Capítulo 26

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Solo encerrada aprendes a valorar la libertad.

"Loca. Loca. Loca. Loca. Loca. Loca" 

Las palabras de la doctora Nancy retumban en mi cabeza y se contrastan en ecos, tras ecos. Es tan perturbador.

Estoy sentada en una esquina de mi habitación, acurrucándome entre las garras de mi mente. Torturándome en silencio con pensamientos malditos.

El frío carcome cada parte de mí, drenando poco a poco mi cordura, alejándome de la verdad y sumiéndome en este abismo eterno de demencia.

Apenas recuerdo mi nombre... Yo...? 

Yoselyn!

No es suficiente. Qué hago aquí? Quién soy realmente? 

Todo me da miedo en este lugar; hay personas muy raras deambulando por los pasillos, creo que están locos, totalmente locos.

<Igual que tú> escucho una voz en mi cabeza.

-No. No. No. No -empiezo a susurrar para mí misma.

La puerta se abre y un joven de ojos oscuros y piel canela entra en mi habitación. Instintivamente cubro mi rostro con mis manos y trato de acurrucarme aún más contra la pared, tengo miedo. Mucho miedo. Ellos quieren hacerme daño, ellos piensan que estoy loca.

-Yoselyn -susurra el joven con la mirada atónita  -Qué te han hecho? 

Da pequeños pasos hacia mí e inmediatamente se me eriza la piel.

-No me hagas daño -sollozo.

Él se espanta ante mi reacción y se queda petrificado por unos segundos.

-Electrochoques -susurra.

Levanto la mirada a su rostro y veo que tiene los dientes apretados y la mandíbula tensa. Está molesto.

"Me golpeará. Me golpeará. Me golpeará."

Sin embargo, él baja la mirada abatido.

-Sabes quién soy? -me pregunta triste, y al ver que niego lentamente añade: -Soy Fabrizzio.

Fa-bri-zzio. Ese nombre me suena. Debe estar enterrado en algún lugar de mi mente, pero no lo recuerdo muy bien. Sin embargo, algo dentro mío me dice que él es bueno.

-Eres bueno -digo casi en un susurro y a él se le iluminan los ojos.

Creo que empezará a llorar en cualquier momento y de repente cae de rodillas al frío suelo. Lo miro cautelosa y el dolor es evidente en su tierna mirada.

Me pongo en cuclillas y gateo lentamente hacia él. Cuando estoy muy cerca de él, lo observo detenidamente, sus ojos se han cristalizado y está tratando de retener las lágrimas. Cuando se percata de la preocupación en mis ojos, intenta sonreírme pero es en vano.

No lo pienso dos veces y salto hacia él, acurrucándome en su pecho; él me estrecha con fuerza mientras se aferra a mi espalda. 

-Todo estará bien -espeta -Yo te cuidaré.

Fa-bri-zzio. Es una buena persona. Y su nombre es bastante divertido.

En poco tiempo, me ayuda a levantarme y guiarme por los pasillos, hasta llegar a un triste jardín. 

Yo solía jugar en jardines, son muy divertidos.

"Concéntrate"  

Debo prestar atención. Aún no han acabado conmigo, pero no tardarán en hacerlo. Me esfuerzo en recordar algo, pero mi mente se bloquea al instante como si tratara de protegerme de algún recuerdo que podría dañarme.

MI BOSQUEWhere stories live. Discover now