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Draco Malfoy.

Caminaba por el pasillo rumbo a las mazmorras, en cuanto se acabó la cena para poder ir a entregarle los apuntes que necesitaba Amélie.

—Señor Malfoy.—escuche decir al profesor Snape, me quede quieto y gire sobre mis talones mirándolo se encontraba cruzado de brazos.—Sígame.

Fruncí el ceño pero decidí mejor no decir nada, iba a paso apresurado tratándolo de alcanzar, abrió la puerta de su mazmorra y entró, hice lo mismo que el y cerró la puerta.

—¿Qué paso?—pregunte confundido.

—Necesito decirle algo, sobre su amiga Amélie.—comentó, apreté mis labios.

¿Ahora que habrá hecho Amelie para meterse en problemas?

—¿Qué tiene Amélie?

—Es sobre su madre.

Abrí mis ojos al tope al escuchar sobre de que era el tema que quería hablar, sabía lo mucho que me importaba la salud de su madre.

—¿Sobre la señora Larsson? ¿Qué le pasó?—pregunte preocupado.

—El profesor Dumbledore me aviso que la señora Larsson está muy grave de salud, no creen que se salve.—comentó caminando hacia su escritorio, sentí una presión en el pecho.

—¿Cuánto... cuánto tiene le queda?—pregunte aún sorprendido tratando de procesarlo con claridad,—¿Digo no se puede salvar? ¿Ya no hay nada que hacer?

Me miró unos segundos para sentarse detrás del escritorio—, Se lo comentó por que creo que la señorita Amélie necesitara a alguien cuando eso suceda.

—¿Ella no sabe nada?

—No.—pronunció.— No quieren decirle nada, aún. Me han informado qué posiblemente la Señora no sobreviva esta noche.

Trague con dificultad,—Debe de saberlo, profesor. Es su madre.

—Lo sabrá, Señor Malfoy. Solo me doy con mi tarea de avisarle a usted, ya que tengo entendido que ustedes son muy unidos.

—Entiendo.—comenté acomodando mi mochila en el hombro,—¿Eso es todo?

—Puede irse.

Camine a la salida de la mazmorra sintiendo como las manos me temblaban ligeramente. No quería ni imaginarme como se pondría cuando sucedería y ella se enterara sobre eso.

Oh, Amelie. Lamento tanto que debas pasar por esto, si tan solo pudiera hacer algo para que no sufrieras.

Sentí mi cabeza dolor pensando en todo, en qué debía estar con ella, y como podría animarla una vez que sucedería.

Fui directo a donde me encontraría con ella, agarre con fuerza mi mochila entrando.

—¡Malfoy, que bueno que te encuentro! Te he estado esperando.—comentó ella levantándose del sillón de la Sala común.

—E-eh sí, tuve que hacer unas cosas antes.—apunté la puerta.— Déjame voy por los apuntes y vuelvo, espérame aquí.

—Claro.—asintió, apreté mis labios yendo hacia el pasillo rumbo a las habitaciones.

Al entrar fui a la mesa de noche donde estaba el cuaderno de los apuntes de la materia de Pociones, lo miré unos segundos para suspirar saliendo de la habitación regresando a la Sala Común. Ella ya se encontraba de nuevo sentada, me acerqué sentándome a su lado pasándole el cuaderno que agarró mientras le sonreía hojeándolo.

Tenías que ser tú. |Draco Malfoy| TERMINADA. [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora