Soy tuya - LR - (+18)

Capítulo 49: Para toda la vida [TW: violencia]

[Narra Pietro]

Alexei y yo bajamos del todoterreno negro, siguiendo nuestras acciones los hombres que habíamos traído con nosotros en otros coches similares al nuestro.

Observo durante unos segundos el rostro de Alexei, percibiendo en menos de un segundo su expresión llena de desesperación y odio.

Subimos las pequeñas y escasas escaleras que se encuentran delante de la puerta de aquel lugar. Mis ojos se detienen en la ventana rota que se encuentra al lado derecho de la puerta.

Mi cerebro lo procesa rápidamente, provocando que mi corazón comience a latir aún más apresuradamente de lo que ya latía. Si de por sí ya me sentía exasperado ante la posibilidad de que las dos hubiesen sido heridas, sobre todo Ava... Al ver aquellos cristales rotos la exasperación que abundaba en mí se ha convertido en ansiedad.

Alexei no se demora ni un solo segundo para dar una fuerte patada que hace que la puerta se abra con tal brusquedad que haga chocar la madera contra la pared, provocando un estruendo y que las bisagras de la puerta caigan al suelo.

Nos adentramos al lugar en menos de un segundo, con nuestras armas entre las manos y con los brazos hacia delante, preparados en caso de tener que accionarlas. Varios ruidos sordos pero sonoros que provienen del piso de arriba llegan a nuestros oídos. Ante aquello Alexei acelera aún más sus pasos, subiendo la escalera en pocos segundos y yo subiendo detrás de él.

Cuando nos encontramos en el piso de arriba los ruidos se vuelven más audibles, pudiendo diferenciar varios quejidos roncos. Nos acercamos a la habitación de la que proceden los sonidos. La puerta está abierta, haciendo que en la pared del pasillo se reflejen dos sombras. Miro a Alexei, esperando las indicaciones para entrar en la estancia. Sin embargo, Alexei entra sin pensarlo con su Beretta noventa y dos apuntando. Reacciono con rapidez y sigo sus pasos.

Al instante que entro en aquella habitación mis ojos se clavan en la figura de Alexei con su arma apuntando y tocando la cabeza de León. Detrás de las figuras de aquellos dos hombros se encuentra la de Atenea, quien respira agitadamente.

— Si das un solo paso más... Esta bala será tu última súplica cuando veas lo que soy capaz de hacerte, Leone. — La voz de Alexei es firme, siendo perceptible la ferocidad y deseo de venganza que tiene hacia León.

Recorro con la mirada el espacio, buscando la figura de Ava pero no la veo por ningún sitio. En ese momento, Atenea debió de presentir mis intenciones, por lo que me mira y gira la cabeza hacia una puerta que se encuentra frente a uno o dos metros de la cama para luego volver a mirarme.

— Uberi eto der'mo otsyuda seychas zhe!. — Ordeno alzando la voz a los hombres que han venido con nosotros. En cuanto dos de los seis de ellos entran en la estancia para inmovilizar y agarrar con brusquedad a Leone me abalanzo hacia la puerta que había señalado Atenea. Intento abrirla pero está cerrada con seguro, por lo que doy un par de pequeños toques en ella.

— Ava, soy Pietro... Ya puedes salir. — No transcurren ni dos segundos cuando la puerta se abre y el precioso rostro de Ava se asoma por la puerta. Sus ojos están enrojecidos y llorosos.

Debe haber estado aterrorizada...

Abre la puerta por completo e instintivamente la envuelvo entre mis brazos, notando con mis manos en su espalda los latidos apresurados de su corazón.

— Ya se ha acabado, kudryashka... — digo a modo de consuelo cuando oigo sus pequeños sollozos. Sin separarme de ella elevo su rostro con una de mis manos para mirarla. — No llores más... — Suplico a la vez que seco sus lágrimas con mis pulgares. — Se ha acabado...