Capítulo 3: Despertar.

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Había pasado una semana desde que Atenea fue herida e ingresada en el hospital.

Desde entonces me había quedado junto con Ava y su padre en el hospital, nos turnábamos para volver a casa y tomar una ducha y luego volver con Atenea.

Estos días, Pietro se encargaba del negocio. Yo era incapaz de concentrarme o de no pensar en Atenea unos segundos.

Estoy sentado en una silla metálica, a su lado y sosteniendo su mano. Sus ojos permanecen cerrados, su respiración es lenta ya que su herido pecho sube y baja con movimientos lentos.

Mientras yo me encargaba de la protección de Atenea, le pedí a Pietro que se encargase de encontrar al responsable de su herida... De su intento de asesinato.

Tal vez hayan sido los italianos... La Yakuza... Ahora mismo todos son capaces de cualquier cosa... Y me voy a encargar de saber quien ha sido... Una cosa es ir a por mi... Y otra muy diferente es ir a por la mujer que amo, una línea que nadie debe cruzar...

De pronto, los ojos de Atenea se abren, mostrando el color hazel de los mismos.

— Muñeca... — Susurro sin poder creer que haya despertado...

— Dónde... ¿Dónde estoy? — pregunta desorientada.

— Estás en el hospital, pequeña... ¿Recuerdas algo de lo que ha pasado? — Acaricio su frente y beso una de sus manos. Mi corazón late agitadamente lleno de alegría y no puedo parar de sonreír.

— Estaba contigo y mi padre en la calle... Y luego... — Se queda callada durante unos segundos. — No recuerdo más...

— No te preocupes, pequeña. Es normal... — Suspiro y dudo entre si hablar o no. — Pequeña... Te han disparado...

— ¿Qué? ¿Por qué? — Sus ojos cansados se abren más e intenta incorporarse en la cama, pero a causa del dolor de su pecho apenas puede moverse.

— Eso es lo que intento averiguar... Pero, tranquila... Quien sea que haya sido el responsable... Me encargaré de que conozca el mismo infierno.

— Pobre del que te tenga como enemigo... — Intenta reírse pero una mueca de dolor aparece en su rostro.

— Han cruzado la línea, Atenea... Y no pienso dejar que se vayan sin recibir su castigo...

🥀🥀🥀

[Narra Atenea]

— ¡Hija, has despertado! — exclama mi padre nada más entrar a la blanca habitación.

— ¡Papá! — Por primera vez en mucho tiempo, corre a abrazarme. Su abrazo es cálido y tranquilizador... Le abrazo con fuerza. Una lágrima de felicidad se desliza por mi cansado rostro.

— Hija... No sabes cuánto me alegro de verte despierta...

— Alexei dice que he estado una semana inconsciente.

— Sí... Por suerte has despertado pronto.

— Mamá... ¿Sabe lo que ha pasado? — pregunto al recordar su rostro.

— No... No he querido decir nada, al menos por ahora. No sé cómo le afectará.

— Es mejor que no sepa nada, papá... Y, ¿Ava?

— Ha estado aquí con nosotros toda la semana — responde Alexei.

— ¿Os habéis quedado aquí toda la semana? Deberíais volver a casa entonces, seguro que estáis cansados.

— Si no te importa, yo me quedo — dice Alexei.

— Entonces... Papá, vuelve a casa y descansa un poco.

— ¿Estás segura?

— Sí, no te preocupes.

— Cualquier cosa que necesites, me llamas.

— Vale, tranquilo... — Se acerca para dejar un beso en mi mejilla. — Te quiero.

— Y yo a ti, hija. — Mis ojos se abren levemente, llenos de sorpresa. Mi padre, en todo lo que llevo de vida, nunca me ha respondido cuando le decía "te quiero", siempre esquivaba la palabra o simplemente asentía... Pero esta vez, ha respondido claramente, algo que me sorprende y me llena de felicidad.

Mi padre recoge su abrigo y sale de la habitación, no sin antes dedicarle una mirada de advertencia a Alexei, lo cual me provoca una pequeña sonrisa.

— ¿Crees que algún día tu padre me soportará? — me pregunta Alexei con una sonrisa, mientras se sienta a mi lado en la cama y entrelaza una de sus manos con la mía.

— ¿Quieres que sea sincera?

— Por favor.

— Con el tiempo te soportará, con mucho tiempo.

— Bueno, al menos lo hará.

— Alexei, tú también deberías de volver a casa y descansar. Yo estaré bien...

— Ni se te ocurra pensar que te voy a dejar sola.

— Bueno, bueno... Solo era una idea. — Intento reír sin que mi pecho sufra.

— No pienso separarme de ti, de ahora en adelante.

— Por favor, no me digas eso, que me voy de casa y vuelvo con Ava.

— Ni se te ocurra.

— ¿Tienes miedo de que me marche, señor Volkov?

— Es de lo único que tengo miedo. — Las palabras de Alexei hacen que mi corazón se conmueva y no pueda evitar sonreír ante tales palabras.

— Ven, anda. — Coloco mis dos manos en los laterales del rostro de él y acerco su rostro para dejar un suave beso en sus labios.

— No sabes cómo he echado de menos tus labios...

— Ahora los puedes probar de nuevo, señor Volkov — le guiño un ojo con una gran sonrisa, para volver a besarle y seguidamente dejar un beso en una de sus mejillas.

— Deja de llamarme así...

— ¿Por qué? ¿No te gusta?

— Me gusta tanto que quiero arrancarte la ropa, y la doctora ha dicho que al menos tienes que tener un mes de reposo.

— ¿¡Tanto!?

— ¿Qué pasa? ¿No puedes esperar a tenerme entre tus piernas?

— ¡Alexei! — Siento mis mejillas arder. — Pervertido.

— Te has puesto roja, muñeca. — Comienza a reírse.

— Idiota... — Me cruzo de brazos y él vuelve a reírse.

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Buenass.

Aquí les dejo nuevo cap de Soy tuya -LR-

Hoy tengo poco que contarles, solo que estoy deseando que sea viernes... 

No olvidéis comentar y dar like.

Los amo.

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Soy tuya - LR - (+18)Where stories live. Discover now