18.

85.4K 7.4K 9.1K
                                    

Amélie Larsson.

Navidad.

Mis padres habían llegado hace rato, se encontraban con los padres de Draco abajo, yo estaba en mi habitación, Una carta de Weasley había llegado hace poco así que decidí leerla.

"Amélie,

¡Felices pascuas!, mira... no soy bueno escribiendo cartas de hecho Harry me esta ayudando no preguntes en que, por qué ni yo se creo que no me tiene confianza en esto jaja. Espero te la pases muy bien, como quisiera que estuvieras aquí... aunque se que las semanas se irán rápido ¿no?, también espero te guste mucho el regalo que te di, vuelvo a recalcar; no es mucho, pero lo hago de corazón se lo tuve que pedir a Fred que me ayudara a conseguirlo, ya sabes, primero se burló de mi como de costumbre pero al final me ayudó a conseguirlo. Te extraño, bonita.

Ps: No dejes de Malfoy te arruine este día, por mas idiota que sea hay que tener compasión... así es el.

Ron Weasley:)."

Sonreí bajando la carta poniéndola en la cama, giré aquel anillo de corona que me había dado, era bonito, me sorprendía un poco el regalo jamás me lo esperé de Ron. Guarde la carta en mi maleta mientras me levantaba y salía al pasillo, en ese instante Draco también salió de su habitación traía un traje negro.

—Larsson.

—Malfoy.

—Felices pascuas.—dijo acercándose a dónde yo estaba.

—Felices pascuas.—repetí, el me vio unos segundos para después empezar a bajar las escaleras, lo seguí hasta ir a la cocina donde se encontraban los demás.

—¡Los estábamos esperando!—exclamo mi madre con emoción.

—Ya se estaban tardando mucho.—dijo Narcissa con una sonrisa.

—Siéntense muchachos.—dijo mi madre, tome asiento alado de ella quedando enfrente de Draco.—¿Qué tal les está yendo en la escuela?

—Bien.—respondimos a unísono. Narcissa y mi madre se dieron una mirada.

—Que lastima que ya no sean novios, hacían muy linda pareja.—oí decir a mi padre quien estaba sentado alado de Lucius.

—Tienes toda la razón, quien sabe por qué terminaron.—dijo Lucius, Draco lo miro fulminándolo.— Pero bueno... así son los jóvenes ¿no?

La cena empezó, los únicos que hablaban eran los adultos, Draco y yo teníamos la mirada puesta en la plata mientras cenábamos. Después de la cena, que fue algo larga pasamos al postre que había hecho Narcissa. En la mesa había un jarrón lleno de malvaviscos al igual que uno que otro Dulce.

—¿Creen que pueda meter 15 malvaviscos en mi boca?—escuche preguntar a Draco, todos dirigimos nuestra mirada a el.

—Eres una vergüenza para la sociedad.—oímos decir a Lucius que miraba con desaprobación a Draco, vi cómo el apretó su mandíbula volteando a ver a otra parte.

—Y un cobarde Malfoy, pon mejor 20.—le dije llamando su atención, Lucius se quedó callado y Draco me miro tenía la misma expresión de hace unos instantes hasta que inconscientemente sonrió.

—Te retó.—dijo inclinándose en la mesa.

—Vas a perder.—me incline también.

—Entiendo... ¿entonces será una reta de malvaviscos?—pregunto mi padre algo emocionado, mi madre lo fulminó con la mirada.

—Veremos quien pierde primero, Larsson.—dijo con tono intimidante.—¿Preparada?—agarro unos cuántos malvaviscos que habían en el jarrón, hice lo mismo agarrando unos pocos.

—Nací preparada.—sonreí cínicamente.

—No puede ser cierto.—se quejó Lucius desde su lugar.

—Déjalos, solo son niños.—lo regaño Narcissa.

—A la cuenta de tres.—dije yo.—1...2...

—3.—dijimos a unísono abrí mi boca metiendo el primer malvavisco acomodándolo en mi mejilla, vi como el rápidamente agarraba uno tras otro, me apure. Los dos tratábamos de no reírnos al ver al otro, parecíamos unos niños pequeños.

~.~

—Que asco, Larsson.—se burló Malfoy recargándose en el marcó de la puerta.

—Cállate, Malfoy.—dije entre dientes levantándome del piso, después del malvavisco número 19 en mi boca ya no cabía nada más haciendo que me atragantara y saliera corriendo al baño.

—Te dije que ganaría.—sonrió con superioridad.

—Está vez.—murmuré pasando alado de el caminando a mi habitación. Entre a mi habitación dejando la puerta abierta, el entró.

—Gracias.—dijo, me volteé a verlo.—Por no dejarme quedar como un idiota, ya ves a mi padre.—rodó los ojos.—Casi no le agrada que diga algo a la hora de comer.

—Bueno... me pareció interesante lo que dijiste, admito que quería verte tratando de introducir los malvaviscos a tu boca, fue una imagen muy divertida.—admití sentándome en la cama.

—Tu no te quedas atrás, creo que le dimos tanta vergüenza a nuestros padres.—carcajeó acercándose a mi sentándose alado mío.

—No lo dudes, nos veían con decepción.—me reí junto con el.

—Lo más seguro que hayan pensando "¿Qué hicimos mal?"—dijo cambiando el tono de su voz haciéndome reí más.

—Ay no, que divertido.—dije bajando la mirada viendo mis manos.

—Aún la tienes.

—¿Qué cosa?—lo mire por el rabillo de mi ojo.

—La pulsera.—agarró mi muñeca tocándola.—Pensé que te la habías quitado.

—Está bonita la pulsera Draco, no me la quitaría.—dije viendo cómo le daba vueltas.

—Me alegra saber eso.—murmuro y me miro.— eres una muy mala perdedora.

—¿Qué? ¿Qué tiene que ver eso?—pregunte con una risita.

—Que te lo recordaré siempre.

—Ni se te ocurra decirle a alguien, Malfoy.—advertí.

—Entonces admite que soy mejor que tú.—contesto con simpleza.

—Jamás.

—¿Ah, no?—sonrió maliciosamente.

—No.—negué con la cabeza sonriendo. El no dijo nada solo me miro, para después empezar a hacerme cosquillas.—¡No! ¡¿Qué haces?!

—Al parecer todavía te sigue dando cosquillas eh.—dijo divertido tocando mi panza, me deje caer en el piso sentándome aún riéndome y queriéndolo apartar, pero el se hincó mientras sonreía.

—¡Malfoy, para!

—Admite que soy mejor que tú y lo considerare.

—¡Jamás!—me reí aún más.—Enserio ¡Para!—me recosté empujándolo, pero se tiró encima mío aún haciéndome cosquillas.—¡Harás que me haga del baño!

—Entonces admítelo, Larsson.—carcajeó. Se acercó aún más a mi quedando a centímetros de mi cara, en eso dejo de hacer cosquillas para poner sus manos a los lados de mi cabeza viéndome fijamente, nuestras respiraciones son aceleradas, veo cómo baja su mirada a mis labios, yo también miro los suyos, se agacha poco a poco hasta casi juntar nuestros labios aprovecho el momento para darle vuelta quedando el acostado en el piso y yo arriba de el.

—Nunca, Malfoy.—murmuré divertida, el sonrió mostrando sus dentadura.

—Buena jugada.—admite apretando sus labios.

Tenías que ser tú. |Draco Malfoy| TERMINADA. [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora