Capítulo 23: La Peor Decisión [Parte 1]

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Nicole POV:

No sabia cuanto tiempo más podría aguantar esto. Era una tortura en cierto punto, pero era la única manera que encontré para lograr mi cometido.

Luego de ver a Federico besándose con Sofía, todas las murallas a mi interior que el había logrado derribar, volvieron a levantarse.

Mi confianza hacia las personas había vuelto al lugar en donde siempre tuvo que estar. En la nada.

Pero fue ahí donde llegó él.

Donde apareció en medio de mi depresión para proponerme una nueva oportunidad. Fue en ese instante en donde con palabras dulces, promesas encantadoras y unas disculpas convincentes, logró que le dijera que sí.

Y como me arrepiento de haberlo hecho.

Flashback:

Las lágrimas corrían por mi rostro hasta desaparecer en las almohadas de mi cama. No podía creer que Fede, MI FEDE, fue capaz de hacer tal cosa.

No lo perdonaría jamás.

Justo la persona que me había prometido no permitir ninguna herida más en mi ser fue el causante de la más profunda.  Dudo mucho que esta herida cicatrice.

Mis gritos con su nombre impregnado en ellos fueron silenciados por mis sábanas, sin embargo no fueron suficiente.

Sentí como una mano se colocaba en mi espalda y de apoco la acariciaba lentamente. Luego, al mismo tiempo, otra mano jugaba con mis cabellos y depositaba suaves caricias en mi nuca.

— No llores más, hermosa — reconocí la voz de Lautaro a un lado mío.

— Dejame sola — grité enojada.

— No lo haré, Pandi. Estaré aquí, contigo, aunque tu no quieras —

Me dí la vuelta para mirarlo fijamente a los ojos, yo acostada y el sentado a un lado de mi almohada.

— ¿Por qué? —

— Por que te amo, Nicole— sus ojos azules brillaron de una manera que logró atontarme unos segundos. — Siempre lo he hecho, pero mis errores te hicieron creer que no lo hacia.

  El me había hecho daño. Debía recordarlo y no ceder tan fácil. Me senté a un lado suyo para poder conversar con mas formalidad.

— Eres un drogadicto, Lautaro. No puedes demostrar lo que sientes a nadie estando tan estúpido— mis palabras salían con malicia y crueldad, pero no podía evitarlo.

Sus orbes azules dejaron de ver las mías para observar al techo. Un silencio sepulcral nos inundó hasta que el tomó la palabra.

— Lo era.

— ¿Qué quieres decir con eso? — la semana pasada lo había hecho nuevamente, a mi no me engañaba.

— Por ti. Dejaré de drogarme solo para verte feliz y conmigo, Pandi. Pero por favor — suplicó acariciando mi rostro y tomando una de mis manos — Solo dame una oportunidad, solo una y te demostraré que puedo amarte todo lo que no lo hizo ese tipo. Ya te lo propuse una vez y no me cansaré de hacerlo, pero necesito tu respuesta  —

Dudé. Pero no me vendría mal iniciar una nueva relación. Sería mucho más fácil olvidarlo y además, quizás recibiría ese cariño que el me arrebató.

— ¿Lo harías por mi? Si te doy una oportunidad.... ¿Seremos felices? — pregunte con un hilo de voz y lágrimas acumuladas en mis párpados.

— Seremos los más felices. ¿Y que deci? ¿Quieres ser mi novia, Pandi? — su rostro se acercó un poco al mío, permitiéndome verlo más en medio de la oscuridad de la habitación.

Enamorado de sus cicatrices.Where stories live. Discover now