"No estamos solos, somos muchos dentro de uno mismo"
Un mes más tarde.
Alex
.
Siento que lo único que hago es buscarla una y otra vez. De nuevo no está.
Bjorn no descansa. No duerme. No se detiene. Ha perdido el rumbo de su vida. Se ha convertido en el hombre que conocí años atrás. Un sanguinario hombre de pocos escrúpulos.
Pero no puedo hablar mal de él cuando estoy haciendo lo mismo. Perdí el norte al verla con Jensen. Me imaginé lo peor, decidí castigarla y ahora ella no está.
Martin despareció sin dejar rastro. Toda su familia a excepción de su hija fue tomada por el angel oscuro.
Los rumores del círculo levantándose de nuevo han sacudido los cimientos establecidos del resto de mafias. La mayoría ha detenido sus movilizaciones, expectantes de las noticias que puedan llegar a ellos. Si alguien hizo enfadar al círculo, eso nos causa un problema a todos.
Releo los documentos del círculo.
Creado hace más de cinco décadas. Sus cimientos fueron hechos en España, en un pequeño pueblo perdido de los Pirineos. Y un día estaban dominando el mundo.
Su líder, su primer líder, fue Bellair. Una mujer hermosa y asesina con los labios siempre pintados de rojo. Su cabello negro ondeaba al viento. Cuentan que a veces el olor a sangre inundaba la estancia cuando ella estaba allí.
Defendió a los inocentes pero no tuvo piedad con aquellos que no lo eran. Al principio concedía deseos a cambio de un favor como deuda que se cobraba de mil formas diferentes.
El demonio hecho mujer.
Aunque años mas tarde volvieron a desaparecer. Bellamy apareció igual que lo había hecho Bellair, de la nada. Y revivió el Círculo de nuevo.
Esa organización tuvo sus mejores años con Bellamy en el poder. Algo debió ocurrir entonces porque el poder fue cedido a alguien más y de nuevo el Círculo comenzó a separarse y a romper sus ligaduras con el resto de bandas criminales y organizaciones del crimen organizado para acabar escondiéndose de nuevo.
Si tengo poca información de Bellamy pese haber trabajado con ella a veces, del Ángel Oscuro poseo todavía menos. Se dice que fue la guardiana de Bellamy pero no hay constancia de ello.
El último crimen que ejecutó fue el doce de noviembre. Ese día mató a doce hombres cuyos perfiles no encajaban en sus habituales víctimas, que en su mayoría solían ser enemigos del círculo.
Observo la foto de los hombres atados por los pies y colgados en el techo por los tobillos. Con los cuellos rasgados y los ojos abiertos. Tenían signos de tortura. Un mensaje fue escrito en el suelo con la sangre que les extrajo.
<<Que se preparen aquellos que giraron la ruleta, porque quien la detuvo hoy, la quemará mañana al amanecer>>
No hubo más ataques. Pero hubo constancia de su gente aquí en Nueva York, la última vez, hace dos años. Y luego no hay nada más.
Esa misma noche yo llevé a cabo el ataque contra Jensen y el ángel oscuro desapareció.
Suspiro.
Tras un exhaustivo estudio pude determinar que Jensen tuvo un pacto con el círculo. Ambos actuaban en la misma zona, pero ninguna de las actividades de la familia Deberaux fue perjudicada u obstruida jamás por el círculo los años que estuvieron activos. Más bien fueron beneficiados.
Así que pese a que no hay pruebas está claro que alguien ayudó a mi padre, y si Ángel es la mano derecha de Bellamy, eso explicaría todo.
Pero Bellamy no movió un solo dedo para proteger a Ángel. Y sé de buenas a primeras que para el círculo su gente es lo primero.
Familia.
Deber.
Honor.
Esos son los principios por los que se rigen.
Y si Ángel se convirtiera en enemigo de Bellamy, ella simplemente la mataría. Sé de sobras lo poco que le gusta a Bellamy dejar cabos sueltos.
Por otra parte si mi Ángel fuera el Ángel Oscuro, no dudaría en ir contra mí y sabría lo que ocurrió con Jensen en realidad.
Hay tantas posibilidades...
Alejo los documentos. Ángel lleva un mes desaparecida. La idea de que Martin esté vivo es nula ya.
¿Pero entonces dónde está Ángel?
Ángel.
La voz de un niño llora mi nombre. Su pequeña mano se alarga en mi dirección. De cabello negro y ojos verdes.
— ¿Donde está? — lloriquea.
Intento calmarlo. Mi mano busca la suya. Nuestros dedos se rozan levemente. Se encuentra en una jaula demasiado pequeña.
— Volverá — me escucho decir.
— Quiero ver a mi hermana — llora.
Los quejidos del pequeño se alejan a medida que abro los ojos. El techo de piedra del círculo es lo primero que logro divisar.
De nuevo sueño con ese crío. Ese niño que oprime mi pecho y de quien debo cuidar ha sido mi pesadilla desde que me escondí aquí. Noche tras noche sueño con él.
— ¿Mamá? — Amber me mira con sus ojos todavía medió cerrados.
Acabo de despertarla.
Acaricio su cabeza y ella se remueve como un pequeño cachorro.
— Buenos días — saludo.
— Buenos días mami, ¿has soñado con los angelitos?
Sonrío y le doy algunos besos en la cara — ¿has soñado tu con los angelitos?
Ámber niega — soñé que tenía un papá.
Mi pequeño se contrae — aparte de eso, ¿no has soñado nada más?
— He soñado con tortitas, mami.
— Mmm, ¿qué me estarás pidiendo? — juego, fingiendo no entender lo que quiere.
— Mamá, quiero tortitas.
Ámber insiste, estirando sus bracitos hacia mí. Hemos dormido juntas desde que me refugié aquí hace algunas semanas. Las fiestas de navidad han pasado rápido. Incluso tuvimos algunas aquí. Ámber ha estado encantada de tenerme solo para ella todos los días y hemos podido alegrar el ambiente de este lugar.
Volviendo a la realidad, me doy cuenta de que mi pequeña demonio espera impaciente para que le de una respuesta. Adora los dulces.
Asiento y ella se lanza a mis brazos. La tomo y la arrullo mientras escucho cómo me cuenta los sueños que ha tenido esa noche.
Desde aquí vislumbro las pequeñas marcas en sus brazos. Es el signo claro de que algo ha ocurrido. No he hablado con ella todavía. Tampoco sabría como hacerlo. No me gusta abrir heridas que no puedo cerrar.
Quién se las hizo y con qué propósito solo agujerearía mi cabeza con más preguntas.
— ¿Mamá? — demanda Amber, sus ojos me observan — no te preocupes, están muertos — me aclara, ayudando a mi dedo a dibujar las cicatrices de su piel — tu me dijiste eso, me dijiste que ya nadie puede hacerme daño.
Sonrío y la abrazo un poco más.
Las puertas de mi habitación se abren antes de que pueda seguir hablando. Alice chilla, indignada, pero la persona que avanza hacia mí lo hace con decisión y una expresión seria en su rostro.
— Jefa, he llegado — anuncia poniendo una rodilla en el suelo y su puño derecho en el corazón.
Necesito acostumbrarme a esto de no tener privacidad.
— Me preguntó quien será — suspiro mirando a Amber.
Ella ríe en respuesta y se acurruca en mis brazos.
— Ella es Jade, jefa — se apresura a decir Alice.
— Me doy cuenta — murmuro.
Veo la expresión taciturna en el rostro de Alice, como si no le hubiera gustado que esta chica de cabello rubio entrara a estorbar mi momento con Ámber.
— Acabo de enterarme de lo que ocurrió en mi ausencia. De verdad lamento que esta panda de idiotas supieran reconocerla.
— No te preocupes, todo está bien.
En el mes que llevo aquí aparte de no poder alejarme de Amber un solo segundo, también he podido leer una clase de libros recogiendo información del Círculo. Por lo que sé, la ruleta es una especie de secta que secuestraba niños y el Círculo acabó con ellos por orden de Bellamy.
Si tan solo el estúpido elixir hiciera efecto más rápido.
— Traje la llave, jefa - explica.
Aunque ya no es necesario. De alguna forma Alex logró abrir la caja y sacar el Elixir de su escondite. Pero me creo todo de ese idiota.
Todavía se me acelera el corazón de recordar que sus hombres casi me atrapan saliendo del Círculo hace unas semanas.
Y por mucho que me gustara lo que me hizo después, siento que me está pisando los talones.