Cap.12 "En tanto estemos juntos".

198 57 10
                                    

Manhattan, New York. Enero, 2011.

S&M de Rihanna sonaba en mis auriculares, me encantaba su música y realmente me distraía de todo. Mis dedos se movían sobre el teclado de mi laptop mientras leía la información. Cada vez que encontraba algo interesante, lo anotaba en mi cuaderno y continuaba buscando.

Hacía tiempo que quería hacer esto pero sabía que no sería como si estuviésemos aquí. Aquí podríamos ir a cenar y tal vez luego ir a un lindo hotel. Ella querría quedarse y yo le diría que envíe un mensaje de texto a sus padres, avisando que se quedaría a dormir de Destiny o que no se preocuparan por ella.

Pero estaba en 1993 y las cosas eran distintas. Ella avisaba donde iba a estar y tenía que saberlo de antemano para planearlo bien.

Mi puerta sonó unas cuantas veces y Brooke entró por ella cuando le dije que podía pasar. Tenía dos vasos de Starbucks en la mano y me extendió uno cuando llegó a mi.

—Gracias —le dije un poco sorprendido.

—¿No puedo traerle un café a mi querido hermano menor que tanto amo con todo mi corazón? —preguntó exageradamente.

Solo levanté una ceja, sin creer que eso era cierto. Brooke me quería, obviamente si, pero no solía tener estas actitudes tan pensadas. Ella no era así de atenta. Si quería demostrar que me quería solo me daba un abrazo casual y decía "te quiero enano". A pesar de que yo era más alto que ella, no fue siempre así puesto que ella es dos años mayor y el apodo quedó.

—¿Qué es lo que quieres? —dije sin rodeos, sabiendo que esto tenía un trasfondo.

—Dentro de una semana tengo que volver a la universidad y me preguntaba si tú...

—¿Podía llevarte a Brown City? —completé, sabiendo lo que iba a pedirme.

Ella sonrió como a una niña pequeña, como cuando papá le preguntaba si quería una paleta de helado de frutilla.

—No lo sé. Recuerda que mamá no quedó muy feliz luego de que no pasamos las fiestas aquí. ¿Qué piensas decirle?

Ella no lo pensó, simplemente lo dijo como si ya hubiese analizado ese cabo suelto.

—Que estaremos en casa de tía Kelly.

Sonreí, recordando que yo también había usado esa excusa con mis amigos en Brown City para venir aquí. Sin embargo, que Brooke apareciera otra vez en época de clases no sería algo normal. Pero ambos le prometimos a Rose que iríamos el mayor tiempo que pudiésemos.

—Escucha, si no quieres llevarme esta semana está bien. Pero prométeme, prométeme por favor, que iré un fin de semana por mes.

Torcí mis labios en una mueca. No era lo más conveniente pero era mejor que tenerla pidiendo ir cada semana.

—Le diré a mamá que en mi fraternidad se organizan pijamadas o algo así una vez por mes y que tengo que quedarme allí.

Aún tenía que analizarlo pero Brooke y sus ganas de ver a Rose eran uno de mis puntos débiles. Porque las amaba a ambas y quería saber que compartían el mayor tiempo posible juntas.

—Está bien —acepté viéndola festejar—. Pero tendrás que organizarlo bien. ¿A qué hora terminas tus clases?

—A las tres —dijo moviéndose el cabello, señal de que estaba alterada.

—Apareceré en tu cuarto de universidad el primer viernes de cada mes a esa hora. Te esperaré cinco minutos, en cuanto no estés o alguna de tus compañeras aparezca, me largo —expliqué dejando el vaso con café sobre el escritorio porque su sonrisa delataba su próximo movimiento.

Nosotros ante todoWhere stories live. Discover now