Draco Malfoy.
Baje las escaleras corriendo, agitado mientras escuchaba gritos, una ves al llegar a la sala principal me quedé quieto.
—¡DRACO, VETE!—grito Amélie, pero yo seguía viéndolos.
—¡¿Que están haciendo?!—grite acercándome, Bellatrix me apunto con la varita.
—Se portó mal, Draco.—dijo firmemente, Amélie se encontraba tirada en el suelo llorando.
—No puedes estar castigando a mi novia.—dije entre dientes queriéndome acercar pero agito su varita.
—No te metas en esto, Draco. El señor Tenebroso me pidió esto.–dijo amenazándome.
—¡Y a mi que me importa lo que te haya pedido!—brame.—¡Déjala, deja de lastimarla!
—No hablas enserio.—sonrió maliciosamente.— Te está escuchando ahora.
—Vaya, vaya, Draco Malfoy...—escuche decir al señor tenebroso mientras se acercaba, mis padres solo estaban parados asustados, llorando.—No me equivocaba cuando decía que los Malfoy no estaban muy feliz con mi llegada.... ¿Muy valiente, no? Entrometerte en esto.
—M-mi novia, es mi novia.—reafirme.— No me importa lo que haya hecho, no me quedare de brazos cruzados viendo como la torturan.
—¡Crucio!—gritó Bella hacía Amélie quien soltó un grito.
—¡YA DEJA DE LASTIMARLA!—grite apretando mi puño y mi varita, me acerqué a Amélie hincándome.—Amélie... Amélie... ¿estás bien?
—Tú estupida novia, nos ha estado viendo la cara.... ha estado ayudando a Harry Potter.—dijo el señor tenebroso atrás mío.—No merece ser castigada, merece morir.
—No, ella no.—gruñí volteándolo a ver.—No le harás nada, no mientras yo esté vivo, no mientras yo esté aquí.
—Quítate Draco.—intervino el.
—No.
—Draco....—escuche decir casi en un susurro a Amélie, la volteé a ver.
—Me estás haciendo perder la poca paciencia... que le tengo a tu familia, Draco.—dijo el señor Tenebroso.
–¡Me importa una mierda, desde un principio no quería esto!—confesé desesperado.—¡Preferiría estar muerto a vivir un día más bajo sus órdenes!
—¡Draco!—dijo mi padre.—No... mi señor, el no quiso decir eso. No está pensando.
–¡Bien... si así lo quieres! Te daré el gusto de no estar aquí, de no vivir con esto—dijo El señor tenebroso ignorando a mi padre apuntándome con su varita, cerré los ojos pero los abrí y mire a Amélie quien se quiso levantar pero la empuje, lejos, solo escuchaba gritos y sollozos.
—Amelie.... te amo, siempre lo he hecho.—dije rápidamente ella se quiso acercar a mi pero un Mortífago la agarro.— No lo olvides.
—¡Avada Kedravra!
Escuche el grito de Amélie.
Todo se volvió negro.
Y Sentí paz....
—Draco..... corazón...... hey.—entre abrí mis ojos encontrándome con Amélie.—Has tenido una pesadilla... ¿estás bien?
—Yo...–me senté viendo al rededor, era de día, y estaba en mi habitación, la volteé a ver, estaba sentada alado mío ya arreglada.— Sí, solo una mala pesadilla.—me aclare la garganta.—¿Qué pasó?
—Sí... te quedaste dormido mientras terminaba de arreglarme.—dijo levantándose de la cama.—¿Seguro que estás bien, te escuchabas muy agitado y estás sudando?
—Sí, no te preocupes corazón.—dije levantándome, me acomodé la corbata—¿Tienes todo listo ya?
—Ya.... Los baúles están en el carro, Theo nos está esperando.—comentó acercándose a mi, sentí sus manos en mi pecho y acomodó mi corbata mientras me miraba.– No te ves bien.
—Estoy cansado...—murmuré rodeando su cintura con mis brazos atrayéndola a mi.— No estoy muy feliz de volver a Hogwarts.
—Lo se.–murmuró sonriendo de lado.—Pero estaremos bien.—se levantó de puntitas juntando nuestros labios.
La puerta se abrió de la habitación mostrando a Nott con su respiración acelerada.
—Ya....ya...ya va-vamos.—dijo con dificultad.—¿Po... por que tú casa es... tan.... grande, hurón albino?....
Amélie se soltó a reír mientras se separa de mi y lo volteaba a ver.
—Ya vamos Theo, no estes desesperado.—dijo ella.
—¡Luego se comen, ya quiero ver a Blaise! ¡Vámonos que nos deja el tren!—dijo como niño pequeño cerrando la puerta mientras se escuchaban sus pisadas alejándose.
—Parece que alguien tiene ganas de ver a Zabini.—dije irónicamente, humedecí mis labios.
—Debemos bajar, que pobre Theo ha de haber corrido hasta acá y tu habitación es hasta el fondo.–dijo Amélie acercándose a la puerta abriéndola, le di un recorrido a mi habitación checando que no olvidara nada para después alcanzarla.
Bajamos las escaleras, para ir hacia afuera de la casa donde se encontraba mi madre hablando con Theo.
—¡Esperó tengan bonito viaje!—dijo mi madre abrazando fuertemente a Amélie mientras le decía algo en el oído. Una vez que se separó de ella se acercó a mi abrazándome—Cuídense mucho, mi niño. Mándame carta de lo qué pasa, quiero saber de ti si se puede una vez a la semana por favor... Draco, cuídense.
Una vez que nos separamos, le sonreí apretando mis labios.
—Madre, estaremos bien.—dije.— Más ahora que habrán Mortífagos en la escuela y Snape es el director.
—Lo se...—suspiró.–.... pero aún así. No sabemos qué puede pasar, sabes cómo están las cosas. Y eres mi único hijo, siempre me preocuparé por ti.
La volví a abrazar fuertemente, con ella no podría enojarme jamás. Sabía que ella estaba enamorada de mi padre, y siempre lo apoyaba en todo aunque estuviera mal, sabía que no era su culpa lo que nos pasó a mi y a Amélie. Mi madre, fue la primera mujer que me amo, y siempre me ha cuidado aparte de Amélie.
—Ya nos vamos.—dije separándome, ella sonrió, camine hasta el carro tomando asiento de copiloto junto a Nott, cerré la puerta, mi madre se despidió una vez más y Nott empezó a manejar.
—¿Y sí agarramos carretera hasta Estados Unidos?—preguntó Nott divertido.— Así no estamos cuando todo se vaya a la mierda.
—Claro, estoy seguro que querrás alejarte de Zabini.–comente rodando los ojos con una sonrisa burlona.
—Mejor no...—murmuró acelerando, nos volteo a ver rápidamente.—¿Creen que este año sea mejor, ya que Snape será el director?
—Lo veremos.—dijo Amélie en los asientos de atrás, la volteé a ver y le sonreí.
—Pues yo creo que sí; estoy seguro que para fin del curso, le habremos ganado a Gryffindor.—aseguró el contento.
—Solo te emociona eso y ver a Zabini.—dije yo.
—Claramente, he estado platicando con el todos estos meses cuando no podía verlo–empezó a comentar, rode los ojos y recargue mi cabeza en la cabecera cerrándolos.—.... me ha platicado que se ha comprado una nueva túnica, y que tenía ganas de verme, también me ha dicho sobre que está emocionado por el Quidditch..... Oh, creo que Malfoy se durmió.
—Déjalo, Theo. Tú sígueme contando.—escuche a decir a Amélie mientras le pegaba una patada a mi asiento.