Quedate Conmigo《Newt》 2° TEMP...

By byronbay17

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Ariana cree que todos sus problemas se han terminado luego de que aquella desconocida élite los rescatara de... More

Capítulo 1: La Resistencia.
Capítulo 2: Cinco minutos.
Capítulo 3: Grupo B.
Capítulo 4: Algo oculto.
Aviso: Preguntas y Noticias ❤
Capítulo 5: ¿Janson?
Capítulo 6: Vienen por nosotros.
Capítulo 7: Te encontraré.
Capítulo 8: Volveremos.
Capítulo 9: Un largo viaje.
Capítulo 10: Ruta defectuosa.
Capítulo 11: La pérdida.
Capítulo 12: La oscura trampa.
Capítulo 13: Extraños.
Capítulo 14: Beatriz se llevó mi nariz.
Gracias The Maze Runner ❤
Capítulo 15: Soy su héroe, hermanos.
Capítulo 16: La Ciudad Oscura.
Capítulo 17: Ella no está bien.
Capítulo 18: Éxtasis.
¡Importante!
He vuelto. (Aviso temporal)
Capítulo 19: ¿Donde está Minho?
Capítulo 20: C.R.U.E.L es bueno.
Capítulo 21: El comienzo del final.
Capítulo 22: La traidora.

Capítulo 23: Lexie.

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By byronbay17

*Narra Ariana*

Aris golpeaba el dispositivo de comunicación tratando de hacerlo funcionar, aunque en el fondo sabía que no era ese el problema.

- No sé que sucede. Thomas y el grupo no contestan.

- ¿Qué hay de Teresa, Sartén y Anne?- pregunté sin dejar de observar la calle a través de la ventanilla de la furgoneta. No había señales de nadie y eso era muy extraño.

- Tampoco responden.

La camioneta dobló hacia la derecha para encontrarse con un callejón sin salida.

- Sigue intentando, Aris.

- Algo me da mala espina aquí- comentó Jorge al alzar la mirada hacia los edificios sin ver nada ni a nadie- Volveré hacia atrás y nos iremos de esta maldita zona. Hay más lugares donde buscar.

El hombre tenía razón. Como muestra de que pensábamos igual, Aris y yo solo asentimos con la cabeza.

El vehículo dio marcha atrás pero chocó contra algo tosco y enorme. El golpe fue seco y Jorge se giró inmediatamente a ver contra qué objeto había golpeado a la pobre Bertha siendo que no había nada en el callejón cuando entramos en él. Estaba molesto  por dañar la camioneta y era entendible, ambos sabíamos que la furgoneta ya tenía sus años.

La cara del hombre palideció cuando observó lo que se hallaba por detrás del asiento trasero, donde yo me encontraba.
No sabía de que se trataba pero la expresión de Jorge hizo que se me erizara la piel en todo el cuerpo.
Mis ojos viajaron hasta el espejo retrovisor ubicado entre el asiento del conductor y el del acompañante, lugar que Aris ocupaba, quién estaba demasiado compenetrado con reestablecer la comunicación con nuestros amigos como para darse cuenta del miedo paralizador que nos recorría a Jorge y a mí.

Solo pude ver una figura masculina exageradamente robusta y alta, tan alta que solo podíamos ver su pecho y parte de su cuello dado que su rostro quedaba por encima del vehículo. Lo siguiente que vi fue su puño tomando impulso y en un segundo, como si fuese en cámara lenta, miles de cristales volaron en pedazos sobre mí. Su mano me sujetó del cuello con violencia y tiró de éste hasta que logró sacarme por la ventana trasera.

Mi cuerpo azotó contra el asfalto ardiente. En ese entonces la falta de aire se mezcló con el dolor del impacto y con el ardor que producían los pequeños trozos de vidrio clavándose en mi cuello. Mis manos intentaban librarme de su agarre pero era inútil, la fuerza descomunal de mi captor era mayor que cualquier esfuerzo que pudiera hacer. De a poco, todo comenzó a ponerse demasiado brillante y blanco. Sabía que estaba por perder el conocimiento, y también sabía que luego de eso, posiblemente perdería la vida si Aris y Jorge no llegaban a tiempo. Los oí forcejear con otros y gritar mi nombre.

