Capítulo 16: Catras.

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Azucena y Calin armaron una mochila repleta de provisiones para nuestro viaje a Catras

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Azucena y Calin armaron una mochila repleta de provisiones para nuestro viaje a Catras. Pan, queso, frutas y ungüentos desinflamatorios en caso de una emergencia. Cadell había armado otra con dagas, y estaba armado hasta los dientes ocultando las armas punzantes con su túnica oscura no más arriba de los muslos con una bufanda y pantalones ajustados. Calin había preparado para él un tónico mágico para ocultar sus orejas y sus colmillos ante los ojos humanos. No estaba segura si funcionaba, tomando en cuenta que aún podía ver sus rasgos inmortales. Pero de cierta manera, yo no era del todo humana tampoco.

Esmereé y Astrophell ya se encontraban en el despacho, detrás de un escritorio gigante donde sin problema podrían sentarse diez hombres, con su silla de cuero demasiado grande incluso para su cuerpo donde ya estaba sentado. La mujer estaba parada a su lado mientras le acariciaba con una mano el hombro, y lo observaba con atención. El solo observaba el espiral en tonos grises, creando un vértice tal cual huracán, succionando pequeñas partículas de polvo y algunas hojas de papel cercanas. Cerberus recostado a la pared frente al portal, y Cadell esperaba que yo avanzara para él también hacerlo, ofreciendo espacio entre nosotros.

No sabía exactamente qué había ocurrido con su temperamento una vez abandonó el comedor. No estaba del todo segura a que se debía su actitud lejana, y aunque de cierta manera estaba agradecida de no tener que soportar sus comentarios sarcásticos y llenos de veneno, también estaba confundida por el repentino cambio. Quería convencerme que no era mi culpa, pero sabía que gran parte de su porte tenso, y la necesidad de pasar desapercibido ante mi mirada, se debía por el rechazo que le ofrecí en la terraza.

No sé qué esperaba de mí, o que reacción exactamente quería que tuviera ante la situación. No habían pasado más de ocho días desde mi llegada al palacio, y lo único que él había hecho desde mi estadía en este lugar, fue tratarme como su inferior y hacer comentarios hirientes ante mi inutil cuerpo mortal. Aunque disfrutaba nuestros entrenamientos, donde se convertía en mí igual al momento de subir al cuadrilátero de boxeo, sabía que una vez acabado el entrenamiento, volvería a convertirme en lo que ya había dejado claro la primera vez que me vio; una simple mujer. Y no se trataba de que deseara que me viera de otro modo, apenas lo conocía y lo único íntimo que habíamos compartido en los últimos días, fue en las cocinas, cuando lo descubrí por accidente entre las piernas de aquella mujer.

Astrophell se puso en pie, para encaminarse en dirección a Cadell y le dio un apretón de hombro. Cadell inclinó la cabeza en respeto, y el Gran señor lo atrajo hacia él para darle un rápido abrazo junto con palmadas leves en la espalda por ambas partes. Una despedida, por si fallábamos, entendí. Cerberus me había explicado en nuestro regreso de las catacumbas del lazo que habían formado los dos reyes. Eran familia, más que su corte, habían creado una familia entre los cuatro, y lo envidiaba, por desgracia. El gran señor me dirigió una mirada al separarse de Cadell, e inclinando la cabeza simulando una pequeña reverencia, hice lo mismo. Quise decirle que estaba bien, que todo saldría bien y volveríamos con el amuleto y las respuestas de como recuperar mi magia bloqueada gracias a las gardenias que Lucille me hizo consumir. Pero las palabras no salieron, y la mandíbula me tembló igual que las rodillas. El solo asintió con un esbozo de sonrisa, para luego murmurar un estás lista, enfrentala.

Entre Uniones de SangreWhere stories live. Discover now