44

782 107 27
                                    

Camila

Uno de los secretos ocultos de Celeste es que, además de preparar un café exquisito, también sabe hacer manicura y es una excelente oyente.

Tiene las tres cosas que necesito, tomar café, arreglar el desastre de mis uñas y hablar para desahogarme, por eso, le pedí que se quedara un rato más conmigo después de cerrar el negocio, pero como no tenía su set de manicura, me llevó hasta su casa. Bueno, la de mis tíos.

Vamos a su habitación y pone algo de música baja mientras comienza a preparar las cosas, incluso sus oídos.

—De verdad, no puedo creer lo que hace ese idiota de mi ex —es lo primero que digo tirándome a la cama—. Llega al negocio de ese modo y encima invita a Andrés a la boda, ¿no tiene vergüenza?

—Sabés que no, Cami. No te hagas mala sangre con ese tipo. Tenés que enfocarte en Daiana y en Andrés, que este último parece ser tu salvación. —Esboza una sonrisa y bufo—. ¿Qué?

—Siento que Andrés es como un tornado, me va a llevar puesta y después me va a dejar devastada. Tengo miedo, es muy intenso y al mismo tiempo demasiado dulce. No sé si dejarme llevar o seguir poniéndole freno cada tanto —contesto sentándome mientras ella toma mi mano para limar mis uñas. Rueda los ojos.

—Ya me cansaste con eso.

—¿Con qué?

—Con ese dilema de dejarte llevar o no. Sí, el tipo era un mujeriego, quizás puede dejarte de un momento al otro y posiblemente puede ser infiel, cosa que dudo demasiado porque se nota de acá a la Luna que él está más que enamorado de vos. Entonces, o te arriesgas de una maldita vez o no, porque le estás haciendo perder el tiempo. ¡La pileta está llena, tiene agua! Tirate de una vez —replica con tono hastiado.

Miro hacia abajo y suspiro. Ella tiene razón, debo admitir que hasta yo misma estoy cansada de mis dudas, tengo que confiar de una vez. Además, anoche me hizo sentir de una manera tan especial, que si lo dejo ir voy a ser una estúpida.

—Es cierto, y la verdad es que yo también estoy enamorada de él —murmuro—. Y no sé si lo sabe, creo que no se lo demuestro mucho.

—Ja, deberías hacérselo saber.

Termina de arreglar mis uñas, solo me pintó de un rosa muy clarito porque soy bastante clásica, y justo me llega un mensaje.

Andrés // 20:49

¿Qué te parece si vamos a McDonald's con Dai?

Le muestro el mensaje a mi prima, que hace un gesto de ternura y forma un corazón con sus dedos.

—¿Hoy Dai está durmiendo con su amiga, no? —pregunta. Asiento con la cabeza.

—Sí, mañana temprano tienen la práctica de teatro y van juntas —replico.

—Entonces andá con Andrés... —Nos quedamos en silencio—. Cami, hace mucho que no te veo sonreír, ni con ese brillo en los ojos, él te hace feliz y te merecés toda la felicidad del mundo.

Sonrío y la abrazo.

—Gracias —murmuro.

Le escribo a Andrés que mi hija no está en casa, pero que igual podemos ir a comer, y me responde que enseguida me pasa a buscar. Le tengo que pasar la dirección de la casa de Celeste porque estaba por ir a la mía.

Quince minutos después, tocan bocina desde la calle y mi prima se asoma por la ventana.

—Es él, pasalo lindo. —Nos saludamos y salgo.

Una difícil conquistaWhere stories live. Discover now