CAPITULO 56 I DON'T WANT TO SPOIL THE PARTY

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SHADIA

Recientemente había iniciado mi nuevo empleo por segunda ocasión con la universidad, pero no en la misma área puesto que como era de esperarse, el nuevo decano no me tuvo en cuenta para la investigación.

Otra vez Luisa al rescate abogó por mí y ahora me encontraba trabajando en la Biblioteca del UCL Cruciform Hub ¿Que hacia allí? Ni idea, pero no era tan simple como pensaba; este no se trataba de un servicio bibliotecario común, en el Cruciform Building ubicado en Gower Street, funcionaba el Instituto de Investigación biomédica y la escuela de medicina.

Era la asistente, de la asistente, de la asistente del bibliotecario principal. Me abrumaba de solo pensarlo. Llevaba pocos días y ya había tenido que memorizar una gran cantidad de textos de medicina —los que más solicitaban en préstamo los estudiantes—, para no pasar por tonta. El ambiente laboral me resultaba de lo más interesante pero definitivamente se encontraba fuera de mi área de conocimiento y la biblioteca se llenaba mucho más de lo que creía.

Me detuve en uno de los pasillos a acomodar unos libros como era lo habitual cuando el lugar no estaba atestado de estudiantes —especialmente de primer año—, me agaché para alcanzar los estantes bajos y depositar allí algunos. Acaricié uno de ellos tardando más tiempo de lo normal mientras procesaba su título.

Neurología clínica.

Pensé de inmediato en él, en nuestro último encuentro y en sus palabras que me estrellaron duro contra la realidad pero también imaginé sus ojos de mar, su boca capaz de proporcionarme un inigualable placer y esa erección que me llevó a la locura desde el primer día. Intentaba ponerme de pie cuando alguien se acercó a mi lado.

El corazón se me detuvo por un lapso de tiempo enigmático, mis pupilas se dilataron al recibir el impacto de las suyas mirándome directamente sin parpadear. Los dos demasiado asombrados tragamos en seco. No supe cuánto tiempo duramos en esas, lo cierto fue que mi cerebro buscó palabras o acciones concretas en reacción a su presencia pero no resultó para nada bien.

—Shadia —rompió Daniel el silencio.

—Daniel —respondí en tanto él me observaba buscándole una explicación a que yo estuviese justo en ese lugar. Bajé la mirada y sensatamente decidí emprender la huida. Empecé a caminar y una de sus manos viajó directo a mi muñeca con el fin de detenerme.

—Espera —Se acercó reparando en mí con detenimiento—, ¿Qué haces aquí?

—Me contrataron para trabajar aquí.

Asintió lento y pausado con la cabeza.

— ¿Puedo invitarte a un café?

¿En serio, Daniel?

—No creo que sea lo correcto.

Suspiró.

—Yo sé que debes estar decepcionada y molesta por lo que dije la última vez, pero nunca me dejaste explicar lo que sucedió

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