Capítulo 29

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Todo hubiera sido mejor si no hubiera fallado en el primer intento.

Todo está  oscuro, siento que han pasado años desde la última vez que abrí los ojos, desde la última vez que admiré el mundo al descubierto. He escuchado mil voces desde el exterior y millones desde mi interior. Las personas pasan y pasan, pero quienes son?

No hay huellas de ningún recuerdo del pasado, simplemente niebla, una niebla constante que impide a mi mente escarbar hacia el pasado. No hay marcha atrás.

Quisiera poder recordar, saber la razón por la cual sigo dormida, sin poder despertar. Dónde está el príncipe azul que vendrá a rescatarme de esta agonía? O ahora los príncipes azules ya no existen? A quién engaño? Nunca existieron.

No sé si estoy feliz, triste, deprimida, emocionada o ansiosa. Me encuentro en un estado neutral donde ningún sentimiento logra penetrar mi alma.

Podría jurar que han pasado días desde que me encuentro en este extraño estado de inconsciencia, pero no estoy segura de nada en este momento.

Los primeros momentos fueron los más dolorosos, el dolor físico era impresionante. No creí que soportaría un segundo más. A pesar del dolor, no podía mover un solo músculo, estaba impotente y tengo la sensación de que siempre ha sido así.

El dolor fue cesando con el trascurso del tiempo, hasta que se convirtió en solo una leve punzada en las costillas.

Ha pasado, lo que en mí respecta, una eternidad desde aquel entonces. Y sigo sumergida en este mundo oscuro de voces macabras que se dedican a insultarme o insinuarme cosas malévolas.

<No vales nada>

<Para qué sigues respirando?>

<Aguanta la respiración y toda esta agonía terminará>

Aprendí a pensar aun con el sonido de las voces latentes en mi cabeza. Empecé a ignorarlas poco a poco. Aún las sigo escuchando, pero ya no significan nada para mí. Esos vulgares comentarios no me afectan en lo más mínimo.

Pero no he dejado de preguntarme una cosa. Qué es lo que pasó para que aquellas voces empezaran a gritar, susurrar y comentar sin cesar en mi cabeza? 

Hay tantas preguntas sin responder. 

Mi nombre... No lo recuerdo. Y es que, tenía uno? Cuantos años tengo? Dónde están mis padres?

Quizás sufrí un accidente o algo así. No encuentro otra explicación al bloqueo mental que sufro en este momento.

Solo espero que sea temporal. Que cuando abra los ojos los recuerdos vuelvan a estar dentro de mí y este estado de desorientación termine. Poder ver a personas a quienes conozco a correr a los brazos de estos; decirles lo mal que me he sentido y lo mucho que los he echado de menos.

Trato de reconfortarme mientras intento materializar el rostro de alguna persona conocida. No hay nadie. Ni siquiera un fragmento de su piel, ni el tono de su voz o el simple sonido de su respiración. 

Siento que todo mi cuerpo está helado y hay un enorme pedazo de metal bajo mi cuerpo aparentemente desnudo. 

De repente escucho la cerradura de una puerta moverse y luego los pasos una persona adentrándose en la habitación.

Es un hombre. Lo sé por el sonido que provocan sus pasos; son fuertes y firmes, nada comparado con los pasos de una mujer.

Se acerca lentamente hasta estar parado justo a mi izquierda. En un instante siento su fría mano sobre mi mejilla y me acaricia firmemente.

Quién es este hombre y porqué me está tocando?

Quiero apartarle la mano de mi rostro pero los músculos no responden. Hasta que él toma mi mano y soy capaz de mover unos dedos para devolverle el apretón.

-Oh, Yoselyn... -exclama.

Yoselyn? Quién es ella? Hay alguien más en la habitación?

-Debes despertar -continúa el hombre, aunque su voz parece más a la de un joven -No puedes seguir así.

Me está hablando a mí. Piensa que soy Yoselyn. O realmente lo soy?

Después de lo que me parece una eternidad, me suelta la mano y oigo como sale de la habitación. Dejándome nuevamente sola con mis pensamientos.

La habitación se siente tan vacía y yo me siento tan sola en ella.

Las voces ya se han callado y eso solo provoca que la soledad se expanda aún más en mi triste interior.

Oigo a las personas caminar desde el otro lado de la puerta y el horrible sonido del aire acondicionado se filtra entre mis tímpanos. 

Trato de mover nuevamente los dedos y para mi sorpresa, lo logro y es mucho más sencillo que la primera vez.

También empiezo a mover los dedos de los pies; es tan fascinante la sensación que me da poder volver a mover algunas partes de mi cuerpo.

Aunque la fascinación se extingue de inmediato cuando siento una punzada de dolor en el pecho. Empieza como una pequeña chispa y se intensifica con velocidad. Siento el pecho me arde con fuego real y las entrañas se me retuercen rápidamente.

El fuego se extiende por todo mi tórax y sube a mi garganta como una bocanada de aire al sentido contrario. Siento toda la adrenalina subir por mi cuerpo y llega al punto exacto en mi garganta. El pecho se me comprime con fuerza y no logro aspirar aire.

Inmediatamente con un brinco cargado de adrenalina abro los ojos y rápidamente me siento en la cama. 

El aire no entra. Tengo arcadas a falta del aire y presiono con todas mis fuerzas los extremos de metal de la cama. Trato de aspirar continuamente pero solo produzco un sonido extraño con la garganta.

Al instante una alarma ensordecedora se escucha a mi lado mientras yo sigo dando arcadas.

Escucho los pasos desesperados al otro lado de la puerta y rápidamente ésta se abre y dos enfermeros y lo que parece una doctora, entran a la habitación.

-Oxígeno! -grita la doctora.

Tiene el cabello recogido en un moño impecable y es bastante bonita, sin embargo al instante siento una señal de peligro hacia su persona.

Otro enfermero entra corriendo a la habitación con un tubo enorme de oxígeno. Lo arrastra a todo velocidad y justo cuando creo que me desmayaré por falta de aire, me colocan el oxígeno. 

Puedo sentir como el oxígeno se filtra en mis fosas nasales y se expande en mis pulmones.

-Lleva semanas inconsciente -comenta uno de los enfermeros.

-Pues ya despertó -afirma de la doctora mientras enarca una ceja.

Otro enfermero me recuesta en la cama con delicadeza. 

Me limito a ignorarlos a todos y miro el techo.

Semanas inconsciente? Qué me pasó? Qué hago en este lugar? 

Quién soy? 







MI BOSQUEWhere stories live. Discover now