Nosotros ante todo

By sofiagarrido01

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Zoey Parker es una adolescente viviendo en 1992 pero todo cambia cuando Atlas Reed aparece. Descubrirá que el... More

Nota de la autora
Cap.1 "Soy Atlas".
Cap.2 "No rompo mis promesas".
Cap.3 "Déjame besarte".
Cap.4 "Desaparecer".
Cap.5 "Mi playa favorita".
Cap.6 "Cuanto te quiero".
Cap.7 "Estar donde tu estás".
Cap.8 "Tú si puedes evitarlo".
Cap.9 "Cosas del futuro".
Cap.10 "No existe final".
Cap.11 "Déjalo ser".
Cap.12 "En tanto estemos juntos".
Cap.13 "Bailemos así por siempre".
Cap 14. "Vuelve atrás".
Cap.15 "Teo, el cachorro".
Cap.16 "Tendré que imaginarte".
Cap.17 "Disfruta el presente o extrañarás el pasado".
Cap.18 "Es hora de pagarme".
Cap.19 "Yo te lo perdonaré".
Cap.20 "Atrapado en la realidad".
Cap.21 "Siempre te amaré".
Cap.22 "Serás mi recuerdo favorito".
Cap.23 "¿Qué? ¿Nadie me va a abrazar?".
Cap.24 "¿Quieres que desaparezca?".
Cap.25 "¿Besándose con un chico?".
Cap.26 "Serás mia".
Cap.27 "Esto no va a terminar bien".
Cap.29 "Prometo bailar con ella".
Cap.30 "¿Y quién es el novio?".
Cap.31 "El tiempo que tuvimos".
Cap.32 "¿Es muy tarde para elegir verdad?".
Cap.33 "Entonces acabemos de una vez".
Cap.34 "Tu siempre estarás aquí".
Cap.35 "En otra vida".
Cap.36 "Puedes quedarte aquí".
Cap.37 "Eres toda mía".
Cap.38 "No lo dejes ir".
Cap.39 "Con todo mi corazón".
Cap.40 "Creo en nosotros".

Cap.28 "Ni en el infierno te querrían".

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By sofiagarrido01

Brooke había mandado a Atlas a comprar junto con Holden y aproveché que no estaba viendo para observarlo. Se veía aburrido pero aún no sabía si debía hablarle o mejor dicho, que decirle.

—Zoey —me reprendió ella chasqueando sus dedos frente a mi cara—, deja de mirarlo. Escucha lo que te estoy diciendo —dijo para hacerme verla otra vez.

—Perdón es que... —me quejé tomando un poco de aire y soltándolo frustrada—. Creí que no volvería a verlo y si eso pasaba, no creí que tendría un efecto tan fuerte. No lo he olvidado aún y que esté aquí no me ayuda, pero a la vez quiero estar cerca de él.

Ella se mordió el labio y negó con la cabeza, sin poder creer lo que sucedía. Scar y Wells charlaban sobre el cantero así que no me importó hablar un poco más fuerte.

—Dime, ¿estoy loca? —pregunté tirando mi cabeza hacia atrás, cansada de esta repentina situación.

—No, no estás loca. Estás enamorada —concluyó subiendo y bajando sus hombros—. Y lo sé porque fue insoportable tener a Atlas igual que tú estos dos meses.

Abrí los ojos y la miré algo extrañada. Yo sabía que Atlas tampoco quería esto, no quería que nos separáramos. Pero si él tomó la decisión, supuse que un poco estaba convencido.

—¿Él estuvo pensando en mi? —pregunté curiosa y eché un vistazo para ver que los dos chicos apenas doblaban la esquina.

—Claro que si. Hasta le contó a sus amigos sobre ti, rechazó a no sé cuántas chicas en una fiesta, incluyendo a Jasmine, con mi ayuda claro, y habló con mamá cuando se sentía mal y yo estaba en la universidad —explicó ella sonriéndome.

Había imaginado a Atlas en muchas situaciones pero no creí que una de ellas fuese totalmente destrozado igual que yo los primeros días. Creía que él iba a superarlo mucho más rápido que yo.

—¿Jasmine si intentó algo, verdad? —pregunté para confirmar lo que había pensado mi cabeza hace mucho tiempo, odiando sentir celos. Porque hasta yo hubiese querido que él tuviese un amor, otro amor. Tal vez algo como lo que Luka y yo comenzábamos a tener.

—Si, pero estaba ebria. De igual forma creo que utiliza a Atlas para darle celos a otro de los chicos. —La miré raro, pensando lo retorcido que eso era. —Pero no te desvíes del tema, niña. Él volvió por ti.

—¿Qué? —pregunté abriendo los ojos—. Pero él dijo que...

—No volvió por Rose, Zoey —me interrumpió—. Es decir, si, vinimos a verla y a quedarnos. Pero él estaba aquí esta tarde buscándote a ti, quiere estar contigo otra vez.

Mi cabeza se llenó de miles de pensamientos. Ajenos y conocidos. De pronto Atlas no era él chico al que había visto hacia ya bastante, era él que yo amaba y no había dejado de amar. No importaba cuánto me engañara.

—Pero Brooke, él dijo que...

—¿Que siguieras adelante? ¿Que no lo esperaras? —preguntó interrumpiéndome otra vez con una sonrisa espeluznante—. Zoey, él pretendía lo mismo pero no ha dejado de amarte por eso. Si no te lo dijo fue porque te vio con Luka.

—¿Qué hago entonces? —Mi corazón comenzó a latir, sabiendo que dentro de unos minutos cuando volvieran con más cervezas todo sería totalmente distinto en mi cabeza.

Él volvió por mi. Y no me lo dijo porque me vio con otro. Supo que había seguido adelante y no quiso que retrocediera. No quiso volver en el pasado para recuperar lo nuestro porque yo ya estaba con alguien más. Pero él no sabe que Luka aún no es tan importante como lo fue él para mí. Atlas no sabe que no he dejado de amarlo.

—Tienes que hablar con él. Pídele que te hable de la carta —insistió moviendo mis hombros de atrás hacia adelante.

—¿La carta? ¿Qué carta? —balbuceé ahogada, sin poder retener tantos sentimientos juntos.

Brooke abrió la boca para hablar pero antes de eso, un chillido sonó desde la esquina. Ambas volteamos para ver que sucedía al igual que Scar y Wells. Chicos de otros grupos alejados a nosotros también se asustaron y uno detuvo la música.

Lo primero que pude divisar fue a Luka corriendo hacia nosotros, tenía sangre en la boca y parecía que le dolía la pierna porque rengueaba. Mi corazón que ya estaba alterado, ahora comenzó a patalear del susto. Mi primer pensamiento no fue pensar en Luka golpeado, ni siquiera en mis amigos o Atlas, sino en mi hermana que estaba con ellos.

Brooke tiró de mi brazo hacia mis dos amigos que lo miraban sin entender nada, para que me acercara. De la nada, dos bestias furiosas doblaron la esquina. Atlas y Holden lo tomaron de los hombros y comenzaron a golpearlo sin piedad alguna.

—¿Pero qué? —masculló Wells, sin entender nada.

—¡Atlas! —gritó Brooke corriendo hacia ellos pero mi amigo junto a ella tomó su brazo y la detuvo por los hombros, sabiendo que dejarla meterse en una pelea de tres chicos con alcohol no era lo más prudente.

Mi hermana apareció caminando por la esquina. Temblaba mientras su respiración subía y bajaba. Destiny la abrazaba como si la consolara mientras Jaxon caminaba furioso hacia la escena. Los dos seguían golpeando a Luka quien intentaba defenderse de alguna forma. Todo estaba pasando tan rápido que nadie sabía que había sucedido o que hacer.

—¡Jaxon, no! —le pidió su novia mientras mi cuerpo reaccionaba y corría hacia mi hermana que era la primera y la única a la que debía cuidar.

—¡Qué mierda! —grité cuando llegué a ellas y Becky se lanzó sobre mí en un abrazo desconsolado.

Destiny volteó a la pelea, totalmente preocupada sin decirme nada. Brooke logró zafarse del agarre de Wells y corrió hacia su hermano. Con una fuerza increíble, lo tomó del brazo y lo empujó lejos de los golpes. Holden también retrocedió, limpiándose la sangre que le chorreaba del labio. Luka estaba apoyado sobre sus rodillas, agotado y todo golpeado.

—¡¿Pero qué mierda está pasando?! —chilló Brooke, poniéndose en medio de los tres para evitar que volvieran a trenzarse.

Las miradas de todos vagan de uno a otro. A Holden y Atlas que miraban a Luka como si quisieran matarlo a golpeas. Becky que miraba el suelo, totalmente ida en mi brazo sobre sus hombros.

—Sé lo dices tú o se lo digo yo —gritó la voz de Atlas hacia Luka, totalmente furioso y juré que jamás lo había visto tan enojado en mi vida. El golpeado miró hacia mí con tristeza.

—Perdón, no quise hacerlo —suplicó y entendí que le estaba hablando a mi hermana.

Ella lo miró unos segundos, aún asustada y temblando y volvió a mirar el suelo. Atlas volvió a querer avanzar pero Brooke lo detuvo tomando su brazo. Luka se giró hacia Holden, mirándolo con la misma cara de lastima. Pero él también parecía querer cortarlo en pedacitos.

—En serio amigo, no quise hacerlo —masculló él, escupiendo un poco de sangre al suelo.

—¡¿Qué pretendías?! ¡¿Desnudarla en plena calle?! —gritó Holden, aturdiéndome un poco a pesar de estar lejos.

—No puede ser —susurró Brooke mirando a Luka y llevándose la mano a la boca.

—¡Eres un maldito violador, bastardo! —le gritó Jaxon zafándose del agarre de Destiny.

—Joder —musitó Scarlett en el silencio.

Mi boca se abrió mientras sentía una horrible presión en el pecho. Becky ocultó su rostro en mi hombro y no pude hacer otra cosa que abrazarla. No lloraba y eso era algo rescatable pero sabía que se sentía terrible. Luka comenzó a toser y escupir al suelo, mientras que recuperaba el aliento para tal vez, decir algo más.

Atlas me miró unos segundos. Tal vez quería confirmar que mi hermana estaba bien pero no podía verla, por ende sus ojos se clavaron en los míos. Me sentía horrible y traicionada pero no por Luka, nuestra pequeña y estúpida historia de amor duró solo dos semanas y media. Pero se había metido con mi hermana y eso no se lo perdonaba a nadie.

Mi ex novio respiraba como búfalo enojado y sabía que si no fuese porque su hermana detenía su brazo, él ya lo habría matado. Luka se recompuso y se puso erguido para tomar aire.

—¡No quería hacerlo! —se defendió él mientras buscaba con la vista un lugar a dónde correr.

—Eres un hijo de puta —le gruñó Holden, totalmente enojado porque su supuesto amigo había intentado desnudar a su novia.

—¡Suéltame!  —espetó Atlas de mala gana a su hermana, tironeando de su brazo para que lo dejara libre.

—Prometí no dejar que golpearas a nadie —le contestó ella, aferrándose a su brazo, esperado que no tuviésemos que llamar a la policía para anunciar un muerto.

—¡No pretendía hacerle daño! Solo iba... —agregó Luka, mientras todos lo mirábamos sin saber qué hacer.

—¿Solo ibas? —le gritó Brooke, interrumpiéndolo—. ¿Te estás excusando, maldita basura? —Se movió furiosa, mirándolo llena de ira.

—¿Ya vas a soltarme? —preguntó Atlas a su hermana.

—Si, mátalo —dijo ella soltándolo y cruzándose de brazos.

Holden negó con la cabeza y ambos se acercaron a Luka. No podía permitir que mataran a nadie. Le di una mirada de Destiny quien rápidamente abrazó a mi hermana y me metí en medio. Ambas bestias se detuvieron al reconocer mi rostro.

—¡Basta! ¡No vamos a solucionar nada de esta forma! —grité con las manos en alto.

—Zoey... —comenzó Luka.

—¡Cierra la puta boca! —le grité con toda la furia que llevaba adentro y por fin había reaccionado para sacar—. ¡Eres la peor escoria que conocí en mi vida! ¡Te atreves a querer tocar a mi hermana menor a metros de mi, maldito idiota!

—No quise hacerlo, Zoey. Yo te quiero y...

Holden revoleó los ojos y se cruzó de brazos mientras Atlas parecía romperse unas cuantas muelas de lo fuerte que apretaba su mandíbula. Brooke lanzó un quejido de indignación mientras mis ganas de golpearlo seguían aumentando.

—¡Ya cállate! —le volví a gritar como una histérica.

—¿Sabes qué podríamos matarte, no es así? —le preguntó Holden acercándose pero puse mi mano en su hombro deteniéndolo cuando vi que mi hermana se acercaba a él.

—Becky —la llamó Jaxon queriendo frenarla para que no se acercara más pero ella lo ignoró.

Mi hermana se paró frente a él y lo miró unos cuantos segundos. Luka tenía la respiración agitada mientras parecía hacer muecas de dolor por todos los golpes que tenía en el cuerpo.

—No mereces vivir pero no van a matarte —dijo ella seria acercándose a su rostro—. Ni en el infierno te querrían.

Y con eso, volvió al cantero para sentarse y arrebatarle a Wells una botella de cerveza que tenía a su lado. Bebió un largo trago mientras todos la mirábamos sin saber que fue eso.

—¿Y bien? Te estoy dando tiempo de huir. En treinta segundos cuando me termine esta botella, les diré a todos que te asesinen y no tendrán piedad contigo. Holden es mi novio, Atlas es el ex novio de Zoey y Jaxon nos conoce desde pequeñas. ¿Crees que no quieren verte escupir sangre en el suelo? —explicó mi hermana abriendo las manos. Luka la miró sin entender que le estaba dando tiempo para irse. —Ya vete, idiota —le dijo riéndose cínicamente.

Luka volteó para ver a Atlas, Holden y Jaxon mirarlo con odio. Si nadie lo había golpeado otra vez, fue porque Becky decidió. Él se fue trotando algo herido de allí a quién sabe dónde. Los chicos se acercaron a la ronda del cantero y los otros adolescentes volvieron a lo suyo luego de estos cinco minutos de show.

—Debiste dejar que lo matáramos —dijo Holden acercándose a Becky para darle un abrazo. Ella se encogió de hombros y cerró los ojos.

—No vale la pena. Podía llegar la policía y todos estaríamos en problemas.

Destiny me abrazó, sabiendo que aún así me sentía un poco mal por Luka. Había creído que tal vez él sería quien me ayudara a seguir adelante y me daría el amor que merezco. Él me lo había prometido.

—¿Estás bien? —preguntó ella en mi oído antes de alejarse.

—Si —susurré—, gracias.

—Lo siento mucho —agregó acariciando mi cabello largo.

Le hice una mueca que fue más una sonrisa débil cuando ella apretó mi hombro, en señal de darme apoyo. Clavé mis ojos en el suelo, sin querer ver a nadie. Me sentía avergonzada de haber confiado en Luka tan plenamente si no lo conocía en realidad. Para peor, todos mis amigos estaban aquí. Incluyendo Atlas y Brooke.

Algunos comenzaron a charlar en voz baja, como si quisiéramos recuperar el ambiente que teníamos hace un rato pero para mí fue algo imposible. Becky le pidió a Holden que la acompañara a casa. Jaxon y Destiny ya se iban así que los ofrecieron llevarlos en el auto. Wells le dio las llaves a Holden, diciendo que luego iría y que sacara las cosas de Luka a la calle a forma de chiste. Algunos se rieron pero no encontré la fuerza para hacerlo yo también. Pasaron cinco minutos en los que ya no tenía ganas de estar aquí y mi cara lo demostraba bastante.

—Zoey, ¿estás bien? —me preguntó Scarlett girándose hacia mi. Todos me miraron, buscando mi rostro.

—Si, solo estoy algo cansada —respondí bajándome del cantero de un salto—. Creo que ya me voy a casa —agregué con una sonrisa débil y ella me dio un pequeño abrazo.

—No deberías irte sola —agregó Wells y pude ver cómo empujó un poco a Atlas hacia adelante. Él lo miró con el ceño fruncido.

—Atlas puede acompañarte —señaló Brooke, acercándose para darme un abrazo. Me alejé de ella y miré a su hermano.

—Solo si tú quieres —dije mirándolo. Él le dio las llaves de la casa a Brooke y se giró hacia Wells.

—¿Llevas a mi hermana? —preguntó él y las dos sonrieron.

—Yo llevo a ambas —respondió Wells, chocando puños con él.

Comencé a caminar y Atlas me alcanzó a los segundos. Oía las voces de los tres que se quedaron allí y me pregunté qué tan tarde era. Doblamos para salir de la calle doble del centro y caminar por la oscuridad. Un silencio incómodo reinó entre nosotros, solo oíamos nuestros pies pisando. Metí mis manos en mis shorts para que no chocara con la suya accidentalmente.

—Lo siento —dijo de pronto rompiendo el silencio—. Por lo de Luka —agregó, sabiendo que no sabía a qué se refería. Hice una mueca sin ganas de querer hablar sobre el tema y asentí con la cabeza.

—No te preocupes —respondí sin ánimos—, no era importante.

Aunque hubiese querido que si. Me hubiese gustado que tuviésemos algo, algo bueno, puro y verdadero. Llamarlo amor o como quieran decirle. Pero saber que había alguien allí para mí. Para besarme y abrazarme como Atlas lo hacía cuando lo necesitaba.

Entonces me di cuenta que todo este tiempo estuve intentando reemplazarlo, no superarlo. Y jamás lograría eso. Es imposible reemplazar una pieza única, con otra pieza. No importa si es más bonita o más agradable, son diferentes y son únicas. Intentar poner otra persona en el lugar que Atlas cumplía fue de las cosas más estúpidas y sin sentido que he hecho.

—Parecía que sí lo era —agregó mirando hacia adelante, a diferencia de mí que miraba mis zapatillas.

—No, trataba de convencerme de eso —dije con un suspiro—. ¿Y cómo está Rose? —pregunté cambiado el tema.

—Está bien. Me dijo que la visitaste la semana pasada. —Me paralicé recordado ese día.

Mi corrida había comenzado como todos los días. Por mi calle, luego hacia la escuela y el centro, terminado en la casa de Rose. Llegué a su casa con los ojos aguados y totalmente débil. Toqué su puerta y ella la abrió para verme sorprendida. Hacía casi un mes no la veía y me sentía mal de haberla dejado de visitar solo porque Atlas y yo terminamos.

—¿Zoey? —preguntó extrañada de verme en su puerta pero aún más, de verme llorando sin control.

—Lo siento —dije tirándome sobre ella para abrazarla—. No debí dejar de venir, tenía miedo de que venir me hiciera recordar y volver a llorar. No es tu culpa, perdón —expliqué llorando y ella se rio un poco.

—Ay mi niña, tranquila. —Acarició mi cabello y se alejó un poco. —Aún son las dos. ¿Qué te parece un té antes de entrar a la tienda?

—Claro que si. Por favor, no te enojes conmigo —pedí totalmente vulnerable.

—Jamás podría Zoey.

Atlas me miraba expectante por una respuesta cuando me rasqué la cabeza, queriendo que se olvidara de eso por completo. Busqué una excusa pero no tenía sentido, Rose era su abuela y ya debía haberle dicho todo lo que hablamos en esas horas de té.

—Creo que fue mi período —me excusé para verlo sonreír un poco de reojo.

—No importa, le hizo bien verte otra vez —agregó para cruzar la calle en la esquina, donde ningún auto pasaba ni por casualidad.

Imaginaba que eran cerca de las doce de la noche o tal vez un poco más tarde. Aún faltaban varias cuadras para llegar a mi casa y no quería que ese silencio incómodo se volviera a generar.

—Brooke me dijo que no pudiste viajar hasta hoy. —Cambié el tema, queriendo que me siguiera una conversación pero no parecía tener mucha ganas de hablar.

—Si, bueno, le prometí a Rose venir cada primer fin de semana de cada mes —me explicó moviendo las manos.

—¿Vas a venir al baile de graduación? —pregunté esperanzada de poder verlo allí.

No me olvidaba de las veces que hablamos sobre esa noche y que no estuviese allí, lo volvería un poco más triste. Sabía que me estaba aferrando a algo que no tenía sentido pero mi corazón aún lo quería cerca de mi.

—No creo —respondió y pude oír mi corazón romperse por esa esperanza—, ya no voy a la escuela aquí y no tengo motivos para ir.

Lo que Brooke me había dicho respecto a los sentimientos de Atlas no parecía muy verdadero ahora que hablaba con él. No parecía que estuvo triste todo este tiempo ni que quería volver conmigo. Pero tampoco esperaba que lo dijera ahora porque no sabía cómo contestar eso.

—Lo entiendo.

Cinco minutos más en los que seguimos preguntando tonterías sobre como estaba la tienda y como estaban sus amigos de New York, llegamos a la puerta de mi casa.

—Gracias por acompañarme, no tenías que hacerlo —agradecí parada frente a él.

—No iba a dejarte venir sola, mucho menos luego de lo que pasó —agregó y asentí con la cabeza.

Nos quedamos mirando el uno al otro, sin saber qué decir o como despediros, si es que era hora de despedirnos.

—¿Ya tienes que irte? —pregunté mirándolo, sin importarme si se daba cuenta que quería que se quedara. Él le dio un vistazo a mi casa y abrió la boca para hablar.

—No creo que nadie deba verme aquí —respondió con una mueca.

—Solo iba a quedarme sentada aquí —dije señalando el escalón de la entrada de mi casa.

Me senté allí mientras él me miraba. Se acercó y se sentó a mi lado, sabiendo que aún había algo de lo que debíamos hablar.

—¿Qué estás haciendo aquí realmente, Atlas? —pregunté mirándolo—. Sé que no fuiste al centro por cereales. Tú mismo dijiste que Brooke los odiaba —expliqué y lo vi sonreír como si recordara la estupidez que dijo.

—No quiero seguir entrometiéndome —balbuceó rascándose la cabeza.

—¿Volviste por mi? —me animé a preguntar, sin saber cómo ni de dónde había obtenido el valor para hacerlo.

Tal vez todos los hechos ocurridos en las últimas horas me ayudaron a no tenerle miedo a más nada. Mucho menos a la verdad, nunca a la verdad.

Atlas se movió un poco incómodo en su lugar y me pregunté si en realidad había dado en el clavo o ahora iba salir corriendo sin darme ninguna respuesta, dejándome sola con esa duda.

—Te vi bien con Luka esta tarde y no iba a estropearlo —dijo encogiéndose de hombros mirando hacia la calle vacía.

Se oían grillos en el silencio y mis pensamientos rebotaban dentro de mi cabeza, sabiendo que esta noche me iba a costar dormirme.

—No hizo falta, él mismo lo estropeó —agregué intentando hacer una broma cruel pero él no se rio.

—No cambia nada. El verte con alguien más me hizo darme cuenta de que nunca debí meterme en tu camino. Y aunque no vayas a estar más con el, no significa que volvamos a estar juntos —explicó mirando hacia otro lado.

Me estaba sacando un poco de casillas que me estuviese mintiendo. Yo no era ninguna estúpida y podía darme cuenta fácilmente que él sí había vuelto por mi y que algo dentro suyo se alegraba de que Luka se haya ido.

—Atlas —lo llamé con seriedad y me miró—, Brooke dijo que tenías que hablarme sobre una carta.

Él abrió los ojos y tiró la cabeza hacia atrás. Seguro intentaría matar a Brooke cuando llegara a la casa de Rose pero necesitaba saber de que venía todo eso.

—Dios, no puedo contarle nada —agregó pasándose la mano por el cabello, nervioso.

—No, quiero que me lo digas. Ella confía en mi y por eso me lo dijo —sentencié.

—¿Estás segura de que quieres verla? —preguntó metiendo su mano dentro de su bolsillo y asentí con la cabeza, totalmente decidida.

Extendió un papel hacia mi y un choque eléctrico corrió mi piel cuando mi mano tocó la suya. Él observó mis dedos y con su otra mano, los tomó para observar el anillo que él me había regalado.

—Aún lo llevas —susurró con nostalgia. Tragué saliva y asentí, pero no moví mi mano porque él seguía observando.

—Si, bueno, debió de ser costoso —mentí y me di cuenta que fue un error. Atlas levantó un poco las comisuras en una pequeña sonrisa.

—Sabes que no lo fue, lo compré en una feria artesanal contigo —señaló y supe que tenía razón. Había costado lo mismo que un batido de Capricho. —¿Tiene valor para ti? —preguntó escudriñando mi rostro.

—Es un lindo recuerdo —mascullé y retiré mi mano con la carta en ella, enfatizando un poco en la palabra recuerdo para aclarar que no me importaba en el presente. Y si, era otra mentira.

—Lamento si estoy siendo muy duro contigo —dijo levantándose del suelo— pero antes de irme, ¿puedo pedirte un favor? —preguntó desde arriba y me levanté para verlo de frente.

—Si, lo que quieras —dije asintiendo con la cabeza.

—Déjame abrazarte —pidió en un susurro.

Me acerqué a él y sin pensarlo, rodeé su cintura con mis brazos. Me estrechó contra su cuerpo con fuerza, como si necesitara esto hace mucho tiempo pero no hubiese podido hacerlo. Pasó casi un minuto y cuando nos alejamos, no bajamos los brazos. Sus ojos miraban mis labios y supe lo que estaba pensando.

—¿Vas a besarme? —pregunté en un hilo de voz mientras me acercaba a él, cegada por su cercanía.

—Quiero pero no debo —contestó, a pesar de que él también se acercaba a mi.

—Siempre hemos hecho lo que quisimos —dije sobre sus labios.

Parpadeó un par de veces, dudando de si un pequeño beso de veinte segundos podría cambiar los últimos dos meses que estuvimos separados. Entonces me besó.

No había olvidado lo que se sentían sus labios en los míos, sus brazos sosteniéndome y su lengua rozando la mía. Simplemente me encantaba y no podía describirlo con palabras. Pasé mi brazo por su cuello y lo atraje hacia mi para que no se alejara. Me apretó contra su cuerpo y mordió mi labio inferior, pude notar cuanto me había extrañado.

—Zoey —dijo separándose—, esto... Esto no cambia nada —me dejó en claro mirando el suelo con la respiración agitada.

—Lo sé —contesté con una sonrisa triste—, pero extrañaba tus labios.

Tomó mi rostro y me miró con tristeza, como si algo se hubiese clavado en su estomago y le hubiese dolido. Se mordió el labio y se acercó a besar mi frente antes de voltear para irse.

Abrí el papel como la impaciente que era para leer su letra negra.

"Te amo pero tienes que seguir sin mi".

Subí la cabeza para verlo caminando ya a media cuadra, en la oscuridad de la noche. Y tuve que reprimir las ganas de correr detrás de él, porque Atlas también tenía que seguir sin mi.

**
Nota de la autora: Día de actualización!!! Amo mucho este capítulo, es uno de mis favoritos junto con algunos que todavía faltan😏

Les está gustando la historia? Cual es su personaje favorito? El mío definitivamente es Brooke, me identifico al 100% con ella❤️

Gracias por leer, votar y comentar💜

Besos distanciados,

Sofi Garrido

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