Inigualable [WS]

Por Adahdezc

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• Título original: Wushuang (无双). • Título en inglés: Peerless. • Autora: Meng Xi Shi (梦溪石). • Traducción chi... Más

Notas de la traducción.
LIBRO I. Situación inestable en la fortaleza fronteriza.
CAPÍTULO 2
CAPÍTULO 4
CAPÍTULO 5
CAPÍTULO 6
CAPÍTULO 7
CAPÍTULO 8
CAPÍTULO 9
CAPÍTULO 10
CAPÍTULO 11
CAPÍTULO 12
CAPÍTULO 13
CAPÍTULO 14
CAPÍTULO 15
CAPÍTULO 16
CAPÍTULO 17
CAPÍTULO 18
CAPÍTULO 19
CAPÍTULO 20
CAPÍTULO 21
CAPÍTULO 22
CAPÍTULO 23
CAPÍTULO 24
CAPÍTULO 25
CAPÍTULO 26
CAPÍTULO 27
CAPÍTULO 28
CAPÍTULO 29
CAPÍTULO 30
CAPÍTULO 31
CAPÍTULO 32
CAPÍTULO 33
CAPÍTULO 34
CAPÍTULO 35
CAPÍTULO 36
CAPÍTULO 37
CAPÍTULO 38
CAPÍTULO 39
LIBRO II. Caso inconsistente en Qiemo.
CAPÍTULO 41
CAPÍTULO 42
CAPÍTULO 43
CAPÍTULO 44
CAPÍTULO 45
CAPÍTULO 46
CAPÍTULO 47
CAPÍTULO 48
CAPÍTULO 49
CAPÍTULO 50
CAPÍTULO 51
CAPÍTULO 52
CAPÍTULO 53
CAPÍTULO 54
CAPÍTULO 55
CAPÍTULO 56
CAPÍTULO 57
CAPÍTULO 58
CAPÍTULO 59
CAPÍTULO 60
CAPÍTULO 61
CAPÍTULO 62
CAPÍTULO 63
CAPÍTULO 64
CAPÍTULO 65
LIBRO III. Densa niebla en la Corte Real.
CAPÍTULO 67
CAPÍTULO 68
CAPÍTULO 69
CAPÍTULO 70
CAPÍTULO 71
CAPÍTULO 72
CAPÍTULO 73
CAPÍTULO 74
CAPÍTULO 75
CAPÍTULO 76
CAPÍTULO 77
CAPÍTULO 78
CAPÍTULO 79
CAPÍTULO 80
CAPÍTULO 81
CAPÍTULO 82
CAPÍTULO 83
CAPÍTULO 84
CAPÍTULO 85
CAPÍTULO 86
CAPÍTULO 87
LIBRO IV. Historial clínico en Boling.
CAPÍTULO 89
CAPÍTULO 90
CAPÍTULO 91
CAPÍTULO 92
CAPÍTULO 93
CAPÍTULO 94
CAPÍTULO 95
CAPÍTULO 96
CAPÍTULO 97
CAPÍTULO 98
CAPÍTULO 99
CAPÍTULO 100
CAPÍTULO 101
CAPÍTULO 102
CAPÍTULO 103
CAPÍTULO 104
CAPÍTULO 105
CAPÍTULO 106
CAPÍTULO 107
CAPÍTULO 108
CAPÍTULO 109
LIBRO V. Tiannan inmortal.
CAPÍTULO 111
CAPÍTULO 112
CAPÍTULO 113
CAPÍTULO 114
CAPÍTULO 115
CAPÍTULO 116
CAPÍTULO 117
CAPÍTULO 118
CAPÍTULO 119
CAPÍTULO 120
CAPÍTULO 121
CAPÍTULO 122
CAPÍTULO 123
CAPÍTULO 124
CAPÍTULO 125
CAPÍTULO 126
CAPÍTULO 127
CAPÍTULO 128
CAPÍTULO 129
CAPÍTULO 130
LIBRO VI. La daga que se encuentra con el túmulo.
CAPÍTULO 132
CAPÍTULO 133
CAPÍTULO 134
CAPÍTULO 135
CAPÍTULO 136
CAPÍTULO 137
CAPÍTULO 138
CAPÍTULO 139
CAPÍTULO 140
CAPÍTULO 141
CAPÍTULO 142
CAPÍTULO 143
CAPÍTULO 144
CAPÍTULO 145
CAPÍTULO 146
CAPÍTULO 147
CAPÍTULO 148
CAPÍTULO 149
CAPÍTULO 150
CAPÍTULO 151
CAPÍTULO 152
CAPÍTULO 153
CAPÍTULO 154
CAPÍTULO 155
LIBRO VII. Largas noches oscuras en la Capital Imperial.
CAPÍTULO 157
CAPÍTULO 158
CAPÍTULO 159
CAPÍTULO 160
CAPÍTULO 161
CAPÍTULO 162
CAPÍTULO 163
CAPÍTULO 164
CAPÍTULO 165
CAPÍTULO 166
CAPÍTULO 167
CAPÍTULO 168
CAPÍTULO 169
CAPÍTULO 170
CAPÍTULO 171
CAPÍTULO 172
CAPÍTULO 173
CAPÍTULO 174
CAPÍTULO 175
CAPÍTULO 176
CAPÍTULO 177
CAPÍTULO 178
CAPÍTULO 179
CAPÍTULO 180
CAPÍTULO 181
CAPÍTULO 182
CAPÍTULO 183
CAPÍTULO 184
CAPÍTULO 185
CAPÍTULO 186
CAPÍTULO 187: Final.
EXTRA 1
EXTRA 2
EXTRA 3
EXTRA 4
EXTRA 5
EXTRA 6
EXTRA 7
EXTRA 2022
EXTRA 9
Agradecimientos.

CAPÍTULO 3

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Por Adahdezc

Cuando él está aquí, es como si Dios y Buda mismos estuviera aquí.


Opuesto a la Mansión Qiushan, en la esquina Noroeste de la Ciudad Liugong, había un Templo Taoísta llamado Zixia.

Esto templo se había construido durante la antigua dinastía, pero cuando el viejo Maestro falleció, casi todos los taoístas del templo que estaban por debajo de él se fueron. A medida que transcurrían los años, las oraciones y el incienso decaían, y su nombre se desvaneció paulatinamente. Es posible que los jóvenes de esta ciudad no lo hubieran escuchado.

Toda decadencia se detuvo con la llegada de un nuevo Maestro de Templo.

En el tercer día del tercer mes, era el cumpleaños del Dios Xuanwu.

(N/T/E: también identificado como el Dios del Norte, es una deidad taoísta del más alto rango y es particularmente reverenciado por los artistas marciales.)

En ese auspicioso día, los visitantes rodeaban el Templo Taoísta Zixia. Prácticamente, la mitad de la Ciudad Liugong se había reunido aquí. En el interior del templo, todos sostenían tres varas de incienso. En el exterior, los vendedores ambulantes, quienes estaban bien informados con las noticias, ya habían preparado varios desayunos y fruta fresca para aquellos que se apresuraban a conseguir el incienso.

De haber sido hace dos meses, nadie habría imaginado que este templo casi abandonado volvería a alzarse, similar a un árbol marchito, cuya vida se había restaurado, dándole la bienvenida a tantos visitantes y creyentes. Estaba claro que este seguía siendo el mismo Templo Taoísta y, ni siquiera era necesaria una remodelación. Como máximo, únicamente reemplazar algunas tejas antiguas del techo, las cuales goteaban agua cuando llovía, y remover todas las malezas dispersas alrededor del lugar. Sin embargo, para los ciudadanos locales, el humo de las varas de incienso era tan denso como siempre y el aroma a sándalo llenaba todas las esquinas del templo. En comparación con el previo, parecía un poco más sagrado.

Las montañas no necesitan ser muy altas, siempre que los Inmortales residan en ellas, las aguas no precisan ser muy profundas, siempre que los dragones vivan entre ellas. Se estimaba que todo esto solamente había sucedido por la llegada del nuevo Maestro de Templo.

Madam Zhang estaba sosteniendo firmemente el incienso que acababa de encender en el soporte de piedra de una lámpara de aceite y, con gran dificultad, se abrió paso a través de la multitud de personas. Todo con el propósito de colocarlo en el gran incensario del centro del patio y rezar por la seguridad de su familia en este año.

Aunque había mucha gente, nunca pensó en retirarse. Al contrario, se culpó a sí misma por llegar tarde y sintió que los dioses podrían disgustarse debido a su comportamiento. Se dijo que, cuando terminara su cometido, preguntaría su fortuna y convencería a ese pequeño sacerdote taoísta con su mejor habilidad para hacer que el Maestro de Templo se la leyera personalmente.

Después de media hora, finalmente logró colocar sus varas de incienso, les expresó su gratitud a los dioses y brindó su ofrenda. En ese momento del día, el sol ya estaba en lo alto del cielo. El maquillaje de la mujer Zhang, arruinado por el aire húmedo en el templo, estaba empezando a caerse con ligereza. Los ruidos bulliciosos aún continuaban rodeándola y los hombros se rozaban contra otros. Muchas personas eran similares a ella, nunca intentaron retroceder. En cambio, estaban felices y sentían que habían completado una importante tarea sagrada.

Madam Zhang vivía en el Este de la ciudad con su marido, quien tenía dos tiendas de ropa en la localidad. Su situación era muy estable, además, compartía una buena relación con su esposo. Por desgracia, fueron desafortunados dado que solo tuvieron un hijo cuando ambos se encontraban en su mediana edad. Lo trataban como las perlas de algún tesoro invaluable, pero quién podría saber que, dos meses más tarde, su hijo tendría una fiebre y casi fallecería.

Ambos, marido y mujer, desconocían a cuántos médicos habían visitado e incluso acudieron al Templo del Buda de Jade para encender innumerables inciensos, pero fue fútil. En ese momento, escucharon acerca del médico sin igual ni rival que se había convertido en el nuevo Maestro del Templo Taoísta Zixia. Incluso las oraciones de los ciudadanos que iban al templo se volvían realidad. Estaba desesperada y no le importaba en qué doctor invertía su dinero, así que se apresuró a su puerta para pedir ayuda. Al final, la enfermedad de su hijo se curó y, a partir de entonces, el suministro mensual de incienso de la familia Zhang fue transferido al Templo Taoísta Zixia.

La Ciudad Liugong no era grande, así que las noticias de la recuperación del hijo de la familia Zhang se difundieron con prontitud. Un número cada vez mayor de personas visitaban el Templo Taoísta Zixia y, en una sola noche, saltó a la fama, rivalizando con el Templo del Buda de Jade en términos de popularidad y convirtiéndose en el templo número uno de la ciudad.

Madam Zhang sacó un pañuelo para secar el sudor de su frente y finalmente entró en el pasillo lateral. Sin embargo, le informaron que el Maestro no leería fortunas ese día, sino que estaría predicando la tradición del Taoísmo en el atrio. La mujer era analfabeta, pero debido a su confianza ciega en el Maestro de Templo, aún decidió asistir para escuchar su discurso.

Tan pronto como llegó al atrio, se sorprendió.

Prácticamente, este estaba repleto de personas, algunos incluso estaban de pie en el exterior, rodeando el tercer piso interior y exterior. Sin embargo, no hacían desorden. Solo se escuchaban algunos murmullos aquí y allá, mas mantenían sus voces lo más bajas como les era posible.

Desde la distancia, Madam Zhang pudo ver al Maestro de Templo Cui.

Él estaba sentado con las piernas cruzadas en unos escalones debajo de un alero, sus ojos se entrecerraron levemente mientras veía a la multitud de personas reuniéndose en el atrio. El corazón de Madam Zhang se conmovió al verlo y recordó a las estatuas de Buda en el salón principal repentinamente. Sus ojos compartían la misma mirada de estas, observando las alegrías y tristezas del mundo con compasión.

La complexión del Maestro de Templo Cui lucía más pálida en comparación con la última vez que lo había visto. También podría deberse a que estaba sentado al aire libre y al estar expuesto a la luz del sol.

A menudo, Madam Zhang venía a ofrecer oraciones y, en una ocasión, escuchó a un niño taoísta mencionando que la salud del Maestro Cui parecía no encontrarse en su estado óptimo. En cuanto a la razón de ello, nadie podía conocerla. Madam Zhang, como una mujer casada, decidió no fisgonear.

Incluso si había un poco de distancia entre ellos, nadie interrumpía sus palabras, por lo que la voz del Maestro de Templo Cui se escuchó claramente por la mayoría de las personas.

No sonaba enfermo, ni disminuía la velocidad o se calmaba.

Similar a una taza de té que no era demasiado caliente ni fría y que podía sostenerse en su mano, permitiendo que su fragancia llenara el salón.

Cuando él estaba aquí, era como si Dios y Buda mismos estuvieran aquí.

—El tema del que hablaré hoy es la causalidad —Madam Zhang escuchó decir al Maestro de Templo Cui.

Todos jadearon ligeramente, mostrando una mirada de duda en sus rostros.

El Maestro de Templo Cui sonrió levemente a medida que continuaba:

—La mayoría de las personas pueden pensar que sola los Budistas enseñan acerca de la causalidad, pero de hecho, los Taoístas como nosotros también hablamos de ella. El libro "Tratados de la Respuesta del Dao" predica que no hay manera de hacer el bien o el mal, sino que la gente es quien lo denomina como tal. Transmite el significado de que las bendiciones o maldiciones nunca están predestinadas. Tan solo se relacionan con su propio comportamiento. La amabilidad que muestras, deberá regresar a ti.

Sin mencionar la alfabetización, Madam Zhang ni siquiera había tocado un libro. Usualmente, lo máximo que haría era ir a las tiendas de té para escuchar a los maestros que contaban historias de la vida en el jianghu. Pero la plática de los principios morales del mundo le era un poco problemática.

Sin embargo, ahora mismo, no sabía si se debía a que muchas personas escuchaban en conjunto o al hecho de que el Maestro de Templo Cui estaba hablando en profundos volúmenes con términos laicos. No solo entendía lo que estaba diciendo, sino que tampoco le pareció que fuera irritante. En cambio, sentía iluminación en su corazón y claridad en su mente.

—Tomemos como ejemplo a la señora de la familia Zhang.

Escuchando su apellido, se sorprendió de inmediato. Inicialmente, pensó que alguien más compartía su apellido, pero cuando alzó su vista, el Maestro de Templo Cui estaba mirándola, mientras que las demás personas en el atrio seguían su línea de visión.

Con un estallido, las raíces de sus orejas enrojecieron. Nunca había sido puesta en una posición en la que fuera el centro de atención de tantas miradas penetrantes. Ni siquiera sabía dónde colocar sus manos y pies.

—Hace un tiempo, el hijo de los Zhang fue plagado con una grave enfermedad. Era prácticamente incurable y casi fallece. Creo que todos deben haber escuchado sobre ello. Si no fuera por sus amables obras, acumulando méritos para la familia Zhang, ¿cómo es que una catástrofe tan terrible se convertiría en buena fortuna?

Madam Zhang nunca había esperado que el Maestro de Templo Cui fuera tan generoso con los elogios. No pudo evitar sonrojarse intensamente, debido a que estaba emocionada y avergonzada. Incluso cuando habló, solo pudo pronunciar sus palabras con un tartamudeo:

—Mi esposo y yo solo seguimos nuestros corazones. ¡No merecemos tal cumplido del Maestro de Templo! La recuperación de la enfermedad de mi hijo dependió en el dominio de sus brillantes habilidades médicas. ¡Toda la familia Zhang, de inicio a fin, le estará eternamente agradecida!

La sonrisa del Maestro de Templo Cui se profundizó.

—Menciona tan brillante ejemplo de "seguir su corazón" como si fuera muy simple y, sin embargo, ¿cuántas personas en este mundo podrían lograrlo? Si discutiéramos este hecho minuciosamente, ¿no se debería a que yo también recibí la guía de numerosos tutores que, en última instancia, vine al Templo Taoísta Zixia?

Todos estuvieron de acuerdo con él después de escucharlo y, cuando miraron a Madam Zhang, pasaron de la duda a la envidia.

Las mejillas de Madam Zhang estaban totalmente sonrojadas y, su corazón, agitado. En todos sus años de vida, esta era la primera vez que escuchaba a otra persona elogiándola por sus hechos y virtudes, y, quien lo hacía, era el Maestro del famoso Templo Taoísta en la ciudad. No podía esperar para regresar a casa y compartir la historia con su marido. En su corazón, decidió que ofrecería más dinero para el aceite fragante en su visita del próximo mes al Templo Taoísta Zixia.

Justo cuando estaba pensándolo, Madam Zhang sintió un pinchazo de dolor repentino en la esquina de su ojo, pero asumió que era algún objeto dorado o plateado que reflejaba la luz del sol.

Cerró sus ojos inconscientemente. Acto seguido, el sonido de la ruptura del aire llegó a sus oídos, como si un pájaro extendiera sus alas y las batiera velozmente.

Madam Zhang no pudo evitar parpadear, solo para ver una figura gris lanzándose hacia el Maestro de Templo Cui, con una reluciente espada larga en sus manos, feroz, rápida e imparable, dando la impresión de querer asesinarlo con una sola estocada.

La espada solamente se encontraba a medio cun de su corazón. Sin importar la rapidez de los niños taoístas a su lado, no tendrían tiempo para apresurarse a rescatarlo. No obstante, el incidente ocurrió de una manera muy repentina y nadie fue capaz de reaccionar en lo absoluto.

(N/T/E: un cun equivale a 3.3cm aprox.)

Atacado por la brisa de la espada, el Maestro de Templo Cui no pudo evitar inclinarse ligeramente hacia atrás, pero sus acciones fueron míseras para frustrar al asesino. Con tan solo un abrir y cerrar de ojos, la espada perforaría su corazón, convirtiéndolo de un hombre con vida a un cadáver.

Madam Zhang no podía ver ninguna esperanza de supervivencia para el contrario. ¡Estaba tan aterrada que no pudo evitar gritar!

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