Capítulo 18. REUNIÓN FAMILIAR

2.5K 51 1
                                    

Todos estaban comiendo en silencio, en el aire se sentía  la tensión del momento, así que probablemente era el hecho de no haber comido nada más que un trozo de sándwich ese día el que hizo que Sara ya fuera por su segundo plato de comida. Estaba hambrienta y el Risotto que había pedido Val estaba simplemente exquisito.

—Esto sí que es un problema —dijo Mario mientras se limpiaba su boca—. Estaba esperando a que llegara William para confesarlo, pero yo tuve que comprar las fotos. Fue con dinero de la revista y la junta ya lo sabe, no puedo evitar que salgan en la próxima edición. Lo siento.

—No tienes por qué sentirte mal, Mario —Sara intentó sonreír—. Eres un buen amigo y sé que lo hiciste para protegerme, gracias.

—La culpa es de quien te dio alcohol en esa fiesta sabiendo que eras menor de edad —dijo Felipao, él después la miró con comprensión—. Lo sé, lo sé, no podemos arruinar el desfile de Harry.

Sara asintió agradecida, además ella no había bebido nada en esa fiesta y sería muy fácil comprobarlo. Todos estaban en silencio intentando pensar en una estrategia, todos excepto ella que no podía dejar de comer.

— ¿Y si le pides ayuda a tu terapeuta? —preguntó Val mientras seguía comiendo distraídamente.

 Todos se miraron.

—¡Claro, eso es! —Sara bebió un poco de agua—. La puedo citar mañana en el colegio para que vea como hago las paces con Emma y le puedo decir algo sobre las fotos para que cuando nos llamen los jueces, ella este a favor —Sara empezó a sentir esperanza—. Val, te amo.

—Agradéceme cuando haya funcionado. Vamos, llámala.  

Sara buscó su celular y se quedó pensando.

— No tengo su número —murmuró.

—Yo lo tengo en la oficina —dijo William.

Val los miró.

—¿Cómo pueden ser tan descuidados?

 —Dime, Val. En un momento normal, ¿para qué la llamaría? —la única vez que estuvo a punto de llamar a la doctora fue del celular de Erika, ahora tendrían que pedirle el número a ella.

—Eso no importa, vamos a casa y lo buscamos —dijo Felipao, inconscientemente aún consideraba el penthouse como su hogar.

Sara y William se miraron un momento en silencio, ellos estaban pensando lo mismo.

— No, Feli —dijo William finalmente—. Iremos solo Sara y yo, es hora de una reunión familiar.

Mario fue el primero en irse, él la abrazó y le prometió que pensaría en un plan para ayudarla. Val también la abrazó y le aseguró que estaría apoyándola en lo que necesitara, aunque le advirtió que no debía ceder nuevamente en las amenazas de Emma. El último en irse fue Tomás, Sara lo abrazó.

—Tommy, gracias por no decir nada —le susurró.

—Espero que sirva de algo, no quiero perderte —le dio un beso en la mejilla, se despidió de los otros y se fue.

—Bueno, hija. Vamos —dijo su papá luego de despedirse de Felipao. Sara no había bajado sus maletas aún, así que cuando decidieron ir en su Mercedes, supo que no importaría donde se quedara esa noche.

Cuando entraron al sótano vieron a un lado el Porsche que ahora tenía Erika mientras su papá le compraba uno nuevo, aunque cuando llegaron al penthouse todo estaba oscuro. Mientras Sara dejaba sus maletas cerca a las escaleras, su papá había encendido las luces y la chimenea artificial, luego ambos se sentaron a esperar. Sara no sabía si su papá la había llamado antes, pero cuando su mamá bajó aún estaba vestida con ropa ejecutiva, sólo se había quitado las joyas y llevaba su cabellera oscura amarrada descuidadamente.

AtrapadaWhere stories live. Discover now