Capítulo 58: Creo que me va a dar un infarto.

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Los diseños de este capítulo (al igual que los del resto del libro) están elaborados, creados y diseñados por mi: la escritora.

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(Un año y tres meses después).

9 de mayo de 2025 ~ 08:47 horas.

Entre mi trabajo y el de Alexei, y nuestro hijo; el tiempo para organizar la boda ha sido casi inexistente. Si de por sí antes de que naciera Ivar ha sido difícil organizar la boda, con la falta de tiempo aún más.

Alexei y yo somos meticulosos y perfeccionistas, por lo que los detalles de la decoración, las invitaciones, la organización de las mesas, elegir una fecha en la que todos o al menos la gran mayoría de invitados puedan acudir, los vestidos de dama de honor... Dios mío, el estrés y la ansiedad han sobrevolado sobre nosotros como nunca antes había ocurrido.

Pero por suerte y gracias al universo, el día de la boda por fin ha llegado. Así que por esa misma razón yo me encuentro al borde de una crisis nerviosa.

— Dios, creo que me va a dar un infarto. — Comento mientras intento relajarme respirando profundamente mientras las estilistas dan los últimos retoques a mi maquillaje y a mi peinado.

Mis manos tiemblan ligeramente y mi corazón late con tanta fuerza y rapidez que el profundo sonido de mis latidos resuena en mis oídos mientras siento como mi pecho tiembla sutilmente con cada latido.

— Nea, si no dejas de sudar y temblar tanto, tu maquillaje y el peinado se van a ir a la mierda... — Se queja Ava, mientras en su tono de voz puedo notar que ella intenta aguantarse la risa, ante lo que yo le lanzo una mirada asesina.

— Sabes que me pongo nerviosa con cualquier cosa, y más hoy que estoy a punto de casarme, idiota. — Le respondo a Ava al mismo tiempo que ruedo mis ojos.

Las estilistas finalmente terminan de retocar mi largo cabello negro, el cual está recogido en un moño desenfadado con ondas abiertas, dos mechones sueltos y con un tocado de plata. — Hablas como si yo ya me hubiera casado por lo menos tres veces.

— Mmm... Parece que voy a tener que darte un chupito antes de la boda. — Comenta Ava burlona mientras suelta una pequeña risita.

— Oh, claro. Lo que me faltaba... A punto de sufrir una crisis nerviosa y medio borracha. Qué podría salir mal... — Respondo con sarcasmo, al mismo tiempo que ruedo mis ojos.

Me levanto de la silla en la que me han mantenido sentada las últimas dos o tres horas y en la que casi acabo perdiendo la cabeza por los nervios y lo mal que llevo estar sentada sin poder moverme tanto tiempo.

— Ha quedado precioso. Muchas gracias y perdón por mis... nervios. — Les digo a las estilista, con una tímida sonrisa en mis labios.

— Estamos acostumbradas, señorita Morgan. Hemos estado en peores situaciones. — Comenta una de ellas con una pequeña sonrisa mientras recogen el resto de materiales y productos que han utilizado conmigo.

Cuando las estilistas se marchan, yo miro a Ava y con la mayor tranquilidad que mi cuerpo puede procesar ahora, le digo:

— ¿Te atreves a ayudarme a ponerme el vestido? Me da demasiada vergüenza pedirle ayuda a Stella y a Marcel... Ya me han visto en ropa interior las otras veces para el vestido, pero es que... es demasiado incómodo. — Suspiro. — Y mi madre está cuidando ahora a Ivar.

— Te jodes, Nea. No pienso cargar con la culpa de que el vestido se rompa solo porque te de vergüenza... — Me responde ella mientras arquea una ceja y coloca sus brazos en jarras. — Voy a llamar a Stella y a Marcel... Así que quédate quieta y no toques nada. — Sentencia Ava antes de salir de mi suite de este hotel situado en el centro de Londres.

Soy tuya - LR - (+18)Where stories live. Discover now