DELÍRIUM

Bởi JorgeMoonRodriguez

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Pepe y sus amigos, viven en la indigencia, limpiando los vidrios de los automóviles e intentando sobrevivir... Xem Thêm

Capitulo 1
Capitulo 2
Capítulo 3
Capitulo 4
Capitulo 5
Capitulo 6
Capitulo 8
Capitulo 9
Capitulo 10
Capitulo 11
Capitulo 12
Capitulo 13
Capitulo 14
Capítulo 15
Capitulo 16
Capitulo 17
Capitulo 18
Capitulo 19
Capitulo 20
Capitulo 21
Capitulo 22
Capitulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capitulo 26
Capitulo 27
Capítulo 28
Capitulo 29
Capítulo 30
Capitulo 31
Capitulo 32
Capitulo 33
Capitulo 34
Capitulo 35
Capitulo 36
Capitulo 37
Capitulo 38
Capítulo 39
FINAL

Capítulo 7

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Bởi JorgeMoonRodriguez

Doña Evangelina se apresuró a entrar a su casa. Venía cómo si tuviese un ratón encima.

—¡Por Dios, que horror acabo de vivir!. — Gritó la mujer al entrar.

—¿Qué tienes tía? ¿Qué te pasó?. — Preguntó Brandon al verla tan alterada.

—Jamás había caído tan bajo. Cometí una de las por es locuras en vida. Pero Dios misericordioso sabe porque. — Dijo Persignadose.

—No te entiendo tía... Bueno, en todo caso, tengo que ir al gym. Mi girlfriend me espera para entrenar. — Dijo Brandon acomodándose su bolsa de deporte y saliendo de ahí.

—Tía, hasta allá se escuchan los gritos ¿Por qué vienes tan alterada?.— Martina bajaba las escaleras rápidamente. Necesitaba saber que había sucedido.

—Fue un horror, una abominación, no te imaginas. Viven entre la mugre ¡Entre la basura cómo animales!. Ay hija, ¿Ves lo que tiene uno que hacer por dinero?.

—¿Tan mal está ese lugar?. — Cuestionó Martina.

—Ni te imaginas. Viven cómo unas miserables ratas. Todavía tengo impregnado ese olor a suciedad y pobreza... Pero pronto... Preparame el baño, y ponle muchas esencias y sales. Y luego, traeme una bolsa de basura para tirar mi ropa. No pienso volver a ponerme este traje, que estuvo en medio de la inmundicia. — Doña Evangelina apretó los dientes solamente pensar en la casa de Pepe y sus amigos.

—Bueno, o sea, viven en situación de calle y pues es obvio que no iba a haber mucha higiene.

—Pero esto es un horror. Son unos marginales inmundos, muertos de hambre. Definitivamente no merecen el dinero de ese premio. Pero tranquila, que sí seguimos con el plan, los vamos a dejar tal y como están... Cómo unos recogedores de basura muertos de hambre.— Doña Evangelina sacó de su bolsa, un bikini pequeño y blanco. — Invité a comer a la rata asquerosa que se ganó la lotería. Así que vas a usar esto para lo que acordamos. Tienes que usar todo tu armamento. Eres hermosa y lo sabes, vas a poder seducir a ese pusilánime, callejero y pulgoso.

—Tía, en serio creo que esto es demasiado. O sea, tengo novio y lo amo... Yo no quiero al tipo ese... Tu sabes que yo...

—Si no lo haces, habrá muchas consecuencias. Piensa un poco, usa el poco cerebro que tienes mosquita. Solamente será temporal. Te casas con ese piojoso traga basura y después te divorcias, lo vamos a dejar sin nada. Es tan estúpido, que no sabe sobre casarse por bienes mancomunados, ni sobre algún contrato prenupcial. En cuánto se dé cuenta, sera demasiado tarde, porque ya estaremos en Londres o Berlín.— Sonrió maliciosamente la mujer.

—Me da miedo tu plan tía... No está nada cool.— Martina no estaba de acuerdo con el plan de su tía, pero sabía que esta, nunca se detendría hasta obligarla.

—¡Mejor no me rompas la cabeza y ve a hacerme mi baño!.— Le gritó su tía.

—Ay, desde que se fueron los sirvientes, la sirvienta ahora soy yo.— Se quejó la chica, volviendo a subir las escaleras.

—Piojoso maldito, te voy a quitar hasta la ropa mugrosa que llevas puesta.— Doña Evangelina lanzó su bolso al sofá y subió también las escaleras.

Mientras tanto...

Pepe, la pelos y el chacal, se preparaban para dormir. Ya estaba anocheciendo y solían dormir temprano. No tenían un reloj que los pudiese orientar, y menos un teléfono celular para saber en que momento estaban.

Pepe y el chacal dormían junto, mientras que la pelos, dormía en el cuarto contiguo. Si bien la casa no tenía ventanas y apenas la entrada tenía puerta. Ellos gustaban de mantener su privacidad.

Pepe se acomodó en su colchón viejo y sucio, mientras el chacal iba detrás de él para darle un abrazo.

—Chacal... ¿Qué haces?.— Pregunto Pepe al sentir toda la masculinidad de su amigo detrás de él.

—Si te vas, ya no voy a poder comerme tu culo. Así que tengo que aprovechar todo lo que se pueda para aguantar.— Dijo el chico, atrayendo más a Pepe y pegándolo a su cuerpo.

—¿Estás  caliente verdad?.— Preguntó Pepe.

—¿Pues que no sientes lo dura que la tengo? La tengo cómo piedra. Y es que así me pones. Quiero metertela y llenarte de leche ese culo.— Confesó el chacal, besando apasionadamente el cuello de su compañero, mientras metía las manos por debajo de su rota camisa.

—Ah... Chacal... No... Yo...

Pepe no podía pensar con claridad en medio del placer que su amigo le daba.
El chacal estaba concentrado, acariciando los pezones de su amigo y besándolo.

—¿Quieres que te folle? Pídemelo, Pídeme que te la meta.— El chacal frotaba su miembro erecto contra el pantalón de Pepe.

—Ah... Chacal...

—¿Ya van a empezar? Par de putos.— Se quejó la pelos desde el otro cuarto.

—Callate zorra envidiosa. Mejor buscate alguien que te levante las piernas. Por cierto, deberías aprovecharte del canacas. Ya borracho, agarra lo que sea.— Se burló el chacal.

—¡Chinga tu madre pendejo!.— Gritó la pelos.

—Ya dejala en paz por una vez.— Interfirió Pepe.— Ustedes siempre andan cómo perros y gatos.

—Ya, deja de hablar de esa mugrosa. Mejor coopera y quitate el pantalón, que ya no aguanto y quiero romperte el culo. Me voy a venir tantas veces en ti, que vas a cagar leche por una semana.

—No seas asqueroso.— Se quejó Pepe despojándose de su camisa.

—Me gustas así Pepe. Me gusta ver tu cuerpo desnudo, así flaco y moreno.— El chacal abrazó a Pepe, quedando sobre él, para luego empezar a besarle el pecho.

—Mmm... Chacal... Follame duro...

—No tienes que repetirlo dos veces, porque eso haré.— El chacal desabrochó el pantalón de Pepe y se lo sacó.
El chico no llevaba ropa interior, por su precariedad. Así que fue más fácil tenerlo desnudo para si.— Me pone bien caliente verte desnudo. Los vellos de tu verga y esas bolas que te cuelgan, llenas de leche. También me gusta el vello que rodea el hoyo de tu culo. Levanta las piernas.

Pepe obedeció y levantó las piernas lo más alto que pudo, dejando expuesto su ano moreno con algo de vellos. A pesar de todo, Pepe era muy limpio con sus zonas privadas.

—Te lo voy a comer cómo nunca.— El chacal comenzó a lamer el orificio de su amigo, arrancandole gemidos de placer.
Pepe se movía mientras la lengua de su amigo le follaba el culo.

—Así... Chupame... Así.— Pepe nadaba en placer. Sentía esas cosquillas recorrerle el cuerpo, cada vez que su compañero le lamía.

—Ahora chupamela a mi. Me encanta cómo me la mamas, porque lo haces cómo una puta.— Dijo el chacal, mientras se despojaba de su pantalón, para revelar un enorme miembro moreno, completamente erecto entre aquella mata de vellos.— Creo que hasta se me hizo más grande, de solo pensar en metertela. ¿Así te gusta verdad? ¿Te gusta mi verga morena y peluda?.— Cuestionó.

—Si chacal, me gusta bastante. Ahora, metemela ya.— Suplicaba Pepe.

—Ponte de lado, me gusta metertela así. Sí supieras que me encanta cómo aprietas mi verga con tu culo. — El chacal posicionó su pene y lo metió lentamente en el trasero de su amigo.

—¡Ay, esperate, me duele!.— Gritó Pepe al sentir la cabeza de aquel gran pene.

—Primero te pones cómo perrita a pedir verga, y ahora no aguantas. No es la primera vez que te la meto.— Añadió el chico.

—Si, pero antes me metías los dedos y me abrías bien, y pues así me entraba más fácil.

—Ya, callate un poco. Si empiezas con sentimentalismos, se me va a bajar la erección.— El chacal comenzó a chuparse los dedos, mientras masturbaba a Pepe con su mano libre.

—Metemela ya.— Ordenó Pepe.

—Tranquila perra, ahorita te doy verga.— El chacal colocó su miembro moreno, en la entrada de Pepe y la metió de una.

—¡Ahhh!.— El gritó de Pepe se pudo escuchar a media calle. Hasta la Pelos rodó los ojos en cuánto escuchó a su amigo. Sabía lo que estaba pasando y prefería seguir durmiendo, aunque por dentro, los celos la mataban.

—Te aguantas. Querías verga y verga te di. Ahora me voy a empezar a mover y a follarte cómo la zorra sucia que eres.— El chacal besó el cuello de Pepe y comenzó a dejarle moretones con las pequeñas mordidas.

—Ah... Follame duro.— Gimió Pepe y el chacal no lo pensó dos veces.
Levantó las piernas de su amigo y comenzó a embestirlo una y otra vez, mientras el pene de Pepe se ponía mas duro y se movía al compás de las embestidas.

—Jamás dejarás de ser una puta zorra. Por eso te amo, porque dejas que te trate cómo a una puta... Ah... Pero eres mi puta.— El chacal metía su pene una y otra vez por el trasero de Pepe, quien se contraía al sentir el miembro dentro de él.— Lo que odio de ti... Ah... Ah... Es que haces que me corra bastante rápido. — El chacal sacó su miembro y procedió a masturbarse hasta que se corrió sobre el pecho de Pepe.— ¡Ah... Puta!.— Exclamó al soltar el semen en el cuerpo de su amigo.

Pepe también se masturbó y se corrió en menos cantidades que su amigo. Para cuándo estaba terminando, el chacal sacó un cigarro y lo encendió.

El chico se limpió con un viejo trapo y luego se sentó en el viejo colchón. Ahí estaban los dos, desnudos y sudados, exhalando un olor a sexo, mugre y cigarro.

—¿Sientes algo por mi?.— Preguntó Pepe.

—¿Pa'que preguntas eso?.— Devolvió el chacal, dándole otra calada a su cigarro.

—Nada más, curiosidad... Supongo.

—Pues deja de suponer... Y mejor... Mejor voy a mear y a limpiarme un poco.— El chacal aplastó el cigarro contra la pared y se metió al precario baño.
Mientras tanto, Pepe seguía desnudo y simplemente se dejó caer sobre su cama, para luego cerrar los ojos.




Continuará...




Pepe

El Chacal

Brandon(Espero que no la censuren) 😧😦😐

Bueno, muchas gracias por seguir la novela y alientarme a escribir. Muchas gracias.
Espero les siga gustando ❤

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