83| Novia políglota.

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"Provócame y serás sangre en mis manos"

Ángel.

Su voz llega hasta mí en un suave susurro, sé que es Alex quien sujeta mi cintura entre sus brazos mientras con sus labios busca los míos

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Su voz llega hasta mí en un suave susurro, sé que es Alex quien sujeta mi cintura entre sus brazos mientras con sus labios busca los míos. Primero besa mis hombros desnudos, luego mi cuello, gira mi rostro con una de sus manos y posa sus labios sobre los míos.

— Mmm — suelto en un jadeo.

— Levanta, remolona, vamos a salir.

Me muevo en los brazos de Alex,  él besa mi frente e intenta destaparme, me niego a ceder y me aferro a la manta tanto como puedo.

— Vamos, Ángel, no te comportes como una niña pequeña.

— Pero no quiero ir — me quejo, pasando mi nariz por su cuello.

Su olor me relaja, es una mezcla de su sudor con su colonia, su espuma de afeitar y esa marca de tabaco que siempre fuma.

— Venga, y te dejaré comer hamburguesas.

Es mentira, pero aún así cedo. Lo miro a los ojos y él acaricia mi mejilla.

— Me da miedo que seas tan dócil — se burla.

Le saco la lengua, él aprovecha para besarme y ponerme a horcajadas sobre él. Si nos pudiéramos quedar así, en este limbo de tranquilidad.

Si esto realmente fuera un matrimonio feliz. Podría quedarme con él, o si por lo menos Alex no buscara vengarse de Jensen a través de mí.

Me hiere el orgullo al recordar que él duerme conmigo solo porque sabe que molesta a nuestro padre de esa manera.

Solo soy un medio para llegar a su fin y ese no es un abismo que yo pueda cerrar.

— Todo lo que hago te molesta — me quejo, levantándome de la cama envuelta en una de las sábanas.

Alex sonríe desde su lugar mientras me encierro en el baño. Escucho su advertencia de darme prisa pegada a la puerta del baño.

El vapor inunda el baño cuando enciendo el agua caliente. Arrojo la sábana al suelo y me adentro en la bañera. Me encuentro en una encrucijada.

Massimo podría ser peor que Alex, o podría ser mejor. Pero el proceso se repetiría. Otro hombre intentando poseerme no hace demasiada diferencia en mi vida. Si me quedo con Alex, por lo menos sé que obtendré algo más de libertad mientras encuentro a la ruleta rusa.

Tampoco es que pueda reubicar a Alice con facilidad, y ese hombre podría no ser tan controlable como Alex. Además de que mi padre estaría en medio, obligándome a ser una buena esposa. Todo se saldría de control...

Debo reconocer que agradezco no estar con mi padre ahora mismo.

— ¡Ángel date prisa! — ordena Alex desde fuera cuando estoy en mi segunda tanda de champú. Lo ignoro, como de costumbre. Me tomo todo el tiempo del mundo a salir del baño y luego a cambiarme ante su atenta mirada. Él ya se ha vestido y lleva el cabello húmedo, seguramente se haya dado una ducha en otro de los baños.

Sumisa ©Where stories live. Discover now