Capítulo 9

783 142 2
                                    

En alguna parte, Borja y Gob caminan bajo una fuerte nevada que los cubre por completo. O más bien, que cubre de blanco el lomo negro de Borja, mientras Gob lo sigue transformado en sombra.

— ¿Hasta cuándo planeas seguir caminando como perro con la cola entre las patas? — pregunta Gob mientras se dezplaza junto a la sombra del lobo — ¿Me estás escuchando? — un gruñido apenas audible es todo lo que recibe como respuesta.

Oye, bruja — Ambos demonios oyen la voz de Lanch — adivina a quién encontramos...

Borja se detiene para dirigir la mirada hacia Gob. En menos de un segundo, el demonio lobo se hace hecho la ilusión de que dirá lo que tanto espera oír.

— ¡¿De verdad?! — se escucha la voz de la bruja — ¡¿Dónde está?!

Detrás de esta puerta — escuchan a Lonch — Solo tenemos que...

Borja se siente ansioso y enfadado al no poder ver lo que ellos. Le molesta esa sensación de incertidumbre al no saber qué es lo que está ocurriendo con precisión.

Creo que alguien llegó antes que nosotros — dice Lanch.

Y por lo visto, se llevó toda la diversión — comenta Lonch. Tanto Borja como Gob entienden a lo que éste se refiere con eso.

— ¡¿Y Vesta?! — Borja coloca toda su atención. Está listo para correr hacia donde se encuentra.

Supongo que cantamos victoria antes de tiempo — comenta Lonch.

¿Qué tenemos aquí? — dice Lanch — Parece que hay un gatito muy malo por aquí.

Es Mika. — dice la bruja.

¿Qué es una Mika? — pregunta Lonch.

Mika es el demonio de Stolas. Él la tiene.

Borja continúa escuchando atentamente cada palabra mientras Gob se mantiene quieto, intentando buscar la forma de hacer que los demás dejen de hablar, pues sabe perfectamente, que el demonio frente él no dudará en cambiar de dirección para dirigirse hacia donde se encuentran Lanch y Lonch. Y nadie podrá detenerlo.

¿Miedo en un demonio? — ríe Lonch. Aquello llama la atención de todos — Eso quiero verlo.— Borja gruñe mientras mantiene una tenue y extraña sonrisa que deja ver levemente sus colmillos.

Ya quiero ver quién es ese tal "Estolas" y cómo le hace para hacer sentir miedo a un demonio. — dice Lanch. — Bueno, el rastro parece ir hacia el norte y...

— ¡Borja! — grita Gob al ver que Borja comienza a correr aumentando su tamaño, llamando la atención de ambos demonios y de la bruja — Oye, bruja. Tenemos un problema.

El demonio escuchó todo — Gob asiente, sabiendo que no pueden verlo.

No veo cuál es el problema — dice Lonch de forma despreocupada — Él podría encontrar a Vesta más rápido que nosotros.

No sin destruir el lugar. — dice Raksha — Escéchenme bien, demonios. Quiero que desvíen a la calamidad de ese lugar.

Los tres dmonios dejan salir unas cuantas carcajadas ante la orden de la bruja. Si ellas no podían controlar al demonio ¿Qué le hacía creer que tres demonios menores podrían evitar que el gran demonio Borja llegara a ese pueblo? Tenían que ser realistas, el pueblo iba a estar perdido si la calamidad llegaba. Lo mejor era seguir buscando y que pasara que tuviera que pasar.

...

Lanch y Lonch se preparan para abandonar el lugar antes de que el imparable Borja aparezca para destruirlo todo. Entonces, ve algo que llama su atención.

— Mira esto, Lonch — entra en una de las habitaciones y encuentra lo que parece ser un rastro de cenizas con la forma de pizadas en el suelo — Niña escurridiza.

Aquellas huellas guian a los demonios hacia una ventana, en donde notan que el rastro sigue hacia quién sabe dónde.

— Estuvo aquí — Concluye Lanch — Al igual que ese gato; y... — Una extraña sensación recorre el cuerpo de ambos demonios.

— Esto... 

Algo extraño hace que los demonios mellizos tiemblen en esa oscura leñera, hasta que simplemente, deciden salir y alejarse lo más rápido posible del lugar.

— Eso fue... Extraño — dice Lonch — ¿Qué fue esa sensación?

Lo que sintieron se llama miedo, demonio. — Responde Raksha — Eso es lo que provoca Stolas. Así que será mejor que se dejen de juegos estúpidos y hagan que la calamidad no llegue a ese pueblo.

— ¿Qué tiene de especial este lugar? — la bruja guarda silencio.

Impidan que Borja lo destruya y continúen buscando a Vesta.

A los demonios no les queda de otra más que solo obedecer a la bruja. Después de todo, desobedecerla podría significar el regresar al bosque. Y claramente, ninguno de los dos quería eso.

— Bueno, no debemos detenerlo ¿Verdad? Solo Vesta puede hacer eso — Dice Lonch — Lo más probable es que nos pase por encima como si nada.

— La bruja dijo que lo desviaramos de este lugar — Aclaró Lanch, haciendo que Lonch comenzara a sonreír igual que ella. — Lo importante, es que no destruya ESTE lugar.

— Me agrada tu idea. Hagámoslo — Dijo animado, antes de ponerse en movimiento para su ingenioso y retorcido plan.

El bosque de los demonios (2): Fuera Del BosqueWhere stories live. Discover now