Capítulo 3 : Cartita.

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  Me volví a sentar en la silla, acercándome un poco más a ella. Le saqué cuidadosamente el libro de las manos, lo cual hizo que su mirada fuera directo a la mía. Le dí una sonrisa torcida y con mi pulgar sequé su mejilla lentamente sin despegar mi mirada de sus ojos mieles.

— No es una lágrima inecesaria, es una herida que sigue sangrando— su labio inferior temblaba y su respiración era agitada— ¿Me quieres contar que te hicieron esos monos de allá?— bromée. Pude lograr escuchar una débil risa escapando su garganta, haciendome tocar el cielo con las manos por haber sido yo el causante de ella.

— Se burlan— confesó debilmente —y me hacen c-cosas— dijo dejando escapar una lágrima más, que mi pulgar se encargo de secar.

— ¿Qué cosas Nicky? — la miré con ternura al pronunciar aquel apodo que le había inventado.

—Me empujan...— comenzó susurrando — me s-sacan mis c-cosas de las m-manos...— su mirada se clavó en el suelo — y a veces...— su voz se rompió impidiendo que hablara.

— ¿Qué Nicole?— insistí sosteniendo sus manos con delicadeza.

  Ella abrió su boca para hablar, pero el timbre que informaba el fin del receso nos interrumpió.

   Ella me regalo una sonrisa triste antes de voltearse en su asiento, escabullendose de nuestro agarre y mirando al frente. Era hora de ir a mi asiento, al otro lado del salón.     Luego de haber pasado una hora tan cerca de ella no quería irme, pero tuve que hacerlo, antes que la profesora de Química me viera fuera de mi lugar.

Nicole POV.

   Aún me costaba respirar adecuadamente y mis ojos seguían cristalizados. No quería salir afuera por la simple presencia de Marcos, el chico más temido de toda la secundaria. Él buscaba blancos fáciles para molestar, y la chica callada y débil de 4to año era la mejor opción. Siempre iba con sus secuaces atrás. Era un chico un poco musculoso y si no lo detestara por ser el causante de mi sufrimiento, admitiría que es un poco guapo. Su tez era morena y su cabello completamente negro.

A veces, Marcos y sus cómplices me empujaban, insultaban pero había ocasiones en las que era algo más serio. Yo era muy débil y aparte, el miedo me consumía. Nunca comentaba acerca de lo que esos matones me hacían a la salida del colegio o incluso en el recreo, cuando me encontraba en el conocido "pasillo fantasma", él cual debía recorrer obligatoriamente para llegar a la biblioteca. Ojala alguién supiese de los moretones y los cortes. Ojala llegara alguien que me protegiera de estos imbéciles. Nadie me había preguntado nada acerca de este tema, ni tampoco se había preocupado por mi. Hasta hace aproximadamente 2 minutos.

  ¿Porqué Federico Vásquez se preocuparía por la callada del curso? ¿Porqué siquiera me hablaría? Fácilmente podíamos hacer el trabajo sin necesidad de conversaciones o chistes de parte de él. Pero aún así lo hizo, y no entendía por qué.

  Federico era un chico muy querido en el salón, popular por decirlo así, pero muy humilde al respecto. Antes, lo consideraba un poco lindo, pero luego de que hoy lo tuviera a centímetros de mi rostro, debía decir que era hermoso. Admito que cada vez que me tocaba sentía como una electricidad recorrerme de pies a cabeza. No, no me gustaba... creo.

   Agradecía que el me acompañara a mi casa luego de la escuela, ya que si Marcos me ve con él quizas no intente nada. Aunque si pasase algo, dudo que Federico me defienda. ¿Quién era yo para que me defendiera? ¿Por qué arriesgaría su pellejo por una extraña? Absurdo.

  Lo miré disimuladamente fingiendo arreglarme el cabello, y me estaba mirando fijamente. Mis mejillas se encendieron repentinamente y enfoqué mi vista nuevamente en mis "apuntes".

   Claro que no eran apuntes, eran mis canciones. Me entretenía escribiendolas y me distraían del mundo por lo menos un momento. Amaba como las ideas venian a mi mente por si solas y las juntaba formando una canción que describe a la perfección mis sentimientos. Pero más amaba la sensación de comprensión y libertad que me producia cantarlas.

Volviendo al presente....

   Seguía sintiendome observada e incluso a veces trataba de mirarlo sin llamar mucho la atención, y siempre seguían sus ojos fijos en mi, pero con una sonrisa tierna en sus labios.

  De repente, alguien me golpeó el hombro a mi lado. Era Ailin, y me estaba pasando un pequeño objeto blanco entre sus dedos. Lo miré con un poco de desconfianza pero lo termine aceptando.

   Al verlo mejor, pude distinguir que era un papel doblado en un cuadrito muy pequeño. Comencé a desdoblarlo cuidadosamente.

Era una cartita.

"Me encanta como te sonrrojas" F.

Oh. Mi. Dios.

Marcos en Multimedia En este capítulo tuvimos a Nicky narrando, eso les ayudara a conocerla mejor. Un beso

Enamorado de sus cicatrices.Där berättelser lever. Upptäck nu