Antes que nada, ahorita publicaré en capituló en el otro libro, no se preocupen.🤪
Les dejo esta foto de Draco y Adrián 🥰🤪
Amélie Larsson.
Me levante con cuidado, sin despertar a Draco. Me vestí, y salí de su habitación. Iría a mi habitación por mi pijama y regresaría. Me imaginaba alto drama que me haría si no despertaba con el.
Fui a la Sala Común de Slytherin, creyendo que no había nadie, traía mi pijama ya puesta, y me encontré a una chica sentada frente a la chimenea llorando.
Me acerqué con cuidado, sin hacer mucho ruido mientras la chica seguía llorando, una vez al estar más cerca puse mi mano en su hombro, ella me volteo a ver asustada.
—¿Estás bien?—pregunte, ella se limpió sus lágrimas mientras sonreía.
—Amélie... sí, no te preocupes, estoy bien.—dijo con un hilo de voz, hice una mueca y me senté a su lado viendo la chimenea.
—Estás llorando, Pansy.—dije.—¿Algo pasó?
—Te vas a burlar de mi.—dijo con una sonrisa apenada, las lágrimas caían otra vez por sus mejillas.
—No tendría por qué burlarme.—sonreí.—puedes contarme si quieres, o puedo solo estar aquí...
Ella agacha su cabeza.
—Es luna, últimamente ha estado muy rara... y hoy no la vi por ningún lado.—dijo con voz temblorosa.– Yo creo que ella ya no me quiere.
—¿Por qué piensas eso?
—Cuando nos hablábamos antes, ella no paraba de hablar... siempre me contaba muchas cosas que yo ni siquiera sabía, me contaba su padre, de lo que fuera. Una vez que salimos de vacaciones.—apreté sus labios.– No contestó mis cartas, ninguna. Yo estaba muy preocupada por ella, pensé que algo le había pasado. Pero ella dijo que estaba muy ocupada para responder... luego, regresamos a Hogwarts y se comporta muy raro, ya no habla, solo esta callada, ya no me busca, y eso.... me lastima.
—Que raro eso de Luna...—murmuré.—... podrías hablar con ella, me refiero, me imagino que se tienen mucha confianza, y todo. Tal vez haya algo pasado con su padre o algo paso en vacaciones y por eso se comporta tan raro.
—Le dile que la amaba.—soltó de repente.— le dije que la amaba... y ella solo sonrió.—sollozo.— ¿Qué pasa conmigo que siempre me terminan lastimando? ¿Qué acaso hay algo malo conmigo? ¿Qué acaso no soy lo suficiente?
—No, no. No pienses así... Pansy, aunque antes no nos llevábamos mucho, lo poco que he sabido de ti, eres muy linda, me refiero a que eres muy cariñosa, y se ve que quieres mucho a Luna.. y qué ella también te quiere.—afirme.—... tal vez solo deberías de darle tiempo, muchas veces las personas se alejan por miedo o por qué están pasando por algo.
—Gracias.–sonrió débilmente.—Se ve que eres más delicada en estos temas que el rubio desabrido de tu novio.
—¿Rubio Desabrido?—pregunte riéndome.– No sabía ese apodo.
Ella se limpió de nuevo las lágrimas, se aclaró la garganta, y miró la chimenea.
—Sí, me desespera mucho Malfoy. Es un grandísimo idiota cuando se lo propone.—suspira.—Pero ha sido el único que me ha escuchado en los peores momentos.
—Malfoy es bueno, solo con las personas que el quiere serlo.—murmuré.— puede que sí salga con uno o otro comentario hiriente, pero se esfuerza.
—Lo haces mejor persona, Amélie.—admite, abrazo sus rodillas pegándolas a su pecho y me volteo a ver.—Me alegra ver que Malfoy tenga cariño, no se que sería de él si tú no estuvieras en su vida.
—Lo quiero mucho.—admití.
