Amelie Larsson.
Después de Historia de la Magia teníamos clase de Adivinación la profesora Trelawney, todos los de Slytherin íbamos al aula donde solía darnos las clases.
—No se cual clase es más aburrida sí está o Historia de la magia.—dije arrastrando mis pies mientras abrazaba mi libro contra el pecho.
—La profesora Trelawney se la pasa sólo diciéndole a Potter que va a morir, y que las fuerzas oscuras, ya da flojera.—dijo Goyle.
—Creo que no tiene nada mejor que hacer.—confesó Crabbe riéndose.
Antes de entrar al aula nos percatamos que Hermione y Ron se encontraban afuera discutiendo al parecer.
—¡Solo díselo Ronald!—exclamó impaciente Hermione moviendo sus manos.
—¿Y yo porqué?—le contesto de mala manera.
—¡Tú sabes bien que lo que digo es verdad! Solo adviérteselo ¿Esta bien? Ya me tengo que ir.—dijo ella, el solo asintió.
—Venga, que la maestra nos va a regañar.—dijo Malfoy poniendo su mano en mi cintura y empujándome un poco para que siguiera caminando, eso hice.
Entramos al aula y buscamos lugares para sentarnos, unos segundos después Ron apareció yéndose con Harry.
—Buenos días.—dijo la profesora Trelawney.—y bienvenidos de nuevo a Adivinación. Yo, por supuesto, he seguido su suerte este verano muy cuidadosamente, y me encanta ver, qué han vuelto a Hogwarts en Perfecto estado... aunque, claro, eso ya lo sabia. Pueden encontrar en sus mesas una copia de EL ORÁCULO DE LOS SUEÑOS, de Inigo Imago. La interpretación de sueños es una de las cosas más importantes de la adivinación en el futuro, y una de las que probablemente ustedes examinarán en los TIMOs. Claro, que aprobar o suspender los exámenes no tiene importancia cuando se trata del sagrado arte de la adivinación. Si tienen el ojo de la visión los exámenes no sirven de mucho... sin embargo, el director quiere que lo examinen, así que...
—¿Puedo hacerme la enferma e irme?—le pregunté en tono bajo a Draco, él dejo de ver a la maestra para verme.
—Puedes: Sí.—ladeó su cabeza.— pero no te dejare hacerlo, por más aburrida que sean sus clases, tú no te iras sin mi.
—Entonces vámonos los dos.—sugerí.
—Claro, Amélie Larsson queriéndose saltar una clase.—dijo irónicamente.—Cariño, en cuanto crucemos la puerta vas a querer regresar.
Resoplé algo decepcionada,—Tal vez tienes razón.
—Sabes que tengo razón en todo.
—Pasar, Por favor, a la introducción y leer lo que el Imago dice sobre el problema de la interpretación de los sueños. Luego, pónganse en parejas. Usar el ORACULO DE LOS SUEÑOS para un interpretar los sueños más recientes del compañero. Pueden empezar.—dijo la profesora Trelawney.
—¿Te das la cuenta del montón de deberes que tenemos ya? Binns nos ha mandado un ensayo de pie y medio sobre la guerra de los gigantes, Snape quiere otro sobre el uso de feldespato, y ahora ¡Tenemos que hacer un diario de nuestros sueños durante un mes para Trelawney!—reproche.
—Será mejor que esa Umbridge no nos deje nada.—comentó Goyle bufando molesto.
—Será mejor ir adelantando todo.—dijo Draco viendo de mala manera a la Profesora Trelawney.— este año por los TIMOs será más difícil.
El timbre sonó, rápidamente nos levantamos agarrando nuestras mochilas la siguiente clase que teníamos era Defensa Contra las Artes Oscuras. Ibamos Draco, Crabbe, Goyle y yo hacia el aula de la profesora Umbridge, atrás nuestro venía Pansy Párkinson con su grupo de amigas.
Una vez que entramos al Draco y yo nos sentamos en un pupitre hasta el fondo, en otro pupitre se sentó Goyle y Crabbe.
—Tengo un sueño.—murmuro Draco a mi lado dejando caer su cabeza en el pupitre.—Y aún no llega la profesora, despiértame cuando entre.
—No puedo creer que te vayas a dormir Malfoy.
—No aguantó mis ojos, Amélie.—dijo arrastrando las palabras.
Subí mi mochila al pupitre y me recosté también, escuchaba como todos se encontraban hablando, al parecer estaban jugando con una ave de papel, en eso todo quedó en silencio.
—Bien, ¡Buenas tardes!
Me incorpore en mi asiento y moví a Draco quien se despertó, se talló sus ojos. Algunas personas contestaron vagamente «buenas tardes».
—No, no, no.—dijo la profesora Umbridge.—Esto no puede ser así. Tienen que contestar "Buenas tardes, profesora Umbridge." Todos a la vez, por favor. ¡Buenas tardes clase!
—Buenas tardes, Profesora Umbridge.—contestamos todos al mismo tiempo.
—Bien, ahora.—dijo dulcemente la Profesora Umbridge.—no ha sido muy difícil ¿no? Guarden las varitas y saquen las plumas, por favor.
La mayoría de la clase un intercambiamos miradas tristes: la orden "Guarden sus varitas." Nunca iba seguida de una clase divertida. Metí mi varita en mi mochila y saqué una pluma, tinta y un pergamino.
La Profesora Umbridge abrió su maletín, sacó su propia varita, y golpeó con ella la pizarra. Al momento aparecieron unas letras:
"Defensa Contra las Artes Oscuras, una vuelta a los principios básicos."
—Bien, su enseñanza en esta asignatura ha sido interrumpida y fragmentada ¿no es así?—Draco y yo nos volteamos a ver.—El constante cambio de profesores, siendo que algunos de ellos no tenían un currículum aceptado por el ministerio, ha tenido como resultado que estén por detrás de la media que deberían tener en el año de los TIMOs. Tienen que alegrarse de saber, sin embargo, que eso a problemas van a ser corregidos. Vamos a seguir cuidadosamente estructurado plan de estudios, centrado en la teoría, que ha probado el ministerio. Copien lo siguiente por favor.
Tocó la pizarra de nuevo y el primer mensaje desapareció, siendo reemplazado por los objetivos del curso:
•Entender los principios de la magia defensiva.
•Aprender a reconocer situaciones en las que podemos usar la magia defensiva legalmente.
•Situar el uso de la magia defensiva en un contexto para su uso legal.
Todos empezamos a escribir en los pergaminos lo que se encontraba anotado en la pizarra. Cuando todo el mundo había copiado los tres principios la Profesora Umbridge preguntó:
—¿Tiene todo el mundo un ejemplar de LA TEORÍA DE LA MAGIA DEFENSIVA de Wilbert Slinkhard?
Hubo un murmullo de asentimiento en la clase.
—Creo que tenemos que intentarlo de nuevo.—dijo la Profesora Umbridge.—Cuando yo les pregunté, quiero que me contesten "Sí, Profesora Umbridge." O "No, Profesora Umbridge." Así que: ¿Tiene todo el mundo un ejemplar de la TEORÍA DE LA MAGIA DEFENSIVA de Wilbert Slinkhard?
—Sí, Profesora Umbridge.—sonó a través del aula.
—Bien.—dijo la profesora.—Me gustaría que fueran a la página 5 y leyeran el capituló 1 "fundamentos para principiantes." No necesitan hablar.
La Profesora Umbridge se alejó de la pizarra y sentó en la silla tras la mesa del profesor, observándonos a todos con ojos de sapo. Abrí la página 5 y empecé a leerlo.
Es desesperadamente aburrido, casi peor que escuchar al profesor Binns. Volteé a ver a Ron que se encontraba al lado de Harry, giraba distraídamente su pluma sobre sus dedos, mientras leía.
Draco estaba leyendo en silencio, con sus dedos tocaban la página mientras seguía la lectura, traía unos anillos negros con dorado.
Amamos esos anillos.
En cambio, Hermione ni si quiera había abierto el libro se encontraba con su mano levantada, miraba a la profesora,que miraba justo en otra dirección. El capituló que teníamos que leer era muy aburrido, y más y más gente escogió mirar la silenciosa atención con que Hermione intentaba captar la mirada de la Profesora Umbridge en vez de estar leyendo el capituló.
Cuando más de la mitad de la clase miraba a Hermione en lugar de sus libros, la Profesora Umbridge pareció decidir qué no podía ignorar la situación más tiempo.
—¿Quieres preguntar algo sobre el capituló, Querida?—preguntó a Hermione.
—No es sobre el capituló.—dijo Hermione.
—Bueno, ahora estamos leyéndolo.—dijo la Profesora Umbridge, mostrando sus dientes.—Si quieres hacer otras preguntas podemos hablar al final de la clase.
—Tengo una pregunta sobre los objetivos del curso.—dijo Hermione. Captando la atención de la profesora que la volteo a ver.
—¿y tú nombre es...?
—Hermione Granger.
—Bien, señorita Granger, creo que los objetivos del curso quedan muy claros si los lees muy detenidamente.
—Bueno, no lo están.—dijo Hermione bruscamente.—No hay nada escrito sobre el uso de hechizos de defensa.
Hubo un pequeño silencio en la que la mayoría giramos nuestra cabeza para leer los tres objetivos del curso escritos en la pizarra.
—¿Uso de hechizos de Defensa?—repitió la Profesora Umbridge con una ligera risa.—¿Por qué? No puedo imaginar que se presente ninguna situación en mi clase que pueda necesitar que use usted un hechizo de defensa señorita Granger, ¿o cree que va a ser atacada en medio de la clase?
—¿No vamos a usar Magia?—preguntó Ron igual de confundido que todos.
—Los alumnos deben de levantar su mano para hablar en mi clase, Sr...
—Weasley.—dijo Ron levantando su mano en el aire.
La Profesora Umbridge sonriendo aún más ampliamente, lo ignoro.
—¿Si señorita Granger? ¿Quiere preguntar algo más?
—Sí.—dijo Hermione.—¿se da cuenta de que lo más importante de la Defensa contra las Artes Oscuras es practicar hechizos de defensa?
—¿Es usted una experta en educación del ministerio, señorita Granger?—preguntó la Profesora Umbridge.
—No, pero...
—Bien. Entonces, siento decirte que No es cualificada para decidir que es lo más importante en mi clase. Magos mucho más ancianos y mejor preparados que tú han diseñado nuestro nuevo programa de estudio. Van a aprender cosas acerca de los hechizos de defensa por un camino mucho más seguro...
—¿De que sirve eso?—preguntó Harry.—si vamos a ser atacados, eso no servirá de...
—¡La mano Sr Potter!—gritó la Profesora Umbridge.
Harry tenía la mano levantada en el aire, De nuevo, la Profesora Umbridge le ignoró, levante mi mano.
—¿Y tu nombre es?—me preguntó la Profesora Umbridge.
—Amélie Larsson.
—Usted dirá señorita Larsson.
—Bien, lo que dice es Harry es cierto ¿no?—pregunte ladeando mi cabeza recargando mis ante brazos cruzados sobre la mesa,—Si vamos a ser atacados, no nos libraremos del riesgo.
—Repito.—dijo la Profesora Umbridge sonriéndome irritada.—¿Crees que vas a ser atacada durante mis clases?
—No, pero...
—No voy a criticar como se hacen las cosas en este colegio.—dijo, con una sonrisa burlona.—pero han estado expuestos muchos magos irresponsables en esta asignatura, muy irresponsables de hecho... por no mencionar.— rió desagradablemente.—los extremadamente peligrosos hombres-lobos...
—Sí se refiere al Profesor Lupin.—dijo ferozmente Dean.—él es el mejor profesor que nosotros...
—¡La mano Sr Thomas! Como iba diciendo... han sido introducidos en encantamientos muy difíciles, inapropiados para su edad,y potencialmente letales. Han sido asustados con la idea de que recibirán ataques oscuros algún día...
—No es cierto.—dije.—Nosotros solo..
—¡SU MANO NO ESTÁ EN ALTO SEÑORITA LARSSON!
Levante mi mano, pero me ignoro. Draco quiso bajarme la mano pero la volví a subir el solo dejo soltar un bufido.
Escuche como soltó por lo bajo un «Hablo enserio, baja la mano»
—Tengo entendido que mi predecesor no solo efectuó hechizos ilegales delante de ustedes, si no que la uso con ustedes...
—Bueno, lo echaron por maniático ¿no?—dijo Dean fogosamente.— A decir verdad, aprendimos un montón.
—¡SU MANO NO ESTÁ EN ALTO SR THOMAS!—chilló la profesora.—Ahora, el ministerio cree que los conocimientos teóricos son más que suficientes para pasar los exámenes, que al final y al cabo, es de lo que se trata. ¿Y tú nombre es?—añadió mirando a Parvati.
—Parvati Pátil, ¿no hay una parte práctica en el TIMO de Defensa Contra las Artes Oscuras? ¿No se supone que tenemos que mostrar que podemos hacer hechizos y esas cosas?
—Si has estudiado la teoría duramente , no hay razón por la que no tengas que ser capaz de realizar hechizos bajo el control de examinadores.—dijo la Profesora Umbridge algo frustrada.
—¿Sin haberlos practicado antes?—pregunto Parvati.—¿Está diciéndonos que la primera vez que haremos esos encantamientos será durante el examen?
—Repito, si estudias la teoría duramente.
—¿Y qué teoría va a ver el mundo real?—preguntó Harry con la mano en el aire.
—Esto es el colegio, Sr. Potter, no el mundo real.—dijo Suavemente.
—¿Pero no se supone que estamos preparándonos para lo que nos espera fuera de aquí?—volvió a preguntar.
—No hay nada esperándolo afuera, Sr Potter.
—¿De verdad?—preguntó Harry enojado.
—¿Qué se supone que va a atacar a niños como ustedes?—preguntó la Profesora Umbridge.
—Hmm, déjeme pensar.—dijo Harry en tono burlón.—Quizás... LORD VOLDEMORT.
—Diez puntos menos para Gryffindor Sr Potter.
La clase estaba callada y quieta.
—Ahora, déjame que te deje unas cuantas cosas bien claras.—se puso de pie y se inclinó hacia el, con las manos sobre su mesa.—Acabas de decir que realmente el Señor Tenebroso ha vuelto de la muerte...
—¡El no estaba muerto!—dijo Harry Furiosamente.— pero sí ¡Ha vuelto!
—Sr Potter acaba de perder 10 puntos su casa así que no se busque mas problemas.—dijo la Profesor Umbridge de un solo golpe.—como iba diciendo acabas de decir que el Señor Tenebroso ha vuelto, lo has dicho de nuevo. ESO ES MENTIRA.
—¡Eso NO es mentira!—dijo Harry firmemente, note cómo apretó sus puños,—¡Yo lo vi! ¡Yo luche con él!
—¡Está usted castigado Sr Potter!—dijo triunfalmente la profesora.—Mañana por la tarde. A las 5 en punto. Mi despacho. Lo repito, eso es MENTIRA.
—Entonces, según usted Cedric Diggory callo muerto por su propio gusto ¿no es así?—pregunte bruscamente captando la atención de todos.
—La muerte de Cedric Diggory fue un trágico accidente, señorita Larsson.—dijo fríamente.
—El fue asesinado.—dije.—Voldemort lo mato y usted lo sabe.
La cara de la Profesora Umbridge estaba blanca.
—Usted también se ha ganado un castigo junto con el Sr Potter, señorita Larsson. Mañana a las 5.—dijo duramente.—Ahora, acérquense conmigo Sr Potter y señorita Larsson.
Harry y yo nos levantamos de nuestros asientos, todas las miradas estaban puestas en nosotros. La profesora Umbridge saco dos rollos de pergamino rosa de su maletín, lo estiró sobre la mesa, metió su pluma en un bote de tinta y empezó a garabatear. Mire a Harry por el rabillo de su ojo, su pecho subía y bajaba rápidamente. Después de un minuto, enrollo los pergaminos y golpeó su varita: los selló para que no lo abriéramos.
—Dale esto a la Profesora McGonagall, querido.—se lo paso a Harry, me miró.—Y usted al Profesor Snape.
Lo agarramos sin decir ninguna palabra, nos giramos sobre nuestros talones, y dejamos el aula.
—Es una odiosa.—mascullé.
—Ni que me lo digas.—dijo de la misma manera.—Gracias por lo que dijiste, aunque no debías.
—No hay de que, Potter. No la aguanto.—admití de la mala manera y alce el pergamino.—Bueno, Te dejo, tengo que buscar a Snape.
—Adios.—alzó el también su pergamino.