El fin de semana ha llegado, y nos han dejado salir a Hogsmeade los alumnos de tercer año hacia delante, me aliste para salir del castillo acercándome a Ron quien se encontraba esperándome afuera.
—Que hermosa te ves.—murmuro con timidez una ves que me encontraba frente a él.
—Gracias, yo siempre.—dije divertida el sonrió mientras caminábamos.
—Ya se que siempre, me gusta solo recordártelo.
—¿Qué tal te está tratando la vida, Ron?
—No he muerto, así que creo que bien.—sonrió levantando sus cejas.—¿y tú?
—Opinó lo mismo.—llegamos a la calle principal.—¿Vamos a las tres escobas?
—Eso mismo té iba a decir.
Los dos entramos y localizamos una mesa en el fondo, nos sentamos y el se levantó para ir a pedir las cerveza de mantequilla, espere a que el regresara.
—¿De que te gustaría hablar?—preguntó sobando sus muslos.
—¿Porqué no le has hablado a Potter?
El sonrió de lado soltando un suspiro algo cansado entrelazando sus manos sobre la mesa.
—No vamos a empezar con lo mismo Amelie, el ni si quiera se ha dignado tampoco a hablarme.—reprochó.—Por más que lo extrañé, se ve que no tiene intención de decirme algo.
—Los dos son igualitos.—dije tomándole una sorbo a la cerveza el me imitó.— Te ves lindo con tu cabello despeinado.
—¿Te gusta? Pensé que me dejarías de querer por parecer casi un león con mi cabellera.—se lo agarró.
Solté una risita a lo bajo negando con la cabeza.
—Te ves hermoso.—asegure, sus mejillas se tornaron rojizas y tomo un poco más de su cerveza.
—No más que tú.—aseguró y se aclaró la garganta.—¿Todo bien con Malfoy? He notado que últimamente ha estado muy pegado a ti...
—¿Celoso?—pregunte divertida.—Últimamente ha estado de encimoso conmigo desde que Párkinson lo ignora, dice que parece que lo está engañado pero no tiene pruebas.
—¿Pansy Parkinson engañándolo? Eso sí me sorprende.—aprieta sus labios.— Yo supe que Luna se la pasa mucho con Pansy.
—Eso mismo han dicho, aunque Parkinson lo ha negado. Capaz solo Luna la ayuda a escabullirse en las noches para que este con algún chico.
—Capaz Parkinson y Luna estén saliendo a escondidas de todos.—dijo el sarcásticamente, me quedé callada.
Eso tendría sentido, parecía que en ese momento mi cerebro empezó a trabajar recordando todas las veces que había visto a Pansy viendo a la mesa de Ravenclaw, o cuando pasaba Luna mantenía su mirada en el suelo, habían muchas muchas cosas que podrían tener sentido.
—Es broma, Amélie.—repuso riendo Ron al ver que me había quedado callada.— Claramente eso no es, digo... ¿Pansy y Luna? ¿Enserio?
—Bueno, hay muchas cosas que podrían indicar que si.—informe a lo que el se inclinó hacia adelante esperando que le contara más.—No lo se, Pansy se comporta rara cuando ve a Luna.
—¡Imposible! Es que no... no se, jamás me lo hubiera imaginado.—dice asombrado.— Imagínate como se pondría Malfoy si llegara a ser verdad... me imagino su cara y espero que sea verdad.
Abrí mi boca para decir algo cuando Fred y George se acercaron a nosotros sentándose junto a mi y Ron.
¿Por qué tenían la manía de interrumpir cuando quería decir algo?
—Lamentamos interrumpir su cita, chicos.—dijo Fred sentándose y agarrando mi cerveza.
—Bueno, ni tanto... quisimos venir a molestar.—dijo George agarrando la cerveza de Ron.
—Que lindo gesto.—sonrió incrédulo Ron.
—¿Verdad que sí?—preguntó Fred y me miro.— Cuñada, ¿A quien apoyas de los campeones?
—Bueno...—humedecí mis labios.—A Cedric y a Harry.
—Yo aún no se como pudo hacerlo, nos hubiera avisado de pedida para pasarle nuestros pergaminos.—reprochó George.
—¿Podemos dejar de hablar de Harry?—preguntó algo harto Ron.
—Bueno bueno.—murmuro Fred.—Miren , allá está Hermione... está sola, y leyendo un libro.
—Que raro.—dijo George.
—Ni tanto.—murmuro Ron cruzándose de brazos.
Rápidamente cambiamos de tema hablando sobre las bromas que habían hecho Fred y George a los chicos de segundo año, hasta que se nos fue la mañana y tuvimos que regresar al castillo.
—¿Tenías mucha ilusión de entrar al torneo?—le pregunte a Fred que tenia sus mano en los bolsillos de su pantalón.
—Sí. Hubiera sido algo muy bueno.—confesó riéndose.—Nos falta poco para salir... no se, haber participado en algo así...
—Me imagino.—sonreí, el me miró y asintió.
—¿Y tú? ¿A ti no te hubiera gustado entrar al torneo?
—Creo que sí, aunque siento que no hubiera llegado a la final.—me reí, el sonrió aún viéndome.
—Quien sabe, tal vez sí... hasta hubieras ganado.—encogió sus hombros,—solo debes pensar positivamente y más que nada, tenerte confianza de hacerlo.
—Hubiera estado muy genial que hubieran entrado al torneo.—confese caminando a su lado,—Creo que tendrían bastante personas apoyándolos.
—¿Tú crees?.—relamió sus labios riéndose,—Posiblemente... creo que más por mi, que por George. Pero no le digas eso.—murmuró a lo bajo, asentí.
—No te preocupes, tu secreto queda a salvo conmigo.—levante mi dedo meñique, el acercó el suyo entrelazándolo con el mío.
—Veremos que tan buena eres guardando un secreto, pequeña.
—Te darás cuenta.—me enderece sonriendo. Sentí que alguien se coló a nuestro lado.
—¿De qué hablan?—preguntó Ron.
—Hablábamos de qué broma te podría hacer mientras duermes.—respondió burlesco Fred.
—Cuanto amor.—ironizó Ron, me reí entrando a los pasillos de Hogwarts.
~.~
—¡Estoy molesto, que digo molesto! ¡Furioso!—se sentó alado mío Ron en la banca dejándose caer.
Lo miré curiosa—¿A que se debe tú enojo?
—¡Harry, Harry Potter! Por Merlin... ¡Es que no puedo creerlo!—gruño.
—Pero.. pero ¿Qué paso para que estés así?—pregunte confundida y preocupada.
—Ayer por la noche, baje y lo encontré muy sospechoso le pregunté que pasaba y me mando por un tubo... después discutimos y al final me tiro una estupida insignia pegándome en la frente y dijo "¡Ahí lo tienes! Para que te la pongas el martes. Ahora a lo mejor hasta tendrás una cicatriz, si tienes suerte... eso es lo que te da tanta envidia ¿No?" No sabes cuanto coraje me dio, quería ir hacia el y pegarle, estaba apunto Amélie.—admitió apretando su mandíbula y sus puños.—¡Es mi mejor amigo y se comporta como un idiota!
—Bueno, capaz ahorita está muy estresado con lo de la prueba Ron... aparte tú tampoco lo has tratado muy bien, no te digo que los dos son igualitos.—apreté mis labios.—Aún así, se que los dos se arreglarán.
—No creo que eso sea pronto, si seguimos peleandonos no llegará a nada esto.
—Su amistad es más fuerte, es como Draco y yo, por más que peleamos siempre regresamos hablándonos, por más idiota que sea, nuestra amistad ahí está.—comente haciéndolo sentir mejor pero me dio una mirada.—No son momentos para que te pongas de celoso Weasley, te estoy hablando enserio.
—Entiendo, entiendo.... es solo que.—hace una mueca.—Siento que he sido muy mal amigo, pero el no se queda muy atrás.
—Son orgullosos, eso es lo qué pasa.—repliqué.— Ya hasta Hermione no sabe ni a donde ir, si contigo o el.
—Ella sabe que puede estar con el, yo no me enojare tampoco le dire que le deje de hablar.
—Y aunque lo hicieras, sabes que ella no te haría caso.
—Es verdad.—se calmó y sonrió cortamente.—Aún así, me gusta estar contigo... ya me acostumbre a verte todas las tardes para platicar y así yo poder jugar con tu mano.—la agarró entrelazándola.—mientras me cuentas tú día.
—¿Entonces te empiezo a contar o...?
—Empieza, quiero escucharte.
•••
Di vuelta a la página leyendo a lo bajo mientras buscaba información para mi pergamino. Teníamos una tarea de Historia de la Magia, así que al llegar a las mazmorras vine a la sala para ponerme hacerla.
—Amelie.—se sentó a mi lado Draco.—¿Dónde estabas en la tarde? Te había estado buscando por qué quería que vieras como me había quedado la tarea de Astronomía.
Deje de leer para verlo,—Había estado en el patio.
—Yo fui al patio pero no te miré.—colocó su antebrazo sobre la mesa dejando ver sus anillos,—¿En cuál patio estabas?
—Donde está la fuente, por los pasillos que agarran a las aulas de Encantamientos y de Música Muggle.
Frunció el ceño,—Creo que no te miré. ¿Qué estabas haciendo?
—Estaba hablando con Ron.
—Ah, Ahora entiendo por qué no te noté, nunca me fijo en donde están las comadrejas.
Lo miré,—¿Cómo quedó tú tarea de Astronomía?
—Muy bien, de hecho había estado dibujando la constelación de Escorpio. Había ido a la biblioteca para buscar un poco más sobre ella y darme una idea.—suspiró,—¿Ya terminarás? ¿Qué asignatura es?
—Historia de la Magia.
—Ya se cual tarea es.—estiró su brazo agarrando el libro para ojearla.—¿En que parte te has quedado? Te iré dictando lo que pondrás.
—Hm...—me incline hacía el, me volteo al ver que nos encontrábamos aún más cercas de lo normal.—Aquí.—señale.
El dejo de verme para leer donde había estado señalando, apretó sus labios asintiendo, regrese a mi lugar para agarrar mi pluma.
—Bien.—dijo leyendo para después verme, se inclinó también hacia mi sin despegar su mirada pero giró su cara viendo mi pergamino.—Ya veo donde te has quedado, te díctate.
Empecé a escribir mientras el me dictaba lo que solía leer y en su mente le modificaba a lo más importante.
—Veamos...—agarró con delicadeza el pergamino leyéndolo,—siempre he pensado que tienes muy linda letras...Hm... perfecto, estoy seguro que sacarás Extraordinario [E].
—Gracias por ayudarme, Draco.—sonreí guardando todo, el asintió.
—¿Ya estás libre?
—Sí, ¿Por qué?
—Te quiero enseñar algo.
Metí todo a mi mochila para asentir, el se levantó caminando a la salida de las mazmorras, lo alcancé poniéndome a su lado. Ya era de noche, así que no debía haber muchos estudiantes afuera, menos si los prefectos estaban rondando por ahí.
—Ven por aquí.—agarro mi muñeca jalándome por el pasillo.—tenemos que ser rápidos por qué a los de Hufflepuff les toca patrullar. Así que Correremos hasta la torre. ¿Entendido?
Asentí, el apretó un poco mi muñeca para bajar agarrando mi mano firmemente, sin voltear a verme empezamos a correr por el pasillo. Me reí a lo bajo, cuando miramos a lo lejos a los prefectos, me jalo al muro para asomarse.
—Ya debieron de haber pasado por aquí, solo hay que esperar...—murmuró asomándose sin soltarme,—Bien, se han dado la vuelta.
—¿Estás seguro?—pregunte, el no contesto cuando empezó a correr jalándome, salimos de los pasillos acercándonos a la torre. Una vez dentro, soltó mi mano para verme.
—Estamos casi seguros, necesitas ser más rápida Amelie.—sonrió,—Te veo arriba.—corrió por las escaleras.
—¡¿Por qué... por qué corres?!—grite riéndome , el giro su cara volteándome a ver para seguir corriendo.
—¡No seas lenta, Amelie!—gritó, se escuchó como seguía subiendo, suspiré y empecé a correr por las escaleras.
Escuche la risa de Draco, pero esta vez no era una risa burlesca, me apresuré tratándolo de alcanzar hasta llegar hasta arriba. Abrí la puerta y me arquee poniendo mis manos en mis muslos tratando de controlar mi respiración.
—Ya veo por qué no estás en Quidditch.—se burlo Draco, lo volteé a ver. No estaba agitado, ni siquiera sudando.
—Son...—respire hondo,—son muchas escaleras.
—Lo se.—camino a donde estaban los telescopios.— pero suelo venir mucho para acá, así que ya estoy acostumbrado. Ven, quiero enseñarte las estrellas.
Acomodo el telescopio emocionado, lo miré fijamente y sonreí, sentí mi respiración controlarse poco a poco, camine hasta él.