Capítulo 27 - SÁBADO

2K 35 0
                                    

 Eran las 10 de la mañana cuando Sara despertó y salió corriendo al baño a arreglarse, Val la estaría esperando a las 10:30 en el club.

Luego de darse una ducha fría, corrió al armario a buscar uno de sus bikinis, afortunadamente sus viajes a Brasil para visitar a la familia de Felipao le habían asegurado una gran colección. Finalmente eligió uno sencillo azul oscuro y en diez minutos estuvo completamente lista, fue a la cocina por una botella de agua y salió, ya comería algo con Val.

A decir verdad, la noche pasada había sido muy, pero muy emocionante. Tal como habían acordado, Sara no hizo más preguntas, entonces su mamá había iniciado un recorrido por muchas fiestas en la ciudad. No habían bebido una sola gota de alcohol, no se habían metido en ningún problema y aún así, Sara no recordaba la última vez en que hubiera reido tanto en una sola noche.

Esa noche habían conocido bastantes personas, a pesar de que habían algunos admiradores a los que su mamá le había enseñado a darles números de teléfonos falsos y otras formas de rechazarlos sin parecer groseras, también habían conocido otros bastante respetuosos y entretenidos. En una de las fiestas se habían encontrado con un matrimonio de italianos que eran clientes de su mamá, ellos eran de esas parejas de pensionados que se la pasaban en fiestas juveniles. Al final ellas habían terminado llevando a la pareja de tour por la ciudad en compañía de algunos amigos de ellos.

Sara perdió la cuenta de cuantas discotecas habian visitado, a las que no dejaban ingresar menores de edad, Francesco—el italiano—había solucionado el problema, ya que cuando Erika les decía que era su mamá no le creían. A eso de las cinco de la mañana habían llevado a la feliz pareja al hotel, pero ellos, que aún no querían terminar con la fiesta, la habían seguido en la piscina del hotel.

Sara se miró en el espejo al estacionarse, hizo una mueca y decidió usar sus gafas de sol ese día. Mario la mataría si la veía así, las ojeras se veian a Kilometros. Luego de arreglarse un poco su cabello finalmente se bajó.

Odíaba profundamente el club, a ese lugar solo iba gente a hablar de la otra gente que no iba, o incluso de la que iba también, así estuvieran en la mesa de al lado. Ese lugar era una olla presion de rumores, pero por alguna razón Valería amaba ese club, entonces ella iba sólo por acompañarla. Val ya estaba en la terraza tomando algo cuando se acercó, vestía un secillo top azul, unos hot pants negros y unas plataformas, pero su rostro estaba radiante.

—Hola. Siento llegar tarde —Sara se sentó a su lado.

—No te preocupes, yo acabo de llegar —ella frunció el ceño—. ¿Pero donde demonios estuviste anoche?

Por supuesto, tacto jamás sería el segundo nombre de su amiga. Val siempre iba directo a la yugular con sus preguntas.

—Salí con mi mamá—ella misma se sintió extraña al contarlo en voz alta—. Fuimos más o menos a 10 fiestas con unos amigos italianos.

—¿Con Erika? —Val estaba esperando que le dijera que era una broma.

—Increible, ¿verdad? —Ni siquiera ella lo podía creer, la noche pasada su mamá había sido una persona totalmente diferente, todo había sido tan perfecto que ya era de hecho sospechoso. Por un momento, Sara había llegado a pensar que su mamá estaba haciendo ese recorrido buscando algo o a alguien, pero no pudo saberlo al final.

—Pues esto si que es nuevo, S —murmuró su amiga cuando terminó de relatar las aventuras de esa noche, para ese momento ya se dirigían a los vestidores—. Espero que le dure más tiempo esta vez.

—Yo también espero que le dure, sea cual sea la razón.

Sara decidió esperar a que su amiga se cambiara, mientras tanto, con ayuda de uno de los espejos, estaba poniendo unas compresas de aloe que venían en el kit de Excel bajo sus ojos. Cuando Val salió con un bikini blanco, Sara sólo tuvo que quitarse su vestido de algodón para quedar lista.

AtrapadaWhere stories live. Discover now