—Y el a ti, se nota mucho.–soltó una risita.—Una vez en tercer año, cuando le conté sobre Luna... estábamos en clase de Hagrid, y tú estabas con Weasley, bueno, el caso fue que tú pasaste frente nuestro, Malfoy tenía su boca entreabierta y te siguió con la mirada sin despegarlo un segundo, parecía como si le hubieran puesto el ultimo modelo de escoba.—nos soltamos a reír.—Me burle de él, y se puso rojizo, no era la primera vez que se quedaba viéndote, no disimulaba.
—Ms gusta verlo sonrojado, es muy lindo.—murmuré.—Sus mejillas se tornan rosadas, al igual que sus orejas.
Ella sonrió, y se me quedó viendo.
—Debes taparte esas marcas, si no, todos se darán cuenta que Malfoy dejo su evidencia de que estuvo contigo.—dijo apuntando mi cuello, abrí mis ojos como platos.
—No sabía que las tenía.—dije tocando mi cuello, me reí.
—Es bueno ayudar.—dijo encogiéndose los hombros, Mi mirada se desvió a su antebrazo.
—Sabes que sí necesitas a alguien con quien hablar, ¿puedes buscarme? Soy mejor que Draco escuchando.—dije, ella se tapó el antebrazo y sonrió.
—Gracias.—dijo levantándose.—Creo que es hora de dormir, Gracias de nuevo, Amélie.
—No hay por qué.—dije también levantándome, fui hacia la habitación de Draco acostándome alado suyo, el gruño y me abrazó por la cintura pegándome a él.
Draco Malfoy.
Me acomode mi corbata mientras escuchaba a Amélie hablarme sobre lo que había hablado con Parkinson. Luego caí en cuenta de algo.
—¿Te fuiste en la noche de aquí?—pregunte interrumpiéndola, ella se quedó quieta.
—Sí... fui a mi habitación.—explicó y suspiró.—¿Sí me estás escuchando, Malfoy?
—Sí, aunque eso yo ya lo había hablado con Parkinson. Cuando me dijo que tenía problemas con Lovegood.—dije.
—Pero no quiero que hablar de eso.—dijo tirándome la almohada, me carcajee.
—¿Entonces de qué?
Ella hizo una mueca, me acomode mejor en la cama viéndola.
~.
Fui a paso firme hacia ella agarrándola de la muñeca, haciendo que soltara un quejido y empezara a querer zafarse de mi agarre mientras me insultaba.
—Suéltame rubio desabrido, ¿A donde me llevas? Voy a gritar que me estás secuestrando.—decía mientras la jalaba por todo el pasillo hasta un aula.
Al entrar, cerré la puerta me acerqué de nuevo a ella agarre su muñeca y levante la manga del uniforme, me le quede viendo y solté su muñeca con brusquedad.
—Ten más delicadeza.—me regañó.
—¿Qué son esas estupideces, Parkinson?—pregunte incrédulo.
—Malfoy, no es tu asunto.
—No no lo es, pero tampoco quiero andar viendo que te estes cortando los brazos.—dije enojado.— ¿Es por Lovegood? ¿De verdad, Parkinson? No vale lastimarse de esa forma, no lo vale, es una estupidez.
—Tu no sabes nada, Malfoy.—dijo entre dientes.— ¡¿Qué no entiendes que es la única manera para desahogarme de la basura de vida qué pasó?!
—¡No! ¡No es la única manera!—exclame.—¡Soy malo escuchando, soy muy malo escuchando! ¡No prestó atención a los problemas de los demás! ¡Pero tampoco me agrada la idea de saber qué haces eso! ¡Por más mierda que este tu vida, no debes recurrir a eso!
—¡Nunca te ha importado, Malfoy! ¡No pretendas que ahora si!
—¡No, no me ha importado! Pero eres mi amiga.—dije firmemente.—Aparte de Amélie, eres mi amiga.
Ella se quedó callada al escucharme.
—Admito que no te quise cuando andaba contigo, que te usaba, y me agradaba la idea de que estuvieras detrás mío, por que me sentía poderoso. Eras tan enfadosa, no te soportaba, siempre querías estar conmigo, eras tan empalagosa, tan indefensa...—admití.—... Pero todo cambio cuando nos dimos cuenta de que nuestras vidas no eran color de rosa, de lo que habían hecho nuestras familias. Me contaste tu novela romántica con Lovegood, te escuche toda las tardes, ¡Te considero una amiga, por que me ayudaste a librarme de un negocio de mi padre! Si no fuera por ti, nunca hubiera podido estar con Amélie. Ya no eres Pansy Parkinson, la chica que conocí años atrás, la chica sumisa, la chica que se dejaba pisotear por mi y humillar, recuérdalo Parkinson, eres fuerte, y no mereces sufrir.
Vi como su labio empezó a temblar, y sus ojos se cristalizaron.
—Aunque me cueste admitirlo, eres mi amiga. Algo loco.—sonreí de lado.— pero me ayudaste mucho, demasiado. Y de alguna u otra forma debo de devolvértelo, no estás sola.
—Déjame procesar todo esto, no puedo creer que Draco Malfoy me esté diciendo esto.. ¿Qué le hiciste?
—Bueno, debo decir que pase una muy buena tarde noche ayer.—confesé, ella carcajeó.— no te volveré a repetir lo que te dije, el "Draco Malfoy" sensible ya no lo verás de nuevo, tendré que borrar tu memoria.—le advertí.
—Oh, cállate rubio desabrido.—dijo empujándome.—Eres un idiota, con razón amaneciste de buenas.
—Estoy muy feliz.—murmuré.— así que no decaigas, si sientes que estás mal entonces búscame, no te dire nada para consolarte pero puedo estarte haciendo compañía. No soy bueno demostrando amor y sabes que no soy de mucha ayuda.
—Ya me di cuenta, no puedes estar sin decir tus comentarios.
Me encogí mis hombros sonriendo cortamente.
—Agradécele a Amélie casi me jala de la oreja para que viniera.—le dije mientras salíamos del aula.
—Claro que se lo agradeceré, fue de más ayuda que tú.—dijo bufando.
Rodé los ojos burlonamente cruzándome los brazos.
—Aprovechando algo, necesito contarte un secreto.—le dije metiendo mi mano a mis bolsillos del pantalón.
—¿Qué cosa?—preguntó.
—En la graduación, le pediré a Amélie que sea mi prometida.—comente sonriendo, ella se quedó parada y soltó un grito haciendo que varios nos voltearan a ver, la fulmine con la mirada.
—Parkinson, no eres para nada discreta.—dije entre dientes inclinándome hacia ella.
—¡No puedo creerlo! ¡No puedo! ¡No, no, no! ¡Yo esa boda no me la pierdo por nada!—dijo emocionada.
—Será mi comprometida, Parkinson. No es como que nos vayamos a casar a los meses que se lo haya propuesto.—dije en voz baja.
—Faltan 6 meses.—dijo Parkinson.—6 meses para graduarnos.
—Lo se.—sonreí.– Lo he estado pensando desde hace rato... y mi madre me dijo que era buena idea, proponérselo. Me dio el anillo que ha estado en la familia.
—Aunque no se fueran a casar al otro año, me emociona saber que se lo vas a proponer.—confesó sonriendo.—Me alegra, Malfoy. Ya estás creciendo.
—Bueno, me emociona la idea de proponérselo...—admití.— tengo 6 meses para planearlo. Aunque estoy nervioso.
—Es Amélie, claro que te va a decir que si. Debo de ir buscando que ponerme para la boda.—murmuró para si misma.
—Te estás adelantando.—reproche.— Solo será proponérselo, ya tiempo después...—moví mi mano en el aire.— cuando menos te lo esperes te llegará una invitación.
—No eres tan Rubio desabrido después de todo.—sonrió burlonamente, me reí.
Los dos entramos al Gran Comedor yendo a la mesa de Slytherin, me senté alado de Amélie que estaba hablado con Nott. Pase mi brazo por arriba de sus hombros.