Amnesia [gay/yaoi]

19. Realidad

~Dakota~

Unos ligeros golpes en la puerta me despertaron, pero no abrí los ojos. Sentía una calidez en todo el cuerpo que me gustaba mucho y no sabía donde estaba pero sabía que no quería levantarme.

La puerta se abrió y, quien quiera que fuera, no dijo nada. por lo que abrí un poco los ojos, vislumbrando a Antony en el umbral de la habitación con cierta sorpresa en el rostro.

—Em... señorito Dakota... ¿debo preguntar? —dijo, sonriendo nervioso.

—Antony, ¿de qué...?

Me corté al enfocarme por completo y sentir unos brazos a mi alrededor y unas piernas enredadas con las mías. Abrí mucho los ojos mientras alzaba la vista para ver, nada más y nada menos, que el rostro dormido de Elliot.

Me sonrojé de golpe y prácticamente salté de la cama, cayendo al suelo. Miré alarmado a Antony, el cual me sonreía con tranquilidad, mientras me levantaba.

¿Y ahora qué? ¿Se lo diría a papá? ¿Y si lo hacía... qué pasaría con Elliot y conmigo?

—No..., no es lo que parece... Nosotros... ah... —balbuceé, demasiado aterrado para mentir.

—¿Están saliendo? —preguntó, haciéndome apartar la mirada—. No pensé que tuviese novio.

No respondí, tanto por la vergüenza como porque sabía que si mentía fallaría estrepitosamente. Antony lo notó y caminó lentamente hacia mí.

—¿Sus padres lo saben?

Sentí el color irse de mi rostro y un miedo inmenso se apoderó de mí.

—¡Por favor no se lo digas! —rogué, mirándolo alarmado.

Sonrió con nostalgia y me revolvió el cabello.

—No se lo diré, tranquilo —dijo—. Pero... sabe como es Harry con este tipo de cosas, ¿no? Tú..., usted, ¿está consciente de eso?

Apreté los puños y miré el suelo, sintiendo una opresión en el pecho.

—Lo sé —murmuré—. Yo sólo... no quiero pensar en eso...

Papá era del tipo de persona que juzgaba y degradaba a las personas ciegamente y yo lo sabía; lo había visto insultar a personas tanto homosexuales, como "de baja categoría" varias veces pero lo había estado ignorando hasta ahora.

No quería lidiar con él. No estaba listo para eso aún.

Le tenía miedo, a pesar de que él nunca había hecho nada para que se lo tuviese, pero... la forma en que discriminaba a las personas y las trataba como basura o peor... Mi padre cambiaba por completo al hacerlo y me aterraba que me tratase de esa forma por haberme enamorado de Elliot.

Antony me revolvió el cabello de nuevo, sacándome de mis pensamientos, y sonrió ampliamente.

—No se mortifique. Todo a su tiempo —dijo—. Y, a lo que venía, ya hemos llegado así que debería despertar a ese chico.

—Vale...

Se dio vuelta para salir pero se detuvo en el umbral, volviéndose con una media sonrisa.

—Hacen linda pareja, por cierto —rió y salió.

Me sonrojé y, lentamente, me giré hacia Elliot. Estaba acostado de lado, abrazando una pequeña almohada que, suponía, había tomado mientras hablaba con Antony. El cabello le caía sobre el rostro, brillando con la luz que entraba por la pequeña ventana. Respiraba lentamente, con sus rosados y aún lastimados labios entreabiertos, acompañado de las heridas ahora menos notables de su rostro.