Mis pensamientos se arremolinaban dentro de mi cabeza pero aún podía razonar con la suficiente claridad como para entender que nos habían emboscado.

Sentía que estaba desvaneciéndome cuando a todo mi dolor se agrego un pinchazo que atravesaba mi cerebro. Sabía lo que eso significaba.

¿Estás ahí?, dijo una voz. Esa voz.

Creí que era solo un producto de mi imaginación debido a la falta de oxigenación pero rápidamente volvió a hablarme.

Escucha, sé que estás aquí. ¿Dónde estás?

Aún intentaba librarme inútilmente del Crank que me miraba con ojos desorbitados mientras me asfixiaba.
Mis ojos comenzaron a llenarse de lágrimas y en aquel instante maldecí el hecho de que la conexión telepática entre nosotros iba más allá de sólo palabras. Él pudo sentir que algo estaba pasando. Podía sentir mi angustia. Podía sentir mis emociones como yo las suyas.

¿Qué sucede?, sentí su inquietud que rápidamente se transformó en desesperación.

No tenía fuerzas, mi piel estaba fría, sentía una presión incontenible en mi cabeza.

¿Ariana?, insistió él.

Hice un último gran esfuerzo para formular una oración en mi mente para que él la oyera.

No creo poder lograrlo. Lo siento.

Hubo un corto silencio. Sentí sus lágrimas acumularse en sus ojos, su nudo en la garganta y el sonido de su corazón latiendo con fuerza.

Te encontraré, ¿me oyes?

Quería decirle que no lo hiciera, me buscaría en vano porque para ese entonces probablemente ya no estaría con vida.

Ariana, dime algo.

La conexión con Newt se volvía más débil a causa de mi proximidad con la muerte. Él quería que le hablara, y si aquellas iban a ser mis últimas palabras, sería lo que tanto anhelaba decirle cuando estuviéramos cara a cara, aunque no iba a poder ser de la manera que había imaginado.

Te amo.

Cerré los ojos y me dejé llevar.

Dejé de sentir la presión sobre mi cuello, como si las manos del Crank se hubieran ablandado.

Mi mente se sacudió bruscamente y mi respiración se volvió gravemente agitada. Al abrir los ojos, todo estaba oscuro y no tardé en darme cuenta que el hombre gigante que estaba intentando matarme cayó inmóvil sobre mí. Estaba aplastándome.

Mi audición fue la primera en devolverme a la realidad . Supe oír fue una gran cantidad de disparos, todos provenientes del mismo arma y luego todo cesó.

Comencé a moverme hasta librarme del cuerpo que yacía sobre mí hasta que finalmente fui libre para retomar el aire que necesitaba. Comencé a toser con fuerza mientras intentaba volver a respirar todo el aire que me había faltado durante minutos. Mi lengua remojó mis labios secos que estaban igual de fríos que varias zonas de mi cuerpo.

Aris y Jorge no tardaron en estar allí para cargarme en la parte trasera de la furgoneta y huir tan rápido como nos fuera posible.

Una vez en marcha, me recosté cuidadosamente sobre el asiento con los ojos cerrados, poniendo mi mano en mi cuello. No sabía que respirar podía doler tanto.

- ¡Demonios!- gritó una chica a mi lado- ¡Vienen más!

Abrí los ojos del susto, encontrándome con una chica de cabellos rubios mirando por parte trasera. Automáticamente sacó un arma de quien sabe dónde y comenzó a disparar.

Aris miró hacia donde ella apuntaba y luego a mí, para luego esbozar una sonrisa de lado. No había nada gracioso pero seguramente mi rostro anonadado debió ser el motivo.

- Ella te salvó la vida- dijo mientras cargaba balas en su revólver- Le agradeces luego, cuando puedas hablar- sonrío.

Era demasiada información, tenía muchas preguntas y me urgía poder hablar pero realmente no podía hacerlo. Me sentía muy mareada.

- Soy Lexie, del Grupo B. Compañera de Jones en el Área.

- ¿No la reconoces?- añadió el muchacho- Estaba en la base de C.R.U.E.L el día que tú y tu grupo llegaron.

Ambos apuntaron y comenzaron a disparar a lo que sea que nos seguía mientras Jorge conducía a gran velocidad. Al mirar hacia atrás confirmé mis sospechas; se trataba de una horda de Cranks. Estaban consiguiendo acercarse a nosotros más de lo que me hubiese gustado así que saqué mi arma y me dispuse a hacer lo mismo.

- Tranquila- Lexie se apresuró a poner su mano sobre mi arma para bajarla-, no te preocupes. Tú descansa.

Asentí y le sonreí como gesto de agradecimiento.

Jorge comenzó a maldecir en su idioma natal.

- No creo que puedas descansar, hermana- se refirió a mí para luego hablar en general- Vamos a tener que lanzarnos de la camioneta. En lo posible, ahora mismo.

Los tres miramos inauditos al hombre que estaba tratando de maniobrar difícilmente con el viejo vehículo para ganar la mayor ventaja sobre los Cranks. Sus ojos iban y venían una y otra vez entre el tablero de la furgoneta y el camino que tenía por delante.

- ¿Cuál es el problema?- preguntó Aris mirando el tablero.

- Al parecer esos Cranks no son tan estúpidos como parecen. Nos han cortado los malditos frenos.

Nos quedamos inmóviles. Lo que faltaba.

Aris fue el primero en reaccionar y tomó nuevamente su arma. Antes de volver a sacar medio cuerpo afuera de la furgoneta para disparar, gritó que Lexie y yo saltaramos primero.

Para que los Cranks no nos vieran saltar, Jorge dobló de manera repentina hacia la izquierda para perderlos temporalmente de vista.

No había tiempo que perder.

Fui detrás de Lexie y fue la segunda vez que mi cuerpo azotó con fuerza contra la acera. Me sentía inmóvil ante tanto dolor. Por su parte, la rubia había caído como toda una profesional y no tardó en recomponerse para socorrerme y arrastrarme a un lugar seguro. Jorge y Aris se reunieron con nosotras en menos de un minuto.

A lo lejos, a un par de calles de distancia, oímos estrellarse a la vieja furgoneta, que luego de varios segundos, acabó volando por los aires. Los Cranks corrieron en dirección hacia donde se había originado la colisión mientras nosotros los veíamos pasar ocultos detras de una vieja pared en ruinas.

Cuando volteé a ocultarme de nuevo, vi a Lexie abrazar a Aris, y a éste corresponderle el gesto.

Me temo que no ha sido un día fácil para ti- la mano de Jorge me tomó por sorpresa y me dio unas amistosas palmadas en el hombro mientras reía.

- Ni me lo digas- respondí con una voz rasposa y adolorida.

Lexie se separó de Aris y me vio con curiosidad.

- ¿Estás bien?- preguntó ella a lo que asentí con una sonrisa tímida.

- Gracias, de nuevo.

- Ni lo menciones. Es un favor de Habitante a Habitante- me codeó con suavidad guiñandone un ojo.

- Bien - se sumó Aris a la conversación-, ¿ahora podemos saber qué rayos haces aquí?

- Es una historia un poco compleja...

Jorge se asomó por encima de la pared nuevamente y observó como algunos Cranks seguían pasando.

- Bueno - dijo él-, tenemos algo de tiempo hasta que sea seguro salir de este escondite.

- Está bien- tomó aire, luego suspiró y se tomó unos segundos antes de comenzar- Bueno, digamos que cuando ustedes escaparon de la base todo se salió de control. Las medidas de seguridad se reforzaron, habían guardias por todos lados y nos sacaron dos de las cuatro comidas que teníamos al día hasta que alguien hablara y les dieran información sobre ustedes, sus planes o su paradero. No fue mi caso pero me enteré de chicas que fueron señaladas como sospechosas y las han torturado para lograr sacarles algo de información sobre ustedes pero creo que no han conseguido nada. Otra cosa que aumentó fueron las pruebas de sangre así como las físicas y mentales que nos hacían a diario. Antes eran tres veces al día pero luego de su fuga fueron cinco veces por día. En fin, solo habían pasado unos pocos días cuando una explosión azotó el lugar, creímos que era un terremoto pero no. El Brazo Derecho estaba atacando la base.

Mi primera reacción y la de Aris fue de sorpresa, mientras que Jorge optó por el sarcasmo.

- No puedes estar hablando en serio. Estuvimos semanas detrás de esos malditos carnales, pasamos cosas horribles en el camino y resulta que solo había volver y sentarse a esperar en la maldita base.

- De hecho, era mejor no estar ahí. Hicieron volar la base. Miles de soldados y trabajadores de C.R.U.E.L murieron, pero también muchas de las chicas del Área. Sólo cinco de nosotras logramos sobrevivir.

- Lo siento mucho, Lexie- susurré.

De tan solo pensar en que esas víctimas podrían haber sido mis amigos me revolvía el estómago.

- ¿Cómo lograron escapar de eso?- se apresuró a preguntar Aris- ¿El Brazo Derecho las salvó?

- No. Fue C.R.U.E.L. Nuestra habitación era la primera así que fuimos las únicas que lograron sacar y subir a un Berg. Cuando estaban por sacar a las demás, el piso... se vino abajo.

Un largo silencio se hizo presente de nuevo. Lo que Lexie decía era devastador y nadie encontraba las palabras exactas para decir sobre aquella situación.

- ¿Qué pasó luego?

Ella me miró y suspiró con pesadez.

- Bueno, no cambió mucho la verdad. Nos llevaron a otra base.

- ¿Otra base?- no sabía distinguir si Aris estaba sorprendido o indignado- ¿Cómo que otra base?

- Así es, pero allí no habían más Habitantes. Allí hacían todo el monitoreo sobre nosotros, nuestro rendimiento, los resultados de cada prueba y cosas así- levantó los hombros con indiferencia- Todos estaban muy alterados, era evidente que el ataque por parte del Brazo Derecho los dejó debilitados; quiero decir, sin armas, sin reclutas con quienes experimentar, sin Bergs y sin soldados.

- Entonces... ¿acabamos con ellos?

La pregunta de Aris hizo sonreír a Lexi con algo de nostalgia.

- No. Habíamos llegado hace tres días cuando el Brazo Derecho atacó también esa base. Esta vez fue la líder de aquel ataque la que nos sacó de nuestra habitación. Era joven, un poco mayor que nosotros. Me sorprendí cuando reconocí que era una de las doctoras que trabajaba para C.R.U.E.L, al parecer estaba infiltrada o decidió cambiar de bando y traicionarlos.

- ¿Recuerdas su nombre?- preguntó Jorge. Habían un brillo de esperanza en sus ojos.

La muchacha dudó por unos segundos pero finalmente negó.

- Esa base está cerca de aquí. A un día y medio del Palacio de los Cranks. Ella logró salvar solo a tres de nosotras y a mí me encomendó venir a buscarlos. Quería que supieran que no están solos, que el Brazo Derecho los está buscando y va a venir por ustedes para ponerlos a salvo. Sabía que estarían aquí para buscar a Newt, bueno, además de que lo sabía por sus rastreadores.

- ¿Qué rastreadores?- aquella pregunta salió con un dejo de pánico de mi boca.

- Todos los Habitantes tenemos uno desde el primer momento en el que iniciamos nuestra nueva vida en la caja que nos lleva al Área. Está en la parte trasera de su cuello.

Aris y yo rápidamente palpamos nuestra nuca para comprobarlo. Y así era, efectivamente teníamos un rastreador diminuto allí.

- Esos malditos gar...

- Tranquilo Aris, ella ya se encargó de eso. Ahora es la única que sabe nuestra ubicación. De hecho, ahora mismo debe estar enterándose de que cumplí mi misión y me he reunido con ustedes.

- Bueno, ya nos encontraste- habló Jorge- ¿Ahora qué?

- El Brazo Derecho planea tomar este lugar, solo resta esperar. ¿Dónde está el resto de su grupo?

Jorge se asomó a ver la calle y parecía no haber peligro alguno.

- Supongo que están a un par de calles de aquí, en la principal- le respondí.

- De acuerdo, está despejado. Es hora de correr.

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¡Hola a todxs! ✨ I'm back

Yo sé que algunxs me amarán por subir (FINALMENTE) el siguiente capítulo, otrxs me odiarán por haber tardado tanto (PERDÓN) y otrxs ambas cosas. Al fin he solucionado el problema con mi internet y me ha dejado publicar el bendito capítulo que muchxs esperaban (incluida yo)

Espero que les guste y déjenme en comentarios que opinan sobre la nueva integrante de esta historia: Lexie.

Lxs quiero y lxs leo ❤

Si este capítulo llega a 40 estrellitas subo el que sigue, ¡así que a votar!

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