Soy tuya - LR - (+18)

Capítulo 56: Siete meses.

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El que me pregunte que si este es el último capítulo se queda sin final de la historia.

Fuera bromas, he dejado varios comentarios en capítulos anteriores diciendo cuántos capítulos quedaban... Leedlos... No muerden (creo)

Así que no, este NO es el último capítulo...

Perdón, son las dos de la madrugada y tengo sueño.

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Once de julio.

Alexei detiene el Jaguar azul eléctrico frente a la mansión de sus padres. Con tan solo detener el coche frente a la amplia verja metálica de la mansión, los recuerdos se agolpan en mi mente. Hace siete meses conocí aquí a sus padres en la gala de Navidad... Hace siete meses que en esta misma mansión acepté vivir con Alexei...

Han sido varias personas, incluída yo, las que han intentado convencerme de que todo iba muy deprisa... Pero he aprendido que el amor no tiene reglas ni horarios establecidos... Cada uno marca su propio ritmo en la vida y cada uno decide cuando está listo para dar el siguiente paso y seguir avanzando. A veces hay que arriesgarse un poco y dejarnos llevar por nuestros instintos...

Mi padre siempre me había enseñado que hay que pensar y actuar con racionalidad, dejar los sentimientos a un lado... Sin embargo la vida no parece estar diseñada para que sea de esa forma... ¿Cuál es la gracia de vivir si actuamos como puñeteras máquinas? Ninguna... Nos guste o no, somos humanos y los humanos tenemos sentimientos y emociones que nos aseguran de alguna manera que estamos vivos...

Sin darme cuenta, Alexei está abriendo la puerta del copiloto y me tiende una mano para ayudarme a salir ya que la verja se había abierto y nos encontramos dentro de la finca. Salgo de mis pensamientos, y con una pequeña sonrisa coloco mi mano derecha sobre la suya y salgo del coche. Alexei cierra la puerta y acto seguido, coloca sus dos manos en mis mejillas, acariciando mi piel con sus pulgares a la vez que sus ojos azules como zafiros me miran como si yo fuera una de las siete maravillas del mundo.

— Nunca me cansaré de decirte lo mucho que te amo, Atenea Morgan... — Me dice Alexei con su voz grave bañada de su marcado acento ruso que tanto me gusta. Sus labios se curvan en una cálida y amorosa sonrisa que me atrapa y me contagia. Muevo mis manos y las coloco sobre las de Alexei que siguen en mis mejillas, para acompañar las caricias de sus pulgares.

— Bien... Porque yo nunca me cansaré de oírlo... ni de decirte lo mucho que yo también te amo, Alexei Volkov... — Le respondo con una sonrisa resplandeciente y mis ojos hazel centelleando por solo mirarle.

Alexei apoya su frente con la mía y cerramos nuestros ojos durante unos escasos pero agradables segundos. Él deja un suave beso en mi frente que provoca que mi sonrisa se amplíe y le mire con tanta adoración que parece que estoy admirando un cautivador atardecer en el mismo lago Tekapo de Nueva Zelanda en plena primavera.

— ¿Estás preparada para que demos comienzo a la "Bambi Russian Shower"? — No puedo evitarlo y suelto una carcajada cuando Alexei menciona el nombre que Ava le puso al grupo para organizar la pequeña fiesta.

— Dios... Es que ese nombre no hay por donde cogerlo... — Comento mientras continúo riéndome, contagiándole mi risa a Alexei. — Aunque, he de reconocer que no le veo sentido a que hagan una fiesta por el embarazo... Es decir, hasta dentro de dos meses no sabremos el sexo del bebé... y se supone que este tipo de fiestas se celebran cuando ya se conocen ese tipo de cosas, ¿no?

— Para serte sincero, krasivaya... No tengo ni la más mínima idea de porqué se celebra una "Baby Shower". En Rusia es bastante diferente... El hombre no puede estar con su mujer durante el parto y no puede verla hasta que haya pasado cierto tiempo... Incluso no pueden anunciar el embarazo hasta que sea evidente la barriga de embarazada... Y los familiares más cercanos tienen que esperar cuarenta días para conocer al bebé y visitar a la madre... Es algo muy íntimo y serio en la cultura rusa.