidió la muchacha poniéndole una mano sobre un hombro.

Hans sintió el impulso de apartarla de un empellón, pues odiaba el contacto físico, pero se contuvo, igual tampoco habría tenido fuerzas para hacerlo. En su situación, de momento, dependía de ella y más le valía ser amable si deseaba regresar a Night Carnival con vida. La joven trató de tranquilizarlo.

—Tranquilízate, de momento no puedes levantarte. Dime… ¿Que es lo que querías hacer?

Hans cerró los ojos, lleno de frustración, y respiró hondo para calmarse. Después, algo más sereno y sabiendo que no tenía muchas opciones si quería respuestas, le contestó a Odelia.

—Antes, cuando me dio ese extraño ataque, esas fuertes convulsiones, vomité algo muy raro y entonces me sentí mejor. Quería ver qué era lo que había expulsado, pero no puedo levantarme a mirar.

Odelia se puso lívida al recordar la escena.

—Ah… eso… —Balbuceó la joven. —Un poco… de asco… sí que dio —La joven respiró varias veces de forma algo compulsiva. —Creo que cayó al suelo. Debe estar…

La muchacha buscó con la mirada y de pronto su rostro pasó de blanquecino, a adquirir un matiz verdoso.

—Ahí está —le confirmó la chica mirando al suelo con expresión horrorizada.

A2plus: Esencia Evanescente I y II (YA EN LIBRERÍAS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora