14. Recuerdos dolorosos.

6.9K 598 101
                                    

~Max~

Me encerré en mi habitación, lanzando la puerta, y me deslicé por la pared. Me cubrí el rostro con las manos y grité, frustrada.

—¡Maldición!

El imbécil de Elliot me había hecho enojar. Demasiado, tal vez. ¿Hacía cuánto que no lloraba de la frustración?

No lo entendía.

Había pensado que de verdad quería a Dakota, que no iba a volver a romperle el corazón en trocitos como lo había hecho antes, pero parecía que me había equivocado. ¿Cómo se me ocurrió confiar en él de nuevo? Había permitido que ese idiota lastimara a Dakota de nuevo y no hice nada para impedirlo.

¿Hacía cuánto que Dakota no lloraba de aquella forma?

Me puse de pie y tomé el pequeño oso de peluche que siempre estaba sobre mi mesita, abrazándolo. Aspiré el olor a cigarrillo que, extrañamente, aún tenía, sin poder evitar que una sonrisa se me formase en el rostro.

Mi oso —al cual nunca le puse nombre— fue un regalo de mi padre cuando era una niña. A pesar de que cuando mis padres murieron era muy pequeña podía recordar algunas cosas muy bien; como la forma en que mamá intentaba ponerme vestidos y hacerme peinados demasiado femeninos para mi gusto y como papá salía a fumar al jardín y no sabía explicarme por qué lo hacía.

Ese oso me los recordaba y siempre me ayudaba a calmarme.

Estaba remendado en muchas partes pues Dakota lo había casi roto hacía mucho. Yo solía llorar abrazando al oso y Dakota me vio varias veces por lo que decidió romper lo que, según él, "me hacía llorar".

«-¡No te hace falta ese oso, Max! —había gritado, enojado, intentando quitármelo de las manos—. ¡No me gusta que llores por ese oso! ¡Está mal! ¡Para eso estamos mamá, papá y yo aquí! ¡Si quieres llorar no lo abraces a él sino a mí! ¡Yo te ayudaré a dejar de llorar!»

Ese día lloré, abrazada a Dakota, por horas y horas y, creo, fue la última vez que lloré por mis padres.

Dejé de llorar por la familia que perdí cuando me di cuenta de que tenía una nueva. Una familia que me quería como si fuese su hija.

Y cuando me di cuenta de que ahora tenía al mejor hermano que pude haber pedido.

Hermano que, a pesar de todo lo que sufría diariamente en la escuela siempre tenía una sonrisa para hacerme creer que estaba bien —aunque sabía que podía notar que mentía.

Un hermano que había pasado por tantas cosas que aún me era difícil creer que ese pequeño cuerpecito pudiese soportar tanto peso en los hombros.

Dakota era la persona más preciada para mí y que alguien lo hiciese llorar de esa forma me hacía hervir la sangre, porque no se lo merecía.

Era irónico que sólo una persona pudiese hacerlo llorar así.

Respiré hondo, ya calmada, y volví a poner al oso sobre la mesita. Miré el reloj.

5.12 a.m.

Las horas habían pasado estúpidamente rápido.

Luego de haber salido de casa de Elliot, fui a un bar y terminé acostándome con un chico cuyo nombre ni siquiera sabía y golpeando a unas tres personas sólo porque me miraban.

Parecía que había estado más tiempo del que pensé en ese bar.

Suspiré y el timbre de la puerta me sacó de mis pensamientos.

Salí de mi cuarto y bajé las escaleras para ir a abrir yo misma, pues era raro que alguien viniese de visita a las cinco de la mañana y Harry y Holly llegaban en dos días.

Amnesia [gay/yaoi]حيث تعيش القصص. اكتشف الآن