Capítulo 36 Atalaya y Escila (3ª Parte)

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Capítulo 36

Atalaya y Escila (3ª Parte)


Ante el hito que aquel vuelo suponía para el renacer de la humanidad, los allí presentes rompieron en aplausos de forma espontanea mientras observaban, maravillados, como el artefacto se iba perdiendo de vista al adentrarse entre las densas nubes rojizas. Y fue entonces, cuando ya apenas se podía distinguir el fulgor llameante de los motores del cohete, que ocurrió lo que nadie en aquel auditorio deseaba ver. De pronto, una región de la cúpula celestial brilló con gran intensidad y un sonido espeluznante, muy similar al de cientos de niños gritando de dolor, inundó todo el lugar. Los asistentes a aquella reunión se quedaron paralizados ante semejante inesperado espectáculo. ¡¿Atalaya se había activado?!

Y entonces ocurrió algo que nunca antes nadie de los allí presentes habían visto antes. Al instante, el estridente sonido se ahogó por completo y las nubes se separaron violentamente dejando grandes huecos en su densa formación arrebolada. Una serie de colosales distorsiones luminiscentes surgieron desde el espacio exterior barriendo toda la zona de lanzamiento a la vez que bañaban, con su fantasmal luz, al objeto volador. En medio de aquel espacio, artificialmente despejado, el misil intercontinental perdió potencia y sus motores se apagaron súbitamente. Como consecuencia, el ICBM inició un descenso parabólico a la vez que toda su estructura comenzó a emitir un extraño fulgor fluorescente. Mas ese desconcertante brillo espectral no se limitó tan solo al objetivo neutralizado. Toda la enorme área que había sido afectada por las colosales distorsiones provenientes de Atalaya adquirió el mismo fantasmagórico resplandor. Tanto la tierra, como incluso el propio aire comenzaron a emitir una suave y verdosa fosforescencia. A medida que pasaron los segundos, la luz que emitía toda la materia alterada por los letales haces se intensificó más y más. Visualmente, el espectáculo resultante se apreciaba incluso bello: casi podría parecer un escenario de hermosa fantasía. Envuelto el ambiente en un sepulcral silencio, pequeñas trazas de polvo ascendían desde el suelo como si fueran minúsculas luciérnagas. Las estructuras que instantes antes habían conformado la plataforma de lanzamiento del ICBM ahora resplandecían con especial intensidad y algunas de sus vigas y travesaños metálicos se estaban convirtiendo en polvo luminiscente que también se alzaba lentamente hacia el cielo. El aire de la zona emitía -a su vez- tenues fulgores, y su visión semejaba a la que ofrecían las auroras boreales en las zonas más septentrionales del planeta.

Ante tan majestuoso suceso, los espectadores del auditorio quedaron en completo silencio, horrorizados y maravillados al mismo tiempo. ¡Cuán aterradora y sublime era la tecnología bélica de A2plus! ¡Cuán poderosa y avanzada sería Europa si algún día llegase a controlar semejante legado científico!

Un par de minutos después, de forma súbita, se desató un cataclismo que sobrepasó cualquier nefasta expectativa que pudieran haber vaticinado los dirigentes de Europa allí presentes. Cada material irradiado por la distorsión, desestabilizada e ionizada su estructura molecular hasta un punto insostenible, estalló como si se hubiese convertido en un potente explosivo. El aire y las nubes deflagraron con gran violencia, y la superficie terrestre de todo aquel lugar sufrió una brutal reacción en cadena en la que se desataron, de forma simultánea, una serie de titánicas y devastadoras explosiones. A causa de la masiva detonación, una gigantesca extensión de terreno de un doscientos metros de profundidad, y del ancho y largo de varias ciudades juntas, salió expelida en todas direcciones en forma de amarillento material derretido, e incluso evaporado. Algunos de aquellos proyectiles ígneos, resultantes de la deflagración, llegaron a ascender a un par de decenas de millares de pies de altura. La retransmisión se cortó cuando la destructiva onda expansiva alcanzó las cámaras holográficas ubicadas a varios kilómetros de distancia del lugar del desastre.

A2plus: Esencia Evanescente I y II (YA EN LIBRERÍAS